Subastada? INITIUM [Visión Roth Montalva] I **CORRIGIENDO**

Capítulo 17

Pasé mis antebrazo por la boca para secar los labios y me senté. Unos segundos después tocaron la puerta.

-¿Señorita?
-¿Sí?
-Permiso.
-Adelante.

Una sirvienta, supongo, entró con comida en dos bandejas: una con pasteles y otra con galletas.

-El Joven Cortez me pidió que le trajera esto para comer. Disfrute.
-Gracias.

Ella cerró la puerta de manera silenciosa. Probé un pastelillo con crema batida y una guinda en su punta y unas 3 galletas. Lo demás, lo dejaré para Matt.

A los minutos después, oí que la puerta se abría, era él entrando con una gran sonrisa en la cara.

-¿A qué se debe la sonrisa?
-Por algo personal. ¿Se nota que estoy contento?
-Sí. Mucho. Debe ser una gran noticia.
-Claro que lo es... Además, no solo es la noticia lo que me tiene contento...
-¿Qué más?
-Tu visita.

¿Qué respondo? Voy a ser amable. De todos modos, gracias a él no estoy en el colegio.

-A mí también me alegra estar contigo.
-¿En serio?
-Sí, claro, tú me haz ayudado. Mínimo una visita mía. Digo yo –miro para abajo.
-Oh –me mira –. Ven aquí.
-Ehm, vale.

Me tomó la mano y me tiró hacia él seguido de un beso. ¡Para de hacer eso! Pero como soy tonta, le seguí. Otra vez estoy debajo de él, intentando de que salga. Cuando se separaba era para respirar, pero continuaba de inmediato.
Cuando por fin se separó, decidió hablar.

-Roth, te amo.

¿QUÉ? ¡OÍDOS DE MIERDA! ¿ESTÁ HABLANDO EN SERIO? Sentía como mi corazón latía con fuerza. No sé que responder. Él me gustaba... Pero ya no. Lo único que no me gusta de él es que es muy apegado y muestra el dinero que tiene la familia.

Después de su declaración, siguió con la escena anterior. Tengo que hacer que pare. Le mordí el labio de abajo. Siguió con brutalidad. ¿Por qué mi mamá aceptó? Ahora me siento fatal.
Matt se detuvo.

-¿Ocurre algo, Roth?
-N-no...
-Y entonces, ¿por qué me querías quitar de encima?
-Es incómodo.
-¿Por qué?
-Eh. Me aplastas –seguí diciendo roja.
-Ah, cierto, tienes pechos.

Su manera tan simple de decir ese tipo de cosas. Matt se levantó y suspiró. Miró y se acercó hacia la ventana, luego me hizo un gesto para que me acercara.

-Mira –me decía señalando una linda y gran fuente de agua –. Ahí, cuando tengo tiempo, me pierdo en mis pensamientos. Me siento, con un trozo de pan y lanzo un poco a los pájaros que vienen a curiosear.
-¿En qué piensas ahí? –le pregunto curiosa.
-En la primera persona que se me venga a la mente que, casualmente, eres tú –me mira sonriendo, pero su expresión cambia al volver a ver por la ventana –... Y también pienso en el futuro. En como podré mantener un secreto por tanto tiempo.
-¿Secreto? ¿De qué secreto hablas, Matt?
-De uno que nadie más que Jack, mi padre, el hijo de Jack y yo sabe.
-¿No me puedes decir de qué trata?
-No. Te puedes asustar. Es mejor que... sea más adelante. Toma asiento.

Me senté en la silla, él delante mío, me ofreció de lo mismo que él va a tomar. Lo recibí tranquila y bebí, pero Matt no.

Estaba... amargo.

-Déjate llevar, Roth. Y ven a mí...