No quiero tu ayuda | Assassin's creed [SIN TERMINAR]

Capítulo 34: A terminado

Connor

Abrí los ojos lentamente, vi a Miriam al lado mía leyendo un libro. Creo que estaba soñando, ella no puede estar aquí, no todavía.

—¿Miriam?

Me miró y abrió los ojos como platos, tiró el libro al suelo y se abalanzó sobre mí para abrazarme.

Su pelo olía a genial.

—Estaba deseando que te despertaras. —dijo abrazándome más fuerte.

La rodeé con  mis brazos con cuidado de no hacerme daño.

—¿Cuando llegaste? —dije mientras ella se apartaba de mí.

—Ayer, por la noche. No tenía que haberme ido a España.

—¿Por qué?

—Connor, estuviste apunto de morirte y yo no estuve ahí.

—Miriam, ¿cómo ibas a saber que ocurriría esto?

—Me da igual Connor, no tenía que haberme ido.

—¿Ocurrió algo allí?

—No.

—Cuéntame que tal por allí—dije incorporándome despacio.

Solté un quejido y presioné la herida.

—Ya tendré tiempo de contarte, mejor cuéntame tú, ¿quién te hizo eso?

—No fue exactamente alguien...

—¿Entonces? Bueno, dime todo lo que hiciste mientras estuve de viaje.

Suspiré y le expliqué todo, absolutamente todo, la muerte de mi padre, lo que me costó asesinar a Charles y el porqué de mi estado ahora mismo, la cara de Miriam era un cuadro.

—Dios... —murmuró Miriam con los ojos como platos.

—Pero ya ha pasado todo y ahora estoy bien, solo necesito tiempo, para recuperarme completamente.

—No tenía que haberme ido, tenía que haberme quedado aquí, te tenía que haber ayudado.

—No, aunque te hubieses quedado no te hubiese permitido acompañarme a ninguna misión. Nunca te pondría en peligro y muchísimo menos con asuntos míos.

—Hubiese insistido y me hubieses dejado al fin y al cabo.

—No, no te hubiese dejado de ninguna manera, por mucho que insistieses.

Suspiró y se colocó un mechón detrás de la oreja.

—No sé que hubiese hecho si tú no hubieses tenido tanta suerte.

—No sigas pensando en eso, ahora estoy... Bien.

—No puedo parar de pensar en que hubiese pasado, me arrepiento muchísimo de haberme ido... —dijo agachando la cabeza un poco.

—Miriam, no sigas pensando lo que podría haber pasado, estoy bien y mira el lado positivo, ahora tendré muchísimo tiempo para estar contigo.

Miriam me miró y soltó una risita.

Nos quedamos unos segundos en silencio.

—Yo... Yo pensaba que al final no ibas a asesinar a Haytham, de verdad pensaba que lo íbais a arreglar...

—Bueno...

—¿Estás bien? —dijo analizando mi expresión facial.

—Sí. —dije un poco cortante, aunque no sabía que más responder sinceramente.— Cuéntame que ha pasado en España.