-¿Quién era ese? –preguntó Fer molesto.
-Él se llama Matt.
-¿Tan cortante conmigo?
-No.
-¿No?
-No.
-¿Qué ocurre? –preguntó Jo.
-Le quitaron la virginidad de labios a tu amiga –respondió Fer. ¿Virginidad? Vaya palabra que se le ocurre decir.
-¿Cuándo? –preguntó sorprendida y con una sonrisa.
-Hace unos minutos –respondió.
Sentía que mis mofletes ardían. No entiendo la pequeña escena que tuvo Fer. Qué vergüenza.
-No lo puedo creer. Me perdí esa escena –dijo Jo triste.
-Sí... La escena –respondió incómodo. Con Jo nos quedamos mirando unos segundos. Luego Fer se fue un poco enojado.
-Vaya. Escena de celos por favor –dijo jugando.
-¿Tú crees?
-Ja. Claro que sí. Esa cara con la que se fue el niño. Dios, era de furia.
-¿Furia por qué?
-Uhm –susurra –. Porque él quería besarte, grr. De hace tiempo.
-Oh. Pero Matt lo hizo...
-Matt –piensa –. Le queda corto el nombre a ese joven.
-Él es mayor que yo por 1 año, parece.
-Tiene 14. Y tú 13.
-Uff –sarcástica –. Qué inteligente eres.
-Lo sé –ríe.
Decidimos ir al toldo a sentarnos y yo ya tenía presente que me iba a preguntar todo sobre Matt. Ni siquiera lo conozco como para que me diera un beso.
-Y... ¡CUENTA! –y le tuve que contar casi la mitad de lo que sabía –. Continúa mientras vamos a la sala –me dijo ansiosa.
-Okay.
Ya terminó la jornada de colegio de hoy. Nos encontramos los tres en el patio trasero esperando a que alguien los venga a buscar. Hoy mi madre no me podía llevar a casa. Me dio dinero para irme en taxi a casa.
-¡Roth! –me llamaba alguien.
-¿Ah?
-Es él de nuevo –me dijo Fer con un tono cargante.
-¿Te llevo a tu casa? –me propuso Matt.
-No, no gracias –dije nerviosa –. Voy a tomar un...
-Roth –se me acerca –. Insisto.
-Está bien.
-Adiós, Roth –se despide Fer.
-Adiós, Fer.
He faltado a la palabra de mi madre al decirle que nunca me subiría al auto de algún desconocido. Caminamos juntos hacia la salida. Tomó mis bolsos y nos paramos frente a la calle.
-Tenemos que esperar un poco –me dice serio.
-¿Por qué?
-Hay que esperar un auto.
-Para eso me voy sola.
-No. Ahí viene.
Era un auto completamente distinto a los autos que hay en el sector donde vivimos. Negro... Un color negro misterioso como él. El auto se estacionó frente a nosotros.
-Damas primero –dice un señor bien vestido con una cálida sonrisa.
-Ah... Gr-gracias –. Subo y luego Matt. El señor también y comienza a conducir.
-Joven Matt, mañana tiene que presentarse en la junta con su padre a las 9:00 am.
-¿Con quién?
-Eso se lo tendrá que decir él. Lo lamento por no poder informarle.
Ambos hablaban extremadamente formal. El otro, el conductor, era adulto. Ambos hablaban sobre un negocio o algo así, como si Matt no tuviera esa edad.
-¿Puedes cerrar la ventanilla, por favor? –dice Matt.
-Sí, joven.
Después de cerrar la ventanilla Matt me mira profundamente a los ojos. Me siento incómoda.
-El colegio en el que estás no es tan grande como yo imaginaba.
-¿No? Yo lo encuentro con un espacio justo.
-Bueno, cada uno tiene su punto de vista. Ahora –su tono era severo –. ¿Cómo se llamaba la persona que nos interrumpió? –Oh. ¡Olvídalo!
-Ah. Fernando. Yo le digo Fer con cariño.
-¿Te gusta? Porque para haber arruinado un momento así, debió de estar celoso. Y si a ti te gusta... va a tener oportunidad contigo.
-No –le interrumpo –. O sea... Lo quiero, pero como un amigo más. Nunca he pensado de él como algo más.
-Uff –suspira –. Qué bueno.
-¿Ah? ¿Por qué dices eso?
-Y-yo –mira a la ventana –... por nada.
Vuelve a voltearse. Toma dulcemente mi mentón y pasa su dedo pulgar por mi mejilla. Su piel es suave. Como el trasero de un bebé.
-¿Me podrías soltar, por favor?
-¿Por qué? –me dice sin quitar sus ojos de los míos.
-Es incómodo estar aquí contigo.
-¿Y por qué?
-Porque no te conozco.
-Uhm. En eso tienes razón. Pero aún así estarás aquí hasta que lleguemos a tu casa.
-Sí. ¡Oh! Se me olvido decirles la dirección –río nerviosa.
-Ja –ríe –, tranquila. Estás todavía a tiempo.
-Entonces, ¿a quién le digo?
-¿Su dirección señorita? –me preguntó el señor. Se la dije y Matt se reía hacia sus adentros. Cerró la ventanilla.
-Ja –ríe –. Qué tierna –me dijo.
-Hmm –me sonrojo –. ¿Por qué?
-Por nada –dijo aun manteniendo su sonrisa –. Miro su mano que saca algo. Era un líquido –. Cuando lleguemos a tu casa, ¿va haber alguien?
-No, justo hoy mi mamá llegará tarde. Tenía que ir a ver 3 doctores.
¿Por qué le digo eso? Ni siquiera lo conozco. Pero siento cierta confianza. ¿Será porque me salvó la vida?
-Oh. Bueno. ¿Tienes que almorzar, no?
-Sí, pero tengo almuerzo en mi casa. Está en el microondas.
-Ah. Bueno. Te iba a invitar a almorzar. Pero quizás sea para otra ocasión.
-Aquí es –interrumpe el señor. Iba a abrir la puerta pero Matt me detuvo.
-No. Espera –el señor abre la puerta.
-Señorita.
-Ahora sí.
-Adiós, Matt.
-Adiós, Roth.
Me quedé afuera de la casa hasta que se fue el auto lujoso. Madre mía. Qué guapo está.
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Subastada? INITIUM [Visión Roth Montalva] I **CORRIGIENDO**
RomansaFui engañada por mi propia sangre para caer en el mercado negro de las subastas. Mis 23 años fueron el sello de mi libertad. No entiendo por qué tanto interés por mí. No, Matt, no me dejaré domar tan fácil aun cuando pagaste por mí un billón de dóla...