Capítulo 5: Secretos

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Connor
Escuché como abrían la puerta y vi a Miriam pasar, iba andando hasta la cama y no pude evitar fijarme en su larga cabellera castaña rizada. Me di cuenta de que tenía la boca abierta y de que llevaba bastante tiempo mirándola, sacudí la cabeza y Miriam pareció no percatarse de mi mirada no disimulada.

—Hola. —dijo sentándose en la cama.

Se veía preciosa con la luz de la única vela que tenía encendida en la habitación y que acostumbraba a encender cada noche.

—¿Para que tenías que ir a la mansión Blake?

—Para conseguir información sobre David.

—¿Para...

—Para resolver varias preguntas que tengo en la cabeza. —me interrumpió.

Parecía que se estaba cabreando.

—Ya no te hago más preguntas.

Suspiró y me miró a los ojos.

—Lo siento, es que no me agrada mucho que me acribilles a preguntas.

—No pasa nada, ya no voy a hacer ninguna, lo entiendo.

—Si me prometes que no usarás lo que te voy a contar encontra mía...

Esta vez la interrumpí yo.

—Lo prometo.

—¿Cómo sé que puedo confiar en ti?

Me quedé callado.

—Da igual, algo me dice que no eres mala persona, un poco arisco, terco, serio, irrespetuoso...

—Ya. —dije haciendo que soltara una carcajada.

—Bueno, no quiero mirarte a los ojos mientras cuento mi vida, tu mirada seria me pone nerviosa, así que me voy a tumbar.

Se levantó de la cama y cerró la puerta, luego se acercó a la mesilla donde se encontraba la vela.

—¿Puedo? —dijo señalando la vela.

Asentí con la cabeza y apagó la vela de un soplido, ahora la única luz que había era de la luna, solo veía una figura oscura subirse a la cama y tumbarse.

—Todo empezó cuando tenía diez años, mi padre era muy amigo de Blake, pero metió las narices en sus planes. Un día volvió a casa, le escuché tener una conversación con mi madre sobre Blake, estaba aterrorizado, nunca supe ni sé que planes tenía o sigue teniendo David para que mi padre estuviera tan nervioso, Blake se enteró de que mi padre había metido las narices donde no debía y lo mató —hizo un pausa y suspiró—,  lo encontramos en la cocina rodeado de un charco de sangre, a partir de ese día mi madre no volvió a ser la misma, no nos prestaba atención ni a mí ni a mi hermano.

Se quedó callada un momento y la miré.                                                                      

—Con catorce años, un día como todos los demás oí un grito de mi hermano que provenía de la planta de arriba, me guíe por sus sollozos y llegué a la habitación de mi madre, tenía un cuchillo en la mano, se había rajado el cuello, estaba rodeada por un charco de sangre, y encima de la cama una carta de despedida... A medida que fui haciéndome más mayor empecé a buscar explicaciones de la muerte de mi padre y por lo tanto, metiendo las narices en los asuntos de Blake, un día recibí una carta suya y recuerdo perfectamente lo que ponía: "Como se te ocurra entrometerte más lo pagarás caro", hice caso omiso y descubrí cosas que me resolvieron algunas de mis preguntas, pero tenía que haber hecho caso a la carta, el día que cumplí los dieciocho me levanté de la cama como un día normal, aunque me di cuenta de que algunas cosas de mi habitación estaban descolocadas o en otro sitio, no me preocupé, pensé que eran imaginaciones mías y fui a despertar a mi hermano que dormía en la habitación de al lado, encontrándome con una escena terrible. Todo el colchón empapado de sangre y mi hermano ya fallecido hace horas, con una daga en el pecho, le agarré de la mano y me di cuenta de que tenía un papel, lo cogí y lo leí: "te avisé", supuse que lo habría asesinado sobre las cuatro de la madrugada o cinco, se habían asegurado de que estaba dormido y de taparle la boca antes de matarle a sangre fría.

No se me da bien esto de hacer sentir mejor a la gente, Miriam se incorporó.

—Y desde ese día me metí de lleno en su vida, cada día conocía algo nuevo sobre él y dónde iba, descubrí que iba a estar aquí y seguí sus pasos, he tenido que matar a muchos de sus guardias y no me arrepiento.

—Lo siento. —susurré, no sabía que más decirla.

La miré, ella tenía la mirada perdida, hasta que de repente me miró fijamente.

Quiero matarle, descubrir sus planes y desbaratarlos, hacerle sufrir, hacer que pague por lo que hizo a mi familia.

No quiero tu ayuda | Assassin's creed [SIN TERMINAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora