Capítulo 11: Te ...

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Miriam

Iba andando por la calle cuando de repente escuche a una voz familiar.

—Estás viva.

Me di la vuelta, era el chico que me ayudo a descubrir el paradero de Blake y que me dijo dónde vivía.

—¿Lo dudabas?

—Puede, ese señor es más fuerte de lo que crees.

—¿Tú que sabes? —espeté.

—No eres la única que quiere matarlo.
Sonrió y se acercó a mí.

—¿Qué tal te fue?

—Bueno, me resulta raro hablar de mis asuntos con un completo desconocido.

—Un desconocido que te ayudo a resolverlos.

—No. —dije algo cortante.

—Algo tuve que hacer.

—Bueno... Si me ayudaste sí, pero no voy a decirte nada, además tengo prisa, ya nos encontraremos por aquí.

Me subí a mi caballo y me dirigí de vuelta a la hacienda.

Abrí la puerta y oí las voces de Connor y Achilles.

Subí las escaleras y pude oír las voces más claramente.

—Tienes que matarlo Connor. —dijo Achilles elevando un poco la voz.—Tienes que matar a Haytham.

—Lo sé, pero...

Haytham...¿De que me sonaba ese maldito nombre? Tengo que haberlo escuchado en algún sitio.
Escuché el crujido de la madera pero no me dio tiempo para esconderme en la habitación, Connor ya me había visto.

—H-Hola. —dije imitando una sonrisa.

Me saludo con la cabeza y entró en su habitación, cerrando la puerta detrás suya con un portazo.
¿Preparada para soportar el enfado de Connor? Sí, creo que si.

Entré en su habitación y cerré la puerta despacio, estaba en su escritorio, de espaldas a mí.

—¿Que haces aquí? —dijo con una seriedad que daba miedo.

—¿Estás bien?

—Son mis asuntos.

«Ya empezamos»

—Bueno, pues ya que no me lo vas a decir me gustaría hablar de...

Se dio la vuelta y se cruzó de brazos, yo me senté en el borde de la cama, frente a él.
No sabía como empezar.

—Yo no sé como empezar.

Continuó mirándome fijamente y no dijo nada.

—¿De qué?

—Pues...De esto, de...Tú y yo.
Al parecer no era la única que estaba nerviosa, pues al oír eso se ruborizó enseguida y miró al suelo.

—Podríamos hablar más tarde, ahora voy a descansar.

Se levantó de la silla y se dirigió a la cama, pero me levanté y le agarré del brazo.

—No, tenemos que hablar ahora, porque si me dices lo que realmente soy para ti podría parar de hacerme ilusiones y no estar matándome a pensamientos hasta que al señor le de la gana hablar.

Me miró furioso.

Le solté del brazo y me dirigí a la puerta.

Cerré la puerta de un portazo y me fui a mi habitación, cerré la puerta, eché la cortina y me tumbé en la cama, intentando dormir, pero seguía pensando en Connor.

No quiero tu ayuda | Assassin's creed [SIN TERMINAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora