❄ 12 ❄

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Tres días fueron suficientes para que Jiyoo se recuperara de su dolor de articulaciones y algunos golpes en el cuerpo, todavía tenía raspones y las heridas frescas pero ya vendadas, el hotel estaba en silencio tal vez Taeyong y Jaehyun habían salido. En su mente apareció una pregunta: ¿su madre estaría preocupada por ella?

La realidad es que su madre después de que su padre los dejara, se convirtió en una persona de pocas palabras y poco cariño, ella sola por 3 años había mantenido la empresa de acciones que su abuelo tenia, termino siendo vendida al igual que algunas posesiones que tenían en Taiwán. Volver a corea fue la opción de su madre y vivir en aquella casa que le traía malos recuerdos, pocas veces veía a su madre salir de su habitación, solamente los acompañaba a la escuela cuando hubiera partidos de voleibol de su hermano y cuando ella participaba en obras de la escuela. Jiyoo estaba segura que no lo hacía por gusto.

Abrió la alacena encontrándose con su frasco de galletas vacías, cerró la puerta de la alacena y tomo su suéter color rojo para salir a buscar ciruelas, estaba hambrienta y al parecer también se disponía vagar por el bosque. Abrió la puerta principal y choco con el pecho de alguien. 

— ¿A dónde vas? – cuestiono Jaehyun mientras miraba a jiyoo sonrojarse ante el hecho de que no traía camisa, Jaehyun estaba acostumbrado a no traer camisa la mayor parte del tiempo, uno de sus poderes era el adaptarse a cualquier clima al que se expusiera su cuerpo.

— Voy a tomar aire fresco – dijo mientras se encogía de hombros, Jaehyun levanto una ceja y sonrió a jiyoo, se hizo a un lado para dejar pasar a la ojigris, jiyoo se despidió con la mano para comenzar a caminar.

Hasta este punto se sentía tranquila y agradecida con Hyuni y Jimun por haberle jugado esa broma, pero gracias a eso se sentía en paz y tampoco tenía dolores de estómago ni cosas por preocuparse. La nieve le llegaba por encima del tobillo daba una sensación agradable, le parecía divertido ir brincando por la nieve, era como una niña dando brincos en el agua pero en esta ocasión era en la nieve.

Jiyoo no se percataba que el peliblanco le miraba desde un árbol cruzado de brazos, le miraba confundido: ¿Qué era lo divertido?, por lo visto ella no parecía triste eso era bueno pero para Taeyong no tanto porque él no podía saber sus pensamientos sobre él, eso lo frustraba. Un gemido lo saco de sus pensamientos su mirada se dirigió a donde estaba Jiyoo, su boca formo una mueca, la menor había caído en un hoyo, ahora la nieve llegaba a la altura de su pecho.

— Oh rayos... – susurro jiyoo al mirar su cuerpo hundido en la nieve, debía haber sido cuidadosa pero como siempre, algo malo le tenía que ocurrir, intento moverse para zafarse pero se hundió un poco más en la nieve.

— Si sigues moviéndote así solamente te hundirás más – Jiyoo cerró los ojos al escuchar la voz de Taeyong acercarse a ella, sus pisadas hacían ruido por la nieve.

— No estoy atorada, estoy exfoliando mi cuerpo – Jiyoo movió sus manos con euforia al ver a Taeyong acercarse a ella, juraría que estaba como a un tomate lleno de vergüenza, porque siempre tenía que hacer el ridículo frente a el – Estoy bien puedes irte – sacudió su mano despidiéndose, el mayor se encogió de hombros y se alejó de ahí – Muy inteligente Jiyoo, muy inteligente – soltó en un suspiro.

Tal vez se quedaría ahí un buen rato, sentía como sus pies comenzaban a congelarse, frustración era la palabra que definía a jiyoo, seguía con las manos hacia el cielo al menos podia mover sus brazos.

El sol estaba en su esplendor pero aún así el calor no afectaba en lo absoluto el clima, comenzó a cerrar los ojos por los rayos del sol, sus brazos fueron jalados hacia arriba y cayó en la nieve.

❄ ICE PRINCE ❄  ✏ L.TDonde viven las historias. Descúbrelo ahora