CAPÍTULO 34: Una vida difícil

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CAPÍTULO 34: Una vida difícil

- Ya llegue – Naruto después de ese terrible suceso en el cual le dijo a su más preciado amigo y dueño de sus ataques de histeria que él se dedicaba al trabajo de la lujuria. Claro que no le aclaro que solo era por lo prometido a Orochimaru... claro que no lo menciono y tenía una razón.

- Bienvenido a casa, papá – cuando estaba dejando sus zapatos en la entrada su preciado hijo con sonrisa en cara, aquel hijo tan importante para Naruto como para sacrificar su vida entera – ¿encontró lo que necesitaba? – el pequeño se acerco para ayudarlo con las bolsas.

- Creo que encontré algo más de lo que me esperaba – susurro incomodo y Hebi prefirió ignorar esas palabras – a propósito... ¿sabes si tu padre se encuentra en casa? –

- Padre tuvo que salir hasta el día de mañana junto con los demás – "eso me da tiempo" pensó el doncel, quería encargarse el mismo de aquel hombre asqueroso el cual podría meterlo en un lio – también me encargo que en el tiempo que no esté... solamente si tardara más de lo debido, que te encargues de tus tareas como lo encargo –

- Quien se cree ese bastardo como para ordenarme a mí que hacer, ni siquiera tiene los testículos como para esperarme y decírmelo en mi cara, ya verá cuando lo vea le hare... - Hebi reía, para él y era costumbre escuchar los insultos con los que Naruto se dirigía a Orochimaru – lo siento, pero sabes que tu padre me enfurece demasiado – dejo algunas de las bolsas en la mesa, al igual Hebi.

- No tienes por qué disculparte conmigo – el pequeño niño de largos cabellos negros (hasta la cintura), la piel color clara... suave como durazno y lago delgado heredado de su padre Orochimaru, pero los bellos orbes color azul y esa irremplazable sonrisa parecida a la de su doncel papá... él niño era la combinación perfecta de ambos progenitores, una belleza andante.

- Pero tampoco debo decir eso de tu padre... por lo menos frente a ti – Hebi volvió a reír, adoraba ese sentido de humor de su papá... lástima que solo demostraba ser un ser tan brillante a él. Había notado como cambiaba de personalidad con otros, Naruto era conocido en los barrios bajos de Otoga como el "Kyuubi: el zorro demoniaco" por ser agresivo y letal en batalla – esta vez traje varias barras de chocolate... no me sucederá lo de la última vez, no dejare que Hidan o Tobi toquen nada – pero nadie conocía a Uzumaki Naruto, el doncel divertido y amable que amaba pasar tiempo con su hijo.

- Lo que digas... - Hebi estaba pensativo, observaba a Naruto con demasiada atención... quería hablar con su papá de una forma seria, pero luego recordaba que tenía 10 años... nadie jamás tomaría la seriedad de un niño – c-como te fue en el centro –

- Prefiero no hablar de ello – suspiro – mejor cuéntame cómo te ha ido el día de hoy – ahora era Naruto quien prestaba atención al joven.

- No fue nada del otro mundo – comenzó Hebi – termine los deberes de mis escuela para así no tener problemas, Kakuzu me ayudo con algunas cosas... ammm, Kuro-Zetsu intento propasarse conmigo pero aplique la llave de lucha que me enseño Tobi – ese comentario no le agrado a Naruto, "me encargare de ese bastardo después" pensó – después de que los chicos y padre se fueron me quede toda la tarde entrenando con Kabuto, pero él... -

- ¿Le paso algo a Kabuto? –

- No fue nada del otro mundo – contesto el chico – estábamos a fuera practicando cuando de la nada una punzada lo hizo caer de rodillas al suelo, el me dijo que eran dolores dados por los músculos no ejercitados... así que solo le di un desinflamante e hice que se acostara –

¿Por cuánto tiempo puede vivir una flor marchita?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora