Era un día perfecto para hacer una barbacoa en el jardín. Mady aminoró al llegar a la entrada del edificio de Jade. Técnicamente estaba diseñada para vehículos de reparto y servicios para los residentes. Al ver a Jade, dio marcha atrás, feliz de no tener que encontrar aparcamiento en el pequeño garaje bajo el edificio.
- ¿Cómo? ¿No bajas la capota? ¿Qué clase de excursión es esta? -bromeó Jade mientras montaba en el deportivo Wrangler.
-Sobrevivirás.
Mady se dirigió a la autopista. Su hermano y su familia vivían en Frisco, cuya distancia, que era solo de veintisiete kilómetros desde Dallas, era la equivalente a conducir a Oklahoma.
-Además, no querría que te despeinaras, ¿no te parece?
-Sobreviviré.
Jade repasó a Mady con la mirada, escrutando cada centímetro de su cuerpo.
Curioso: Mady estaba todavía más sexy con pantalones cortos y camiseta que con un vestido para salir. A lo mejor era porque la ropa informal enseñaba más carne firme y bronceada. Ignoró a la parte de su mente que se preguntaba por qué se daba cuenta de esas cosas de repente y dijo:
-Estás fantástica.
Mady se miró la camiseta verde lima, los pantalones cortos caqui estilo militar y las sandalias verde limón.
- ¿Has desayunado? A lo mejor es la falta de comida la que te provoca alucinaciones. A este atuendo lo llamo «estilo arrugado de barbacoa» y es de todo menos fantástico.
-La belleza está en el ojo del que mira.
-En serio, Jade, ¿has comido algo?
Jade le puso una mano en el hombro y la otra en la rodilla.
-No necesito comer para saber que estás guapa, ¿vale?
Ruborizada por estar malinterpretando la situación como una insinuación, Mady se las arregló para farfullar un agradecimiento antes de cambiar de tema.
- ¿Qué hay en el paquete?
Jade enarcó las cejas.
- ¿Paquete?
-El que has dejado en el maletero. Ya sabes, cuando has montado en el coche...
«Jesús -pensó Mady-, ¿qué le pasa hoy?»
-Ah, ese. -Jade retiró las manos, al darse cuenta de que incomodaba a Mady. Se sintió mal al pensar que su caricia la había hecho ponerse en tensión-. Un fusil de agua de Spiderman. Todo niño de ocho años debería tener uno.
-Amy te matará.
Jade esbozó una sonrisa traviesa.
-Pero a Anton le encantará. ¿Tú qué le has comprado a Carl?
-El planeador de triple potencia de Spidey y el número l 5 de Amazing Fantasy.
- ¿Seguro que lo último es para Carl?
Mady puso los ojos en blanco.
-Es un cómic, boba. La primera aparición de Spiderman en un cómic de Marvel. Es un artículo de coleccionista.
-Qué alivio. Temía que te hubieras desviado a una tienda de juguetes para adultos sin querer, pero en lugar de eso le has comprado algo de lo que arrepentirse cuando sea mayor.
- ¿Arrepentirse? -preguntó Mady, con cara de incomprensión.
-Tiene ocho años. ¿De verdad crees que va a tener el cómic metido en su celofán los próximos veinte años?
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VerdaderoAmor.com
RomanceTodo el mundo sabe que el amor verdadero es una fantasía... ¿cierto? Las amigas de Madison Evans creen que ella está destinada a envejecer sola, porque, aunque es una empresaria de éxito, divertida y preciosa, solo conoce mujeres en las novelas romá...