Capítulo 3: "¡Al fin joder!"

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—¿Dónde vas? —dijo Connor antes de que saliese por la puerta.

—Necesito comprar una cosa.

Ya habían pasado cuatro semanas desde que me atravesaron la pantorrilla con una flecha, ya podía andar, ¡al fin joder! No andaba perfectamente, cojeaba un poco pero ya no era necesario apoyarme en algo o alguien para caminar. La verdad es que pensaba que iba a tardar más en poder "andar".

Fui al herrero, el cuál reparó mi hoja oculta y poco después me compré una daga, bastantes cuchillos arrojadizos, y balas para mi pistola de llave de chispa, luego fui a una pequeña tienda y me compré varias blusas, botas, corsés, pantalones y más cosas necesarias.

Fui caminando por las zonas donde había más gente, pregunté por alguien de unos cuarenta y pico, cabello negro, de un metro ochenta y cinco, pero al parecer nadie lo había visto, hasta que di con un chico de unos veinte años que se puso nervioso en cuanto describí al asesino de mi familia.

—Por favor, ayúdame, sólo dime dónde se ha dirigido.

—No sé de qué está hablando.

—Te daré dinero.

—Tengo que irme. —se apartó y se iba a ir cuando le cogí del brazo.

—Mató a mi familia a sangre fría y sigue vivo, seguramente hace cada día lo mismo a distintas familias.

Hice que me iba a poner a llorar tapándome la cara con las manos e imitando pequeños sollozos.

—De acuerdo. —dijo dándose por vencido—, te diré todo lo que sé, pero aquí no.
Le seguí a un pequeño callejón y me agarró de la parte superior del vestido.

—Si preguntan lo has averiguado sola, no me conoces.

—De acuerdo. —suspiró, me soltó y me miró fijamente

—Le he visto antes por aquí pero no se a donde se ha dirigido, lo único que se es que ese maldito cabrón hará una fiesta esta noche, solo irán los hombres con los que David quiere hacer negocios, y sus mujeres claro.

—¿Dónde?

—En la mansión que se compró hace tiempo en la frontera, no se si te sonará, esta bastante aislada y rodeada de bosque, escondida prácticamente.

—Preguntaré, y si nadie la ha visto, buscaré por mi propia cuenta, gracias.

Iba a irme cuando me volvió a agarrar del vestido.

—Tiene guardias por todos lados, como no te pongas un vestido de su clase te descubrirán, al igual que si vas sola.

—¿Y si vienes conmigo?

—No quiero problemas y ni siquiera tengo dinero para un traje.

Me soltó del vestido, se despidió con la mano y salió corriendo.

Después de todo no podré ir.

Volví a la hacienda y me encontré con Achilles hablando con la ama de llaves, le saludé con la mano me contestó con un movimiento de cabeza y subí a la planta de arriba, llamé a la puerta de la habitación de Connor, ya había pasado la hora de comer y se me había olvidado por completo hacerlo, aunque la verdad no tenía mucha hambre, Connor abrió la puerta mientras se rascaba los ojos.

—No sabía que estabas dormido, lo siento.

Iba a darme la vuelta, me agarró del brazo y me metió dentro de su habitación, era bastante grande para mí, un escritorio, dos baúles, una cómoda y una cama de matrimonio, nunca había dormido en ninguna. Me senté en la cama y Connor se sentó al lado mía.

—Necesito que me ayudes en algo...

—¿En qué exactamente?

—¿Me acompañas a una fiesta haciéndote pasar por mi marido?

Connor puso los ojos como platos y me miró confundido.

—Es por unos asuntos personales, tengo que conseguir información de cierta persona y casualmente va a estar en la fiesta. Si no quieres no importa, ya me las apañaré.

—¿Pero, te han invitado?

—No, quiero colarme.

—¿Y tu no crees que el que señor que haya decidido dar la fiesta conoce a todos sus participantes?

No había caído en eso, soy imbécil, claramente si va a ir gente con la que hará negocios los conocerá. Idiota.

—Soy idiota, siento haberte molestado por un plan no bien pensado, te dejo descansar.

Antes de que pudiese contestarme salí de la habitación y cerré la puerta.
Bueno, al menos estaré por alrededor de la mansión para ver si me entero de algo y otro problema, tampoco sabía donde se encontraba esa mansión.

«Muy bien Miriam»

Ya me ocuparía de eso más tarde, entré en mi habitación me quité el vestido y milagrosamente, sin hacerme daño. Me tumbé en la cama y cerré los ojos.





No sabía cuánto tiempo había pasado ni si era de noche, me puse un pantalón, una blusa y unas botas, coloqué mi hoja oculta, puse unos cuchillos arrojadizos en mi cinturón y escondí la daga en mi bota derecha.
Bajé las escaleras y fui a la sala de estar, estaban Connor y Achilles hablando.

—Siento interrumpir pero necesito preguntarte una cosa Achilles.

—Adelante. —dijo con una mirada curiosa.

—¿Conoces una mansión que se encuentra aislada y con bosque a su alrededor?

Soltó una pequeña carcajada.

—La mansión Blake.

—¿Me podrías decir como se llega?

—Connor sabe ir, puede acompañarte.

—Si no es molestia.

Connor se levantó del sofá y me siguió por la puerta.

Estuvimos sin hablarnos todo el camino, nos adentramos en el bosque y estuvimos andando treinta minutos hasta que nos encontramos un sendero.

—Sigues el sendero y llegas hasta la mansión, te recomiendo que lo sigas por los árboles por si hay guardias.

—Gracias.

Se despidió con la mano y le perdí de vista entre los árboles.

No sé escalar árboles, edificios si pero árboles...Oh no, eso si que no.

Seguí el sendero y gracias a Dios no me encontré ningún guardia.

Escuché el sonido de cascos, desaparecí del sendero y me escondí detrás de un gran árbol, cuando oí el ruido más fuerte me atreví a sacar la cabeza, era un carruaje con una de las parejas invitadas, seguramente llegarían más. Cuando vi desaparecer ese carruaje volví al sendero, esta vez afinando más el oído por si acaso.

No quiero tu ayuda | Assassin's creed [SIN TERMINAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora