~Kate (La chica... demasiado confiada)~
El rostro de Kate me sonríe desde el otro lado de la mesa y yo simplemente la observo. No puedo dejar de pensar en las tareas que debo hacer y la forma en que le dire que me ayude con algo que no entendí. Ella se acerca y se sienta a mi lado y me observa. Luego se pone seria.
—Acabas de guiñarme el ojo.
—No lo he hecho. — le digo.
¿Lo hice?
—Sí. Lo hiciste.
—No lo hice, deja de molestarme.
—Es la verdad.
Gruño y continuo viendo mi tarea recién hecha. Necesito urgentemente su ayuda con la siguiente tarea. Y ahora realmente no quiero pedírsela.
Después de unos treinta minutos veo el reloj y me doy cuenta que ella debe irse ahora. Y si no le pido ayuda...
—Dilo de una vez, Percy. — me dice Kate.
Brendan levanta la mirada y eleva las cejas. No, que no empiece de nuevo. Brendan no ha dejado de acusarme de que le gusto a Kate y que le arruine su conquista. Lo cual no es cierto. No le gusto a Kate. Ella es demasiado... demasiado inteligente y demasiado bonita como para caer en un idiota como yo. Pero él sigue insistiendo que le gusto y que incluso puede notar que yo ando detrás de ella, guiñándole el ojo o tomando su mano. Lo cual no es cierto, tampoco.
—¿Percy?
—No necesito nada, Kate. — murmuró, tragándome el enojo por la mirada de Brendan. Y ahora no puedo entender mi tarea en paz.
Kate suspira y toma sus cosas, las mete en su mochila y se levanta.
—¿Te vas? — pregunta Brendan.
—Sí. Estaré en la colina. Por si alguno de ustedes me necesita. O quiere decir algo. — añade para nadie en particular.
Me muerdo la lengua sólo de pensar qué tal vez ella piensa que me gusta y que se lo tengo que confesar. O... no lo sé. Simplemente me asusta. Yo carraspeo ligeramente y continuó haciendo mi tarea, como si no la hubiera escuchado hablar. Ella se para y carraspea imitándome y levanto los ojos para verla elevarme una ceja como "¡Dí algo!"
Lo siento, señorita, no lo haré. Arregla tú tus cosas.
—¡Bien! — gruñe y pronto estamos solos Brendan y yo.
—Bueno, Percy... — pongo los ojos en blanco sólo al escucharlo. Por favor, no empieces. —Perdón por pensar que te gustaba Kate. Yo creo más bien que podríamos simplemente... olvidar lo que te dije. Claro... me parecería mejor si te alejaras más de ella y trataras de decirle no a sus peticiones...
Y todo iba tan bien hasta que abrió la boca de más. En fin. Tuve que escucharlo hablar hasta que mi madre llego y lo saco de la casa. La mujer se merece todo. Así que termine mi tarea y trate mucho de hacer la otra pero no pude. Así que ahora simplemente voy saliendo con mi mochila hacia la colina donde sé que ella está, preocupándome por la vida. ¿Qué haré si trata de besarme tal y como advirtio Brendan? Seguro la empujaría fuerte y luego me demandaría por maltrato a la mujer o algo así. Pero vale el riesgo ya que en verdad necesito arreglar esta tarea. Cuando estoy llegando, veo dos pequeñas figuras en las bancas, así que supongo que es ella y... Brendan.
Sí, es Brendan. Así que será muchísimo mejor que me esconda porque se volverá loco. Como siempre.
Así que simplemente camino hacia arriba por la parte oscura donde hay un frío que congela mis huesos y alcanzo detrás de ellos.
—¿A qué te refieres con que no te gusto? — pregunta Brendan.
Madre de Dios. En serio acaba de preguntar eso? Va a arruinar su vida. Completamente. Observo con atención el rostro de Kate y la veo formular respuestas a toda velocidad y luego quedarse en blanco.
—Me refiero a... cuando a una chica... eh...
Esto es horrible. Simplemente debería irrumpir y acabar con el sufrimiento de ambos.
—Cuando... — ella suspira. —Brendan, no me gustas. Simplemente es así. Lo siento. No siento lo mismo que tú. Y... no sé... yo...
Brendan se pone bastante serio al escucharla, como que al final la luz le ha llegado y ha abierto los ojos. Luego se aleja de ella y su rostro se pone rojo y sus ojos están avergonzados.
—Te gusta Percy.
Ella se queda callada viéndolo. —¿Percy?
—Ya dime la verdad. Te gusta él, no? Siempre estás acercándote a él y tratando de verlo y...
—Bueno, eso no te concierne. — dice ella con su voz autoritaria. —Ahora, si me disculpas, pienso dar una vuelta por acá. Sola.
Ella camina lejos y yo me quedo apretando mi mochila contra mis hombros, esperando a que Brendan se vaya y pensando en si es una buena idea acercarme a ella y pedirle ayuda. Bueno, no iré. Al final es sólo una tarea que vale más puntos que cualquier otra tarea y puede que pierda la materia pero no iré. Pienso que es mejor dejarlo así.
Cuando Brenda comienza a caminar lejos yo me voy por el otro camino pero cuando estoy dándome la vuelta me encuentro con un rostro pecoso frente a mí. Abro los ojos y me quedo sin palabras al verla levantando una ceja.
—Eres bastante ruidoso. — explica ella.
—Yo... sólo venía con Brendan. — le digo.
—¿Qué necesitas? — dice ella observando mi mochila.
Suspiro y caminamos juntos a la grama. Necesito su ayuda. No me puedo permitir perder la materia.
—Necesito resolver esta tarea.
Nos sentamos juntos y comenzamos a hacer la tarea, ella explicándome hasta que me entra en la cabeza y luego haciéndola con rapidez. El frío que hace aquí arriba es horrendo. Ella está bastante tranquila con su gabardina pero yo vengo con un suéter que debería ser ilegal usarlo en esta época del año. Después de un buen rato nos dirigimos al pueblo y caminamos a un café.
—¿Escuchaste lo que Brendan dijo? — pregunta ella con voz avergonzada.
—Eh... no.
—Sé que lo escuchaste. Sabía que le gustaba pero no pensé que fuera para tanto.
Nos sentamos en la mesa y ella se observa en el reflejo del vidrio de la mesa. —Ni siquiera soy bonita.
Elevo una ceja con curiosidad. Ella no es horrenda. Tampoco es Valerie, que tiene una belleza exótica. Sino que ella es más bien como una chica guapa con pecas por toda la nariz y mejillas.
—¿Por qué piensas que no eres bonita?
—Porque me lo han dicho. Y porque no atraigo a los chicos que me gustan.
Ella me observa fijamente y me siento remover en la silla. No se referirá a mi, cierto? Pero algo en su mirada me dice que...
—¿Te han dicho que eres fea?
—Sí... Selene me lo repite todos los días. Y en la escuela.
—Ellas son niñas mimadas, Kate.
—¿Y qué? Yo también lo soy.
—¿Mimada? De mimada no tienes nada.
Ella suspira y mira hacia una familia que está frente a nosotros. —Soy estúpida, Percy. Rechazo a la gente que me quiere y me gusta acercarme a los que no me darán nada. Soy débil. Tan débil que cuando me dicen que soy fea me lo creo.
La observo con curiosidad y también algo molesto. ¿Cómo puede pensar eso de ella misma? Seguro que yo nunca pienso eso de mi. Pienso que soy un idiota a veces pero no me lo creo. Pero ella parece bastante ofendida y triste por sus pensamientos.
—No tienes que decir nada. — dice ella. —Es estúpido.
Yo simplemente no sabía qué decir. Tal vez unas palabras alentadoras. Pero sabía que no serviría. Así que nos quedamos en silencio un buen rato y en algún punto me doy cuenta que ella me mira fijamente mientras yo no le presto atención. Me giro para verla y ella simplemente me observa y luego se vuelve roja y se esconde detrás de su café.
—Percy...— me llama ella antes de que nos separemos para ir a casa.
—¿Kate? — ella se queda callada y yo rezo para que no me vaya a decir lo que pienso.
Por favor, sólo calla esa boca tuya.
—¿Te gusto?
Maldición...
Mis ojos se quedan abiertos y yo no pienso en nada rápido.
Pero ella parece decidida a esperar una respuesta, parada erguida y con la barbilla en alto. Ella tiene confianza en sí misma. Sé que no le importará mi respuesta. Sé que lo hace por ella misma, porque es curiosa y no se queda jamás sin respuestas.
—¿Y?
Siento que mi pierna izquierda comienza a temblar.
—Yo... No estoy seguro.
Ella frunce el ceño con delicadeza y luego quita su posición de a la defensiva y sonríe amablemente.
—Feliz tarde, Percy. — me dice antes de desaparecer de mi camino.
Yo frunzo el ceño y camino hacia mí casa, con su pregunta rondando por mi cabeza. ¿Me gusta?
Lastimosamente esa inocente pregunta me deja con los ojos abiertos toda la tarde y noche.
Y... ¿Por qué ella parecía tan complacida por mi respuesta? Me hace sentir como que sabe algo que yo no.
Y eso me asusta más.:::::
Volví!
Estaba tan ocupada. Espero escribir el otro pronto! Lo siento
🐣🐣
Karen
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Los Secretos de un Adolescente
Подростковая литератураLa horrible historia comenzó un jueves catorce de abril, mi madre me había insistido en ir a esa conferencia de "motivación" ya que pensaba que era deprimido. ¡No lo era! Ella quería que fuera para que consiguiera una pareja, ya que, a mis 17 años...