Capítulo 7: ¿Por qué?

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Miriam
Habían pasado cinco días desde mi beso con Connor, me he distanciado lo máximo posible, no le hablo, él ya no me despierta cada mañana, no nos vemos en todo el día, excepto cuando nos veíamos al salir por la puerta y yo hacía como si no lo hubiese visto.
Pero creo que ya es tarde.

Iba salir por la puerta cuando me choqué con él, baje la mirada y me fui a la derecha, a lo que él hizo lo mismo, luego me eché a la izquierda y el cerró la puerta.

—Tengo prisa. —dije evitando su mirada.

Noté por el rabillo del ojo que estaba apretando la mandíbula.

—¿Acaso he hecho algo mal? Tienes prisa por no verme, ¿no?, eres una cobarde, ni siquiera se porqué me evitas, haces que no me ves pero cuando me doy la vuelta te quedas mirándome, yo no entiendo nada, no sé porqué te comportas así, todo desde ese estúpido beso, eres una niña a la que han mimado toda su vida, una niñata que...

Alcé la mano y le proporcione una bofetada en la mejilla, aproveché que había bajado la guardia, abrí la puerta y salí corriendo.



Me adentré en el bosque, las lágrimas estaban apunto de escaparse, respiré hondo unas cuantas veces y desaparecieron, pero sus palabras no paraban de repetirse en mi cabeza.

"Eres una cobarde"
"Una niña mimada..."
"Una niñata..."
"Ese estúpido beso"

¿Por qué me importaba lo que me había dicho?
No tendría que estar apunto de llorar, él no me importa en absoluto.
«O eso crees»
Aunque el tenía parte de razón, no le tenía que haber besado, y ya que lo hice no tenía que haberme distanciado tanto, pero lo hice por algo...


Me tumbé en la cama y seguí leyendo la libreta de Blake, por ahora no había nada importante, tiré la libreta a la otra punta de la habitación y me tapé los ojos con las manos. Me puse a pensar en Connor, y en todo lo que me había dicho y lo que yo le había hecho.
Tengo que pedirle perdón, pero ya es tarde, no creo que esté despierto y me muero de verguënza.
Me quité las botas para que no sonara ningún crujido proveniente de la madera y salí al pasillo, una débil luz asomaba por debajo de la puerta, estaba despierto, me armé de valor y abrí la puerta.
Entré, vi a Connor de espaldas a mí, sentado en su escritorio, cerré la puerta y me quedé al lado del marco.

—¿Podemos hablar? —dije deseando que se me quitase el temblor de manos y piernas.

Se dio la vuelta, pasó por mi lado y se sentó en el borde de la cama, tenía puesto unos pantalones marrón oscuro que le llegaban a la rodilla y una especie de camisa.

—¿Te has cansado de evitarme?

—Lo siento.

Connor se rió disimuladamente mirando al suelo.

—Sé que no te tenía que haber evitado pero no sabía...

—¿Por qué me besaste? —Me interrumpió.

—No sé.

—¿Y por qué al día siguiente te comportas así?

No quería decirle la verdad, no quería decirle que no quería enamorarme de él, no quiero enamorarme de una persona que trabaja arriesgando su vida, es una tontería, pero no quiero sufrir otra pérdida de alguien que me importa, prefiero que me odie, que me desprecie, como ahora mismo, pero ya es tarde.

—No sé, yo... —me quedé callada.

Connor me miró a los ojos.

Se levantó y se acercó a mí, se estaba acercando demasiado, di un paso hacia atrás y choqué con la puerta, cuando volví a mirar al frente tenía ya a Connor en mis narices.

—Lo siento, de verdad, tienes razón, me he comportado como una niña.

Se separó y me miró.

—No me mires así, me pones nerviosa.

Normalmente era yo la que le hacía ponerse nervioso con mis estúpidos comentarios o la que le intimidaba, ¿desde cuándo habían cambiado las tornas?

—Creo que es hora de que te vayas a tu habitación, es tarde. —dijo intimidante, eso sin duda era una orden, y yo no quería enfadarlo.

No quiero tu ayuda | Assassin's creed [SIN TERMINAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora