~Valerie (la chica "perfecta")~
—Estamos en la cafetería que mencionaste. — murmuro.
—¿Tan rápido? ¡No hicieron nada!
Observo a Kate ver algunas piedras de colores en un armario y escucho con atención las palabras de mi padre. —En la esquina hacia la derecha...
Kate voltea a verme y eleva una ceja, como preguntándose por qué la veo así. Cambio la dirección de mi mirada y le contesto a mi padre.
—Está bien.
—¿Qué te dijo?
—Que en la esquina a la derecha. O a la izquierda... No. La derecha. — murmuro con incertidumbre.
Ella eleva una ceja y luego frunce el ceño. —No iré contigo.
—¿Por? — pregunto
—Porque no iré a perderme. Contigo.
—¿Y si no fuera yo, irías? — pregunto debido a su respuesta. La curiosidad me gana. ¿Seré tan poco confiable? O ¿No le caigo bien?
—Tal vez. — murmura ella.
Me doy cuenta que ha regresado la chica sabelotodo. Bueno. Bien. Me iré a buscar la oficina de mi padre sólo, entonces.
—¿Qué se supone que estás haciendo? — murmura ella.
—Iré a la derecha por la esquina. — murmuro.
—¿Solo?
—Acompáñame si quieres.
Ella pone los ojos en blanco pero cuando salgo de la cafetería la veo venir detrás de mi. Ja. Al parecer no soy tan inseguro para ella. Porque aquí viene, esperando no quedarse perdida sola. Pasamos varias calles y juro que estoy perdido en serio. No escuche lo que mi padre dijo, sólo escuche en la esquina a la derecha. Pero no quiero decirle nada a la chica cansada y sudada a mi lado. Me mataría. O diría algo inteligente y crearía el mejor plan de todos. Caminamos unas cuadras más y ella me sigue al lado, su cabello pegándose un poco a su frente y sus labios secándose bastante. Después me paro en una cafetería y pido dos botellas de agua. Le doy una a ella que agradece con ojos felices y salimos de nuevo. Debo llamar a mi padre. No sé dónde diablos estoy.
—Oye, Kate...
—Ya lo sé. — jadea ella y me lanza una mirada de sabelotodo.
Sonrío bastante feliz, ya que esperaba que lo supiera. No sabía que iba a hacer.
—Es por acá. — dice y comienza a caminar hacia la otra calle. La sigo y pronto estamos enfrente de un pequeño edificio bastante elegante. Al fin llegamos. Entramos y la recepcionista me ve extraño pero cuando ve a Kate detrás de mi sonríe.
—Que gusto tenerla por acá...
—Hola. — murmuró.
La recepcionista me sonríe y luego Kate pide ver a su padre y pronto estamos frente a la oficina del director de la empresa, el mejor amigo de mi padre, Mike. Un tipo con cara ruda y ojos brillantes de manera perspicaz. Al principio me da una sensación de... ¿miedo? Más bien es como respeto.
—Hola, papá... este... siento interrumpirte aquí, es sólo que necesitamos regresar a casa. Vinimos a comprar unos dulces y ya.
Su padre eleva una ceja gruesa como la de Kate y me frunce el ceño a mi. —¿Viniste con él?
—Percival. El hijo de Sam Sattler.
—Ah... — dice su padre y su cara se relaja.
—Como iba diciendo. —continúa Kate. —Dimos una vuelta y queremos regresar. No sé si podrías prestarnos tu auto para que nos lleve de regreso...
—Claro, está bien. — dice su padre y Kate instantáneamente se da la vuelta para irse. Yo la sigo pero su padre me para llamando mi nombre. Qué horror. —Para la próxima organiza todo, por favor. No es mi problema...
Asiento y mi estómago se revuelve. Qué horror...
—Déjalo en paz, papá. Yo organicé esto. Es sólo mi acompañante. Ahora, si me disculpas...
Ella sonríe de manera forzada y me jala del brazo fuera de la oficina. Diablos, no vuelvas a salir con la hija de Michael Belloti. En el auto estamos bastante incómodos, yo más, de hecho. Ojalá su padre no haya pensado, así como los míos, que me gusta su hija, Kate.
—Oh, yo amo esta canción. — dice Kate y comienza a cantar a la perfección la letra de Don't Tell Me de Madonna. Yo la sigo y juntos cantamos el coro con fuerza. Me sé esta canción porque mi madre siempre la ponía cuando yo era pequeño y me hacía bailar con ella. Me enseñó algunos pasos extraños que me da vergüenza admitir.
—¡Cantas bien! — le digo.
Ella asiente y ríe. —Gracias.
El camino es bastante divertido después de eso. Ella canta fuerte y yo la sigo en donde puedo y a veces ella comienza a hacer como extrañas caras que me hacen reír.—Tienes que llevarlo a la clase. — me avisa Kate.
Yo bostezo y me dirijo a donde ella me índica, cansado. No pude dormir casi nada ya que ayer por la noche como tantos dulces que no me dejaron dormir. Y ahora tengo sueño. Kate me empuja y me quita las tareas de las manos, luego se sienta y eleva una ceja.
—¿Dormiste?
—Un poco. — bostezo y me siento.
—Te ves... mal.
Sonrío y cuando menos lo espero, ya estamos saliendo. Kate me dice que debemos ir a la casa de Valerie porque nos va a dar el perdón o algo así. Yo no estoy nada entusiasmado con eso. Simplemente creí que ya me había escapado del club y nunca más lo iría a ver y que podría ir a mi casa caliente y cómoda a dormir como un oso en hibernación. Pero esta bien. Arreglaré las cosas. Porque después de todo... supongo que es divertido. Cuando llegamos a su casa Kate simplemente abre la puerta y yo la sigo a donde sea que ella se dirija. Hasta que llegamos a la habitación de Valerie, donde ella está acostada en la alfombra al lado de Julianne viendo algunos videos en su computadora. Cuando nos ven ambas elevan las cejas aesorprendidas.
—Creí que habían desaparecido.
—No lo hicimos. — dice Kate. —Acabemos con esto.
Valerie sonríe y se para, se nos acerca y nos aplaude y no puedo evitar soltar una risa por lo estúpido que suena esto y además por la cómica cara de Kate. Ella me golpea con su codo y Valerie inmediatamente me agarra la mejilla y la aprieta algo demasiado fuerte.
—Atenderé a uno primero. — dice demasiado seria. —Percy.
Trago saliva y me imagino que todo esto no va a ir bien. Lo sé. Seguro me va a golpear y no podré defenderme y no sé... Ella me lleva a una habitación donde hay mucha ropa y cosas pequeñas. Entonces se para frente a mí y me sonríe como si fuese el gato de Cheshire.
—¿Por qué no vinieron a Gasglow con nosotros?
—Tú dijiste que no podíamos...
Ella me frunce el ceño. —Estás siendo grosero.
Suspiro y me quedo callado. —¿Sabes? Es extraño que a todas ahora les gustes. No es normal. No sé qué te hicimos en este club que te hizo ponerte guapo. Incluso ese montón de pecas te hace ver bien.
Instintivamente pongo una mano en mi nariz y frunzo el ceño.
—Soy apuesto. Que no te hayas dado cuenta, es tu problema.
Ella sonríe como el gato de Cheshire de nuevo y pone una mano en mi hombro, fría.
Ella es ese tipo de chica perfecta. Cabello liso, oscuro y tez blanca. El tipo de chica de los libros y películas. Incluso tiene una nariz realmente linda, pareciera una hada o un duende. Simplemente es perfecta. Físicamente.
Así que cuando su mano se pone en mi hombro, los vellos de mi nuca se erizan y siento mis mejillas encenderse. Ella sonríe como compartiendo un chiste privado y casi estoy en automático cuando ella se acerca a mi y me besa.
Cuando lo hace, no puedo evitar pensar, ¡Diablos, la chica más guapa del pueblo! Pero entonces me bajo de las nubes porque ella no es realmente como... no sé. Debería simplemente besarla también. Así que lo hago.
—¿Qué están haciendo? Diablos... Esa no es una buena pregunta. Es obvio lo que están haciendo. — dice una voz de sabelotodo a nuestras espaldas.
¿Es en serio, Kate? Es la chica más guapa del pueblo...
Ambos volteamos a verla algo molestia pero cuando vemos que ahí detrás de ella están los abuelos de Valerie, se vuelve el infierno.
No puede ser.
¿Cómo pudo arruinarse tan rápido el momento más perfecto?
—¡Eres un asqueroso, Percy! — chilla Valerie y la veo ofendido. Ella está llorando.
No, no es cierto. Ella es una...
—Vámonos, Percival. — llama Kate y esa voz me hace sentir tan bien ya que sé que ella me va a sacar de esto rápido. Ella tiene ese poder. Así que la sigo, ella dice alguna disculpa y pronto conducimos lejos en las bicicletas.
Bueno... la chica más perfecta resultó ser una completa boba. Chismosa. Pero bueno. Siempre supe que ella era un diablo. Pero guapísima. Y espero simplemente no obsesionarme con ella. Porque por la forma en la que Kate está viéndome, sé que me golpeara si sigo viendo el aire con idiotez.------
Chicos! Volví a estudiar 😟
Actualizaré lo más pronto que pueda. Porque estaré ocupada y eso.
Pero no los he olvidado! Voy a escribir lo más rápido 😭
Besos,
Karen.
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Los Secretos de un Adolescente
Teen FictionLa horrible historia comenzó un jueves catorce de abril, mi madre me había insistido en ir a esa conferencia de "motivación" ya que pensaba que era deprimido. ¡No lo era! Ella quería que fuera para que consiguiera una pareja, ya que, a mis 17 años...