6

133 14 1
                                    

~Leah (La histérica)~

—Entonces fue terrible. — concluye Kate en el almuerzo, mientras mastica su apio.
Yo estoy colado en la escuela sin una mochila o una libreta.
—Algo así. — ella eleva una ceja. —Bueno, sí, fue terrible. ¡Que asco! Si supieras lo que se siente que te dejen caramelo pegajoso en los labios...
Ella frunce la nariz y niega con la cabeza repetidas veces hasta que me callo. —Sin detalles, gracias.
Suspiro frustrado y ella me ve un poco fastidiada pero luego sonríe y comemos en silencio. Sí, le quito algo de su almuerzo. Ella me lo debe. Me hizo desvelar...
Después, ella se va a clases y yo salgo a escondidas de ahí, deseando llegar a casa rápidamente. Mientras voy caminando voy pensando que hoy perdí prácticamente mi día. Bueno... por lo menos tendré algo por lo cual reír cuando sea grande. Que idiotez.
Cuando voy por la casa de Valerie, escuchó un grito fuerte. Y lamentablemente dice mi nombre. Me giro y veo a Leah roja y llorando, enojada, también.
—¡Tú eres un idiota! — me grita.
Se acerca a mi y presiona un dedo con fuerza en mi pecho, viéndome con ojos furiosos e histéricos.
—¡Estás tan ciego!
—Oye, Leah, no sé de qué hablas. Y si te refieres a Fleur...
—¡Claro que me refiero a Fleur! — chilla y yo tengo el impulso de taparme los oídos. Su rostro se pone pensativo y luego molesto. —¡Ah! Pero no es por ella, Percy. ¡Es por mi!
¿Por ella? Que diablos...
—¡Eres un idiota! ¿Cómo pudiste besarla frente a mí? Si supieras... ¡Yo he estado enamorada de ti desde la obra de Rapunzel!
¿Enamorada? ¿La obra de Rapunzel? No entiendo absolutamente nada.
—Yo invite a Fleur porque pensé que no iba a gustarte y que te ibas a fijar en mí en algún momento...
Ella comienza a llorar y yo abro la boca para decir algo pero no puedo. Lo único que hago es intentar consolarla pero ella me grita y me aleja de un manotazo. Enamorada. De mi. Del don invisible. Desde la obra de Rapunzel que no recuerdo cuando fue...
—Leah... ¿Cómo podría no fijarme en ti? Eres una chica maravillosa. — le digo. Vaya, no sabia que era bueno para dar ánimos. Pero lo digo en serio. Ella es justo como debería ser. Una chica única y maravillosa. —Sólo hay una como tú y eres grandiosa.
Ella para de llorar y me ve con una gran sonrisa en sus labios. Luego se molesta. —No seas así conmigo. Vas a hacer que me enamore más de ti. 
—No estas enamorada de mi, Leah. No puedes estarlo desde hace tanto.
Ella me ve con ojos tristes y luego de un rato de hablar, ella se tranquiliza y me deja ir a casa. Cuando llego a casa le cuento a mi mamá lo qué pasó y mi padre se ríe de mí y luego me acusa de ser irrespetuoso. Tal vez sí. Pero tampoco iba a quedarme ahí sin hacer nada con esos labios tan...
El timbre suena interrumpiendo mis pensamientos poco amables y mi madre va a abrir. Ahí está Kate y Brendan con sus mochilas y caras fastidiadas. ¿Ellos siempre se ven así? No, creo que sólo cuando están juntos.
—Percival. — llama mi padre y volteo a verlo algo fastidiado. —¿Quien es ella?
—Es Kate. Y Brendan.
—¡No, ella es la hija de Mike!
Lo veo sin expresión. ¿Mike? —Mi mejor amigo.
—Ah...— ¿Quien es el mejor amigo de mi padre? Si se mantuviera más en casa lo sabría... —¡Bueno, que bien!
Mi falsa emoción hace a mi papá levantar las cejas y luego soltar una risa antes de girarse a ver televisión.
—Lamento interrumpirte pero debemos irnos. —viene a decirme Kate con ojos serios. La sigo afuera y nos montamos en las bicicletas para ir a no sé dónde me dijo Kate. Una cosa. En el camino, vamos hablando con Brendan y Kate va muy callada. Tiene algo extraño. No sé si quiere que Brendan se vaya o qué. Entonces me adelanto para estar a su lado y la veo con interés antes de volver a poner mi atención en el camino.
—¿Dejaron tareas?
—Algunas. Para la otra semana.
—¿Qué tal la escuela?
—Igual que siempre, Percival. — murmura ella.
"Percival". Bueno, está bien. Le dejaré llamarme así aunque ese nombre usa mi padre para regañarme. Cuando veo dónde estoy me aburro. Estamos cerca de la casa de Valerie. Otra reunión... ojalá haya comida. Esta vez en vez de entrar vamos al jardín y ahí están todos reunidos. Cuando nos ven simplemente se giran a hablar de nuevo. Pero algo no se siente del todo bien. Kate se acerca a mi y me dice en el oído.
—Están hablando de ti.
Eso lo vuelve todo más confuso y me siento a su lado pero esta vez ella discretamente se aleja de mi. Sólo Brendan se queda ahí. Después de un rato de no hacer nada más que hablar, baja Valerie de las escaleras de su casa con un vestido azul muy llamativo. Me ve y estrecha sus ojos con sospecha, luego se sienta en la silla al lado de Julianne y me ve fijamente. Ahora se escucha que alguien más baja de las escaleras y cuando veo, es Leah. Roja y con los ojos hinchados de tanto llorar. ¿Qué? ¡Se suponía que la había dejado bien! Bueno... Puede que no esté llorando especialmente porque besé a Fleur. O mejor dicho, porque ella me besó a mi.
Leah se sienta al lado de Valerie y ella pone una de sus manos en su cuello, consolándola.
—Bueno, chicos. Tengo buenas y malas noticias. — anuncia Valerie. —¿Cual quieren oír? Bueno, eso no importa. En fin. La mala noticia... O mejor dicho, el evento desafortunado de hoy fue... Traición. — dice y juro que se escucha un jadeo por parte del público. Todos excepto Kate y yo. —Sí, como lo escuchan. Y ¿De quien? Percy. ¡El que jamás creímos! Percy, te creí bastante bondadoso y tranquilo. Pero ¿Sabes? No puedes romperle el corazón a alguien así por así. Y menos de nuestro grupo. De ahora en adelante, queda prohibido para los chicos acercarse a cualquier chica que no sea de nuestro grupo.
¿Qué diablos?
—¡Es horrible ver cómo dejaste a Leah besando a Fleur! Y poco satisfactorio. Fleur es una de las chicas que más ataca nuestro grupo y nos hace malas relaciones públicas... y tú nos traicionaste con ella. Te juntaste con alguien en contra del grupo. Y rompiste el corazón de Leah... — ella pasa una mirada por el grupo. —Y no sólo de Leah. ¿Cuantas chicas podemos estar enamoradas de ti?
¿Qué diablos? Que idiotez. ¿Prohibido salir con otras chicas más que las de nuestro grupo? ¡Idiotez! Podría hasta llamar a la prensa y esto ocuparía la primera plana del periódico. Estúpidas reglas.
—No estoy de acuerdo con lo...
—Shh, shh, cállate. — ella sacude su mano y yo frunzo el ceño. —Ahora, la buena noticia es que nos vamos a la ciudad. Pero... sin los que se involucraron en este asunto desafortunado. Lo siento, Kate.
Kate abre sus ojos de inmediato y pega un brinco, sonrojándose. —¿Có-cómo? Yo... no estuve involucrada...
—Lo siento mucho, Kate... es que recibiste a Percy en la escuela justo después de cometer el crimen. Y... lo fuiste a traer a su casa...
—¡Pero Valerie! ¡Alguien tenía que tratarlo! Y él vino a mi por consejos y yo...
—Lo siento mucho querida. — dice Valerie con falsa voz amorosa. Es el diablo. —Ahora, ambos deben irse. Los veré en la próxima reunión donde se retirara el castigo.
Kate frunce los labios y se para con toda la dignidad que tiene y camina hacia su bicicleta. Yo camino detrás de ella, agarrando algún pan y macarrones antes de subir a mi bicicleta y seguirla. Ella va tan rápido como puede y yo la sigo, pensando en lo comunista que es Valerie. Bueno, no entiendo el comunismo pero sé que fue malo y Valerie es mala. Estúpidas reglas del club. Y Leah parecía una... mala también.
—¡Kate espérame!
—¡Vete! — grita Kate.
Suspiro y cuento hasta diez. No quiero otra chica histérica. Llegamos a su casa y ella sale corriendo hacia la puerta pero yo la alcanzo y detengo el paso a la puerta.
—Dejémonos de bobadas.
—¿Bobadas? — ella se pone roja y me gruñe. —¡Yo realmente quería ir a Gasglow! ¡Quería unos zapatos y quería algo lindo!
—¡Oye, Kate, yo también! ¿Pero qué no puedes ver lo comunista que es esto?
—¿Comunista? Percy, eso no aplica.
—Bueno, es injusto. Es Nazy. Es loco. ¿Cómo nos prohíben salir con chicas que no sean del grupo? Y... Juntarnos con otros que no sean los del club... ¡y que no me dejen ir con ellos como castigo por eso!
—Bueno, estaba bien merecido. Eres un idiota. Usaste a Leah. Y a Fleur. Y no resultó como querías. Y por eso yo tengo que perder mi viaje a Gasglow...
—¡Enciende tu cerebro ahora! Es injusto y peleas por un viaje estúpido...
—¡Peleo porque fue tu culpa!
—Es injusto... y si tanto quieres ir, puedo decirle a mi padre que nos lleve. Irá a Gasglow el miércoles. Pero quiero que enciendas tu cerebro magnífico y veas lo Nazy y horrible que es el club.
Ella me frunce el ceño y se queda callada. —Mi cerebro está encendido, gracias. Que yo use el club para mi propio beneficio es mi problema. Deberías hacer lo mismo y no creer que realmente son tus amigos. No lo son.
Ella me hace alejar de la puerta y me frunce el ceño. —Te veo el miércoles. Temprano.
—¿Eso te incluye a ti? — pregunto al darme cuenta de lo que ha dicho.
No son mis amigos. ¿Ella tampoco?
—Aún no lo he decidido. — dice ella y entra a la casa.
Ja. Vaya amiga.

------

Noté que había un error con esta parte así que la volví a publicar. Y borré la anterior... es lo mismo.
Espero lo disfruten!
PK

Los Secretos de un Adolescente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora