❄ 10 ❄

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Tres días...

Suficientes para que Jiyoo se dejara caer en el césped, estaba cansada, eso de ser descendiente no era nada sencillo, pero no podía quedarse para siempre con el príncipe del agua y mucho menos ser su esposa. Podía jurar que su piel sabía salada y que sus manos estaban ásperas de tanto tallar las ropas de aquel castaño.

Era bueno... si, pero no estaba lista para ser esposa, había tenido la esperanza de que Taeyong fuera a salvarla, pero eso solamente ocurría en las películas o dramas y esto era la vida real. Taeyong debería estar descansando de ella y tirando flores por ser libre. La menor soltó un suspiro lleno de aburrimiento y dolor, últimamente la cabeza le dolía y pareciera que fuese a explotar como a un globo.

Cargo el jarro con agua que provenía de la montaña, pues el castaño solamente tomaba de esa agua, de ninguna otra, solo agua de las montañas...

Jiyoo comenzó a caminar por la vereda llena de árboles, se detuvo al ver una sombra negra pero volteo para seguir su camino al castillo, un golpe la hizo caer con todo y jarrón, ahora tenía todo el vientre húmedo, gracias al kimono no se podía levantar. Unas botas negras se hicieron presentes en el suelo, dejando a jiyoo estática.

- No, planeaba encontrarte tan pronto - exclamo una voz masculina.

La menor alzo la vista encontrándose con un chico vestido de negro, sintió un jalón en su brazo, en un segundo estaba entre los brazos de aquel chico, el tomo de su barbilla haciéndola mirarlo. Sus ojos eran negros y tenían un brillo que nunca en su vida había visto ojos iguales a los de aquel chico. Su piel era blanca y lechosa, su nariz respingada como la de un dios griego.

- Es porque soy un dios, querida - mustio el chico.

¿Qué había dicho?, ¿Estaba leyendo su mente?, escucho una risita de parte del pelinegro, pronto una ráfaga de viento los separo, haciendo caer a Jiyoo en el piso nuevamente, naeyon salió de entre los árboles y no dudo en ponerse enfrente de jiyoo.

- Corre Jiyoo, corre mientras puedas - dijo naeyon con nerviosismo.

Esa chica que era un conejito orgulloso, la estaba defendiendo, después de todo habían logrado llevarse bien y no terminar matándose la una a la otra, la menor se paró para comenzar a correr, se había alejado un poco inclusive, miro una de las ramas y volvió para ayudar a naeyon.

Jiyoo volvió gritando y corriendo con una rama en mano, lo único que logro fue pegarle a aquel chico en la altura de los hombros, pronto se desintegro como el aire, provocando que a Jiyoo se le pusieran los pelos de punta, un grito femenino hizo eco en toda la montaña, la ojigris se dio la vuelta para ver la túnica negra de aquel chico y un conejo tirado a sus pies.

- ¡Naeyong! - grito Jiyoo mientras las lágrimas salían de sus ojos - ¿Por qué lo hiciste? - cuestiono mientras tomaba al conejo en sus manos.

- Yo se lo advertí, pero debes ser muy valiosa para ella - respondió sin más - Soy Ten y no es como si matara por primera vez a un príncipe o princesa, ven conmigo y ella vive - ronroneo mientras Jiyoo miraba a el conejito o más bien dicho a naeyon - el bosque morirá sin ella...

La menor cerró los ojos y dio un suave besito en la cabeza del conejito, naeyeon la había salvado y ahora era turno de salvarla a ella, Jiyoo coloco a naeyon en el césped.

"Iré contigo, si la revives - dijo Jiyoo.

Ten sonrió ante la acción de la chica, nunca habría, esperado eso de un humano y menos por un príncipe, un humo negro salió de sus manos con rumbo al conejito y lo envolvió de manera que cuando la niebla salió, la chica había vuelto a respirar, la menor fue jalada en su lugar.

❄ ICE PRINCE ❄  ✏ L.TDonde viven las historias. Descúbrelo ahora