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Nuevamente estaban en donde Jiyoo había caído al agua congelada, el mayor juraba que casi le daba un paro cardíaco al no encontrar a Jiyoo por ninguna parte. Ahora el paisaje tenía unos cuantos lirios azules y ahí estaban cortando unas cuantas flores.

— ¿Con estás es suficiente? — cuestionó Taeyong y la menor asintió con la cabeza, ella tomó uno de los frascos de vidrio e introdujo unas cuantas piedritas brillosas.

Taeyong le observaba introducir las piedras dentro del bote, mientras que ella se sentia nerviosa ante la mirada del mayor, sonrió para sus adentros y volteo su cuerpo en dirección a Taeyong para sorprenderlo con un beso en la mejilla.

Pero la menor no contaba con que Taeyong iba a voltear su rostro y sus labios hicieron contacto con los del mayor, ambos abrieron los ojos como plato, fue una presión suave y produjo escalofríos en Jiyoo.

— Y-yo... Lo lamento — Jiyoo estaba con la cara color roja y se llevó una mano a su boca, mientras el mayor seguía en estado de shook.

Llena de vergüenza se volteo a mirar el lago congelado y dejó el bote de piedrecitas fingiendo estar ocupada en algo, un jalón sobre su mano la hizo ponerse de pie y mirar al mayor.

Taeyong tomó la barbilla de Jiyoo y se acercó poco a poco a los labios de la menor, esta vez el contacto fue lento y suave permitiendo sentir los labios de cada uno, era un beso lleno de ternura  y felicidad.

Jiyoo cerró los ojos al sentir como Taeyong la tomaba de la cintura y la apegaba más hacia él, con cuidado el mayor dio una leve mordida en los labios de ella. Para él los labios de ella sabían a miel pura y su calidez lo estaban volviendo loco.

El hecho de que ese fuera el primer beso para el príncipe no indicaba que no supiera como dar un beso, pues eso era uno de los dones de todos los príncipes, sabían cómo besar y enamorar a su pareja. Y aunque no les fuera fácil conseguir una pareja ellos esperarían toda una vida por ella.

Algo que los príncipes tenían era que no se enamoran de cualquier mujer, porque debían conocer primero la persona interior y si llegaban a amar, entregaban todo más haya de la misma muerte.

Cuando el aire comenzó a agotarse entre ellos y Taeyong rozo su nariz con la de Jiyoo mientras soltaba una pequeña risita. Jiyoo abrió los ojos al ver a Taeyong curveando sus labios hacia arriba.

“Taeyong estaba sonriéndole”

La menor estaba embobada con su sonrisa, era tan hermosa que soltó unas lágrimas, había cumplido su palabra.

— Estás sonriendo — dijo Jiyoo mientras tomaba el rostro del mayor y este le limpiaba algunas lágrimas.

Unas palmas chocar interrumpieron la escena entre ambos, no era nada más ni menos que Nimhye sus ojos azules se tiñeron de un azul más oscuro. Miraba a ambos con una sonrisa llena de perversión, avanzo unos cuantos pasos a ellos pero Taeyong puso a Jiyoo detrás de él.

— Vaya... Vaya — hizo una pausa para mirar a la joven pareja, ya estaba apunto de cumplir con su palabra — por fin la humana desecho mi maldición, ¿debo felicitarte? — mustió buscando la mirada de Jiyoo.

— ¿Que es lo que está buscando? — cuestionó Taeyong con voz ronca.

— ¿Buscando?, ¡Oh, no! Simplemente quiero ver tu sonrisa — fingió interés por su descendiente.

Jiyoo trago saliva con dificultad, la presencia de la reina del hielo, le daba miedo, por un segundo dejo de escuchar lo que la reina decía y lo que Taeyong decía.

Una sombra negra detrás de la reina del hielo, miró una mano detrás de nimhye que parecía hacer señas para la sombra, un arco de metal se asomó por la capa color negro.

❄ ICE PRINCE ❄  ✏ L.TDonde viven las historias. Descúbrelo ahora