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~Fleur (La chica caramelos)~

Diablos, haré el ridículo. Estoy considerando seriamente pedirle a Kate ayuda. Decirle que necesito de su "sabiduría" para una cita. Que me ponga un audífono o algo así. Apenas puedo tocar mi comida de lo exaltado que estoy.
—¿Qué te pasa? — me pregunta Kate mientras mastica un brocolí, viéndome con ojos serios y tal vez un poco amenazadores.
—Na-Nada. — le digo y me trago el pedazo de carne a la fuerza.
—Seguro, eso es "nada".
Diablos, ¿Por qué trata de sacarme información? Bueno... Yo estaba a punto de decirle...
—Es que... Tengo una cita.
Su rostro se queda exactamente de la misma manera, sin expresar nada. Seguro no quiere burlarse de mí.
—Y... Necesito ayuda.
Hasta que muestra algo de expresión. Su ceja derecha se eleva ligeramente. —¿Con quién? ¿Mia? ¿Selene?
—Bueno... No a solas con una chica pero más o menos está arreglado así. Con... Fleur y Leah.
—Ah...— dice ella sorprendida. Luego sonríe. —Me parece bien, ¿Eso era lo que querías, no? Suerte con eso.
—No realmente. No lo esperaba. Sólo quería verla pero nunca salir con ella...
—Bueno, ahora es mejor. — afirma Kate y se levanta de la mesa. —Gracias, Valerie, estuvo muy buena tu comida...
—No es nada, Kate. Por cierto, te ves guapa sin gafas. Deberías no usarlas tanto.
Las mejillas de Kate se ponen rosadas y luego se va del comedor. Suspiro frustrado. No va a ayudarme en mi cita. Y está bien.
Pero ese sábado por la noche estaba a un kilómetro de la cabaña llamando a mi madre en busca de respuestas. ¿Qué le gustaría a una chica que le dijeran?
—Sé tú mismo. Así sabrás si le gustas realmente. ¡No finjas nada!
¿Fingir? Es lo que los adolescentes hacemos todo el tiempo. En la escuela hay que fingir para tener amigos o lo que sea. Con la familia hay que fingir modales, con los padres fingir que no sabes lo que significa "sexo" con los maestros fingir ser un buen niño y con las chicas fingir ser muy buen hombre. Diablos. Eso es difícil. Seguro cuando tenga veinticinco años podré ser yo mismo, pero ahora, en este pueblo, en este club, no podré ser yo mismo. Es una tarea difícil.
—No fingir. Bueno... Gracias mamá. Te veo mañana.
—No pienses. Sólo ve y hazlo todo bien como sabes hacerlo.
—Gracias, mamá. — le digo con seriedad. En serio lo agradezco. —Te quiero.
—Yo a ti.
Suspiro y me quedo viendo el árbol que está frente a mí hasta que una voz de sabelotodo me hace saltar.
—¿Eres bobo? — pregunta Kate
Ella me eleva las cejas, luego gruñe y comienza a decirme que no iba a lograr nada si no me hacia el interesado en Fleur. Le pregunto por qué no estaría interesado en ella y ella responde con tanta sencillez lo siguiente:
—Porque si estás tratando de ser tú mismo y no fingir, no podrías poner los ojos en ella y estarías más interesado en ti intentando ser tú mismo, que en ella.
—¿Qué sugieres?
—Interésate en ella. Nada de ponerte como maceta o algo así.
—¿Cómo como maceta?
—A las macetas les gusta que las vean. Me refiero a que no seas todo presumido. Interesante en lo que te diga. Eso es todo. Y simplemente con eso lograras mostrarte a ti mismo sin necesidad de pensarlo. Ahora vamos. Tenemos que dormir. Agradece que te acompañé o serías la cena de los lobos.
Ella comienza a caminar casi escapando de mi, su cabello suelto moviéndose de aquí para allá. Sonrío y lo agradezco. Su consejo tiene más sentido.

El lunes llega con un horrible amanecer brillante, con pajaritos cantando y la música de mi madre sonando a todo volumen. Un día perfecto. Pero para mí, horrible. Esperaba que hubiera una tormenta o un huracán.
Tomo mi teléfono y veo un mensaje de Leah como "Leahleahleah"
Leahleahleah: Ella dice que sea temprano.
Yo: Tengo clases.
Leahleahleah: Si Fleur va a faltar, tú también.
—No puedo... — murmuro para mí mismo. Entonces recuerdo que para hoy no había que entregar ningún trabajo y que todos eran para mañana pero como ya los había hecho, no había razón. Bueno... Sí. Que no era bueno faltar a clases. Nunca. Así que...
Yo: No. Lo siento, en otra ocasión.
Leahleahleah: Déjate de idioteces. Te veo en dos horas en mi casa.
Su casa. ¿Dónde se suponía que fuera eso? Pero igual, no iría. No voy. Me niego a faltar a clases.
Cuando estoy preguntándole a mi mamá sobre ir y faltar a clases, espero que ella me diga que no puedo dejar mis responsabilidades. Pero no es como si ella fuera una verdadera madre...
—No seas idiota. No pongas excusas para no ir. Has estado enamorado de ella desde que naciste, creo. No estaba en ese tiempo pero lo supongo, ya sabes, porque cuando vine ya estabas enamorado...
—Esta bien, está bien. Y ¿qué pretendes que haga?
—Ir, eso es obvio. Dame tu emparedado.
Frunzo ligeramente los labios y veo mi emparedado con hambre. Entonces se lo doy y termino mi desayuno. Ya le di mi emparedado a mi madre. No podría ir a la escuela sin uno de esos. Ja, vaya excusa. "Profesor, lo siento por no venir ayer. Mi madre se comió mi emparedado..." O lo podría cambiar por "se comió mi bicicleta".
Cuando llego a la casa de Leah, me abre el diablo. O el ángel. Fleur. Una enorme sonrisa coqueta se forma en sus labios y yo lo único que puedo hacer es tragar saliva y abrir la boca para decir algo pero sin lograr emitir algún sonido. ¡Idiota, idiota, eres un idiota! Qué gran impresión...
Ella está muy bien arreglada. Realmente no me fijo en la ropa que lleva pero sé que se ve linda. Es lo mucho que te lo puedo describir.
—Percy... — ella sonríe de manera dulce y sale.
Yo aún no puedo decir nada. Sí, pendejo.
Detrás sale Leah que se ve un poco menos arreglada, como si no le hubiera tomado importancia. Igual que yo. Que vengo con la ropa que iba a llevar a la escuela. Después de un silencio enorme Leah sugiere que nos vayamos y yo las sigo. Vamos de arriba para abajo cuando estamos en el mall y después compramos las entradas para una película de terror. Fleur no ha parado de pegarse a mi brazo y reírse cerca de mi cuello. Juro que es... Un poco incómodo, debo admitir. En algún momento mientras comemos, Leah dice que debe ir al baño y yo espero a Fleur en la mesa. Ella regresa antes que Leah con un helado de caramelo y me sonríe antes de sentarse a mi lado, los mechones de cabello caramelo haciendo que mi nariz pique.
—¿Recuerdas la obra de Rapunzel de la otra vez?
—Sí. — no la recuerdo pero al igual que a Kate, a ella parece importarle.
—Estaba algo molesta porque la chica, Kate, fuera Rapunzel. Ella no es tan bonita...
Frunzo el ceño. No, definitivamente, esto no está gustándome. —Y a veces es algo molesta y boba...
—A mí no me parece así.
Ella eleva la mirada y trago saliva. Diablos, tiene mirada amenazadora. —No me contradigas, Percy.
Diablos, pero en este momento no quiero obedecerle. Ya tuve bastante y este día ha sido de lo más horrible. Fleur no ha dejado de pegarse a mi brazo, Leah de molestarme, Fleur me tira guiños, Leah risas maniacas... Fleur critica a mi amiga y ¿yo tengo que escuchar? No.
—Lo siento, tengo que irme.
Me levanto de la silla y Fleur me toma de los hombros con fuerza pero sin lograr realmente nada, más bien me alejo de ella. Me ve molesta y luego se me acerca con rapidez y me da un beso en los labios, dejándomelos fríos y pegajosos por el helado de caramelo. Definitivamente, ¡No!
—Oye, gracias. — murmuro con voz poco convincente.
¿Gracias? ¡No!
—De nada.
—Ya tengo que irme.
Y salgo de ahí volando, secándome los labios porque... No... No es lo que esperé y de lo que estaba enamorado todo este tiempo.

Los Secretos de un Adolescente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora