~Terremoto en el estómago~
Estoy frente a la cafetería que Percy me dijo pero no hay nadie. La calle no está vacía pero esta vacía de chicos llamados Percy con cara de lindos.
Así que espero y espero en el frío, sintiendo como si el viento pudiera penetrar mis huesos. Comienzo a perder la esperanza cuando son diez minutos tarde a la hora acordada. Quizá me engañó. O quizá simplemente lo olvido. O aún peor, encontró a alguien con quien pasar la noche, alguien más... interesante. Suspiro y decido darle tres minutos más. Me balanceo ligeramente sobre mis pies cuando escucho una risa conocida. Sí, conocida. Sigue siendo igual. Miro con cuidado en su dirección, mis piernas volviéndose gelatina, mi respiración aumentando terriblemente y mi corazón palpitando demasiado rápido.
Bueno, al fin volveré a verlo. Al fin me atreví a encontrarlo de nuevo. Al fin decidí que podría soportar estar junto a él de nuevo.
Aprieto mis dedos de los pies y observo cómo corta la llamada y le da un último jalón a su cigarrillo, una linda sonrisa en su rostro. ¿Qué va a pensar de mi?
¿Seguiré gustándole? ¿Seguiré siendo Kate para él como se lo pedí hace tanto? Porque por seguro para mi él sigue siendo Percy. Ese Percy que quise tanto y a pesar de todo sigo queriendo.
O quizá simplemente seremos amigos, me contara que tiene una hermosa novia y que la lleva por el mundo sobre su motocicleta, besándola. Y que pronto se van a casar y quiere que yo esté ahí, por eso me llamo.
O quizá no.
Sus cejas oscuras se fruncen mientras busca dentro de la cafetería. Busca a alguien. ¿Será a mi? Mi estómago da un vuelco y decido darme unos segundos para prepararme. Pero no tengo tiempo, porque como si me hubiera escuchado respirar, se gira y sus ojos se posan en mi, una larga sonrisa formándose en sus labios.
Y yo quiero gritar y abrazarlo.
Pero en vez de eso me quedó plasmada en mi lugar en la calle, observando sus labios y sus ojos achinarse cuando me sonríe. A mi. Él se dirige hacia mi, sus brazos fuertes moviéndose incómodamente a sus costados. Cuando está a mi lado, me permito darle una sonrisa. Y puedo sentir que es una sonrisa bobalicona. Lo es.
Sus ojos se achinan más y abre su boca, pronunciando mi nombre.
Mi estómago parece un terremoto pero me tranquilizo poniendo una mano sobre su brazo.
—Kate...
—Hola, Percy. — saludo y puedo escuchar cómo mi voz cambio a una voz infantil y feliz. Como si me hubieran dado el mejor regalo.
La sonrisa en su rostro parece nunca desvanecerse, al igual que la mía.
—Vamos, tengo una mesa reservada en aquel restaurante. — me dice, sonriendo con algo que puedo identificar claramente. Ternura.
Él siempre ha sido fácil de leer. Sus ojos brillantes siempre muestran cada tipo de emoción y pensamiento. Él siempre ha sido tan bueno y honesto. Y a pesar del tiempo eso no cambio. Sigue siendo ese Percy con el que podría confiar en todo. Ese Percy que apoyaría a cualquiera. Ese Percy que jamás me haría daño.
Él toma mi mano entre las suyas calidad y le da un ligero beso antes de conducirme al restaurante.
Y yo lo único que puedo pensar es en él, con una sonrisa en mis labios que él corresponde cada vez que me mira mientras caminamos juntos.
Sea lo que sea que pase aquí, estaré feliz de simplemente estar a su lado.
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Los Secretos de un Adolescente
Novela JuvenilLa horrible historia comenzó un jueves catorce de abril, mi madre me había insistido en ir a esa conferencia de "motivación" ya que pensaba que era deprimido. ¡No lo era! Ella quería que fuera para que consiguiera una pareja, ya que, a mis 17 años...