Capítulo 28: Asuntos sin resolver.

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Miriam

—Miriam, al ir al almacén de pólvora vi al líder del fuerte hablando con un casaca roja.

—¿Y quién es?

—No dijeron su apellido pero si su nombre, Brian.

—Es uno de mis objetivos.

Repasé los nombres y sus apellidos correspondientes en mi cabeza.

«James Blair, Thalia Bernard, Raphaël Moreau, Adriá Domenech y por último Brian Colligan»

—Brian Colligan, ¿sabes dónde se encuentra o hacia dónde se ha ido?

—Le vi pasar de largo, no me acuerdo de hacia donde se había ido.

Connor miró un momento por encima de mi hombro y entrecerró los ojos.

—¿Has matado al francotirador? —susurró sonriendo levemente.

—Sí, me iba a disparar él, pero fui más rápida que al parecer.

—Súbete a su torre y desde ahí seguramente verás a Brian, yo mientras me encargaré de algunos casacas, toma —me entregó su pistola— tiene sólo cuatro balas, si le ves dispárale.

—¿Pero tú que tienes?

—Mi tomahawk, las hojas ocultas y el dardo de cuerda*

—Gracias Connor, pero ya tengo tu arco y con eso me sirve.

—No, quédate con los dos.

—Connor, no voy a perder tiempo en discutir, te propongo algo justo, quédate con tu arco y yo con la pistola ¿de acuerdo?

Me miró poco convencido, suspiró pesadamente y extendió la mano para que le entregase el arco. Lo dejé en su mano y este se lo colocó en un santiamén.

—Suerte, intenta no llamar la atención. —dije apunto de irme.

—¿En serio le dices eso a un asesino profesional? Debería de decírtelo yo a ti.

Sonreí y le lancé un beso, bajé del tejado y me escondí en una esquina, había unos casacas pululando muy cerca de la torre, ¿Cómo narices voy a pasar sin que me vean?

«Joder»

Volví a asomar la cabeza y vi a Connor a lo lejos escondiendo el cuerpo de un casaca entre otro tumulto de frondosas plantas, en ese momento nos miramos, le señalé con la cabeza a aquellos dos casacas y él asintió, desapareció y esperé a que me diese una señal o algo.

Después de unos dos minutos Connor llegó a mi escondite.

—¿Por qué no silbas para que vengan y les clavas las hojas? —susurró.

—Sólo tengo una hoja oculta, si tuviese que enfrentarme a uno de ellos llamaría la atención de esos otros tres casacas que están andando por ahí.

Connor se asomó y verificó lo que acababa decir, unos setenta metros más adelante había tres casacas más, cada uno separado del otro unos diez metros.

—Cierto.

Connor me apartó y sibó varias veces, captando la total atención de los dos casacas de antes, cuando estos doblaron la esquina Connor clavó sus hojas en los cuellos de aquellos hombres y cayeron al suelo con un golpe seco.

—Sube, corre, yo me encargo de esos tres.

—Gracias.

Fui corriendo hacia la torre y subí rápidamente las escaleras, miré a mis laterales y no ví a Brian por ningún lado, volví a mirar al frente y ahí estaba, hablando con uno de los tres casacas de antes.

No quiero tu ayuda | Assassin's creed [SIN TERMINAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora