RE: Capítulo 1

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(LIBRO EN REEDICIÓN.
CAPÍTULO 1 RE: 7 enero, 2022
LIBRO RE: no disponible aún.)

La familia chilena de Roth estaba viajando, en un día soleado, hacia Las Cruces. El día lucía perfecto para llegar y estar tendida en la playa gozando de los rayos que ofrecía el sol. La madre se encontraba soportando las rancheras que el padre había puesto con la idea de que el viaje así será más divertido. Luego de pasar una hora con treinta minutos en el auto, Roth se dispuso a sacarse los audífonos.

-¿Mamá? -preguntó.
-¿Sí, Roth?
-¿Cuánto falta?
-Nada. ¡Ya llegamos a la playa! –respondió el padre con alegría.

Los tres se estacionaron en la parte de visitas esperando a recibir las llaves. Mientras tanto, la madre y Roth caminaban un poco, pues sentían que el culo estaba cuadrado y que las piernas estaban muertas. Fueron a La Casona para comprar algo dulce y comerlo mientras esperaban al padre. La señora que atendía las reconoció y les dio un chicle de regalo. De vuelta al auto, se subieron y fueron al departamento.

Ocho pisos en total y el suyo era el cuarto. La habitación 404 estaba abierta para así poder entrar y dejar sus cosas. Luego de subir y bajar varias veces, continuaron con hacer sus camas, limpiar el baño y la cocina y, por último, poner la ropa y sus cosas en los lugares correspondientes. Este veintiséis de febrero iniciaba bien.

Los tres, al acabar, se sentaron en el sofá a descansar un poco, pero no por mucho, ya que debían almorzar algo. Roth quería ir a la piscina, pero le desanimaba la idea de que en Ilisois tuvieran que limpiar, cada lunes, ambas piscinas y por todo el día. Tenía ganas de nadar, mas en la playa está prohibido hacerlo debido a las violentas olas.

Aburrida, decidió asomarse por el balcón para ver si se le ocurría algo que hacer. Pasaron minutos sin nada interesante, hasta que un niño recogió una flor rota del césped justo debajo de ella. Roth lo encontró bonito, como es normal en los niños de ese rango de edad. Se acomodó el cabello detrás de las orejas y se dispuso a mirarlo, pero ella no contaba con que el niño se diera cuenta. Nerviosa se ocultó aun sabiendo que era tarde. Respiró hondo como si buscase su dignidad y se levantó.

-Hola –dijo un poco nerviosa.
-Hola –respondió con una sonrisa –, ¿llegaste recién?
-Sí, ¿y tú?
-El lunes anterior, pero hoy mismo me debo ir por temas de la marea, o eso dice mi padre. Por cierto, mi nombre es Matt, ¿cuál es el tuyo?
-Roth.
-Mi mamá se llamaba Ruth. Curioso, ¿no?
-Sí, un poco. Eh, ¿te vas ahora ahora?
-No –sonrió –, me voy a las cinco de la tarde a mi apartamento para irnos como a las seis. ¿Y si vienes para acá? Me está doliendo el cuello.
-Ya, deja hablarlo con mi mamá.

Roth se retiró dejando al chico del cabello negro abajo. Caminó notoriamente feliz y se acercó a la cocina. Su madre estaba haciendo salchichas con puré.

-¿Qué ocurre, cielo?
-Es que conocí un niño y queremos hablar abajo...
-¿Edad? Recuerda que no debes hablar con mayores.
-Debe tener la misma que yo y tranquila, que eso sí que me acuerdo.

La madre le sonrió y la dejó ir con la condición de que fuera en el césped de cerca. Roth, saltando, bajó por el ascensor con un paquete de galletas y dos cajas pequeñas de jugo para compartir con aquel niño tan lindo. Caminó hacia él quien se había sentado en el césped esperándola. Cuando la vio, le sonrió.

-¡Me dejaron! -dijo riéndose por la obviedad que había dicho.
-Ya lo vi -respondió con otra sonrisa igual de encantadora que las anteriores. ¿Cuántos años tienes?
-Tengo diez, ¿y tú?
-Nueve. Cumpliré diez en mayo.
-Yo los once en abril. Eh, ¿crees que te dejen ir a la playa conmigo y mi padre.
-Tendría que ir a preguntarle a mi mamá, porque ella dice que no debo hablar con mayores.
-Tranquila, mi papá nos cuidará a ambos. Además, tenemos a Jack. Estaremos muy protegidos.
-Bueno, subiré de nuevo y le preguntaré a mi mamá. Ya vuelvo.

Subastada? INITIUM [Visión Roth Montalva] I **CORRIGIENDO**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora