¿Por cuánto tiempo puede vivir una flor marchita?

CAPÍTULO 22: Una pequeña luz de esperanza

CAPÍTULO 22: Una pequeña luz de esperanza

- Me alegra ver a los tortolitos de nuevo tan juntitos – bromeaba el rubio, el día anterior estaba a punto de morir en manos de su mejor amigo y ahora bromeaba de nuevo como si nada... vaya que la vida era una rueda de la fortuna.

- Naruto no sigas que estas avergonzando a mi Gaa-chan – contesto con humor.

- Aquí los únicos que me avergüenzan son ustedes, idiotas – un sonrojado peli-rojo se recargaba en el hombro de Sai mirándolo fijamente a la cara, sonreía – pero solo aceptare palabras lindas viniendo de ti... mi amor –

- Vaya... - Sai se sonrojo – quien eres y que le hiciste a mi cerecita explosiva – beso los dulces labios de su pareja y este se dejo corresponder.

- Agg, asco – Naruto no aguanto tanta dulzura y prefirió alejarse – me ira a mi habitación –

- Adiós Naru – se despidió el peli-negro antes de volver embobado a Gaara de nuevo.

- Y pensar que ayer se querían matar entre sí – comenzó a hablar consigo mismo... o más bien con el ser dentro de él – no entiendo a tus tíos-dattebayo – sonrió.

- Cuanto tiempo sin vernos Naruto-kun – esa voz... tan grave y adulta, aquella que en años le había causado miedo y tristezas.

- Fugaku... Fugaku-sama – un reflejo involuntario lo hizo cubrir su vientre y cuando se dio cuenta estaba avergonzado... cosa que noto el varón.

- Sabes que puedes llamarme Fugaku-san... - recordó lo de hace años – pero a ti no te gusta llamar de forma tan formal a los adultos, lo siento – se disculpo amablemente y prosiguió a sacar su celular – pueden traer el auto ya, Naruto ya está listo –

- Que está haciendo, a quien le habla – ese temor de nuevo, un escalofrió a ver como la sonrisa cálida en el rostro de Fugaku se formaba... a pesar de todo le molestaba.

- Tranquilo, pedí permiso a tu director de llevarte a una parte – eso para nada lo tranquilizo... tampoco pensaba en salir corriendo, se sentía inmóvil – listo... vámonos Naruto-kun –

- S-SI... - el rubio solo siguió al mayor, con temor pero no paró hasta que se subió al vehículo. Todo el camino se centro solamente en la ventana del auto – aun no me dice a donde vamos –

- No desesperes, la paciencia es una virtud – contesto amable, pero no respondía nada.

- Sabe, tengo ganas de una bebida – siguió hablando el menor.

- En la parte trasera ahí una bolsa – el rubio curioseo con cuidado, saco dos bebidas en lata... para él un jugo – aquí dice que es soda dietética sin azúcar... creo que esto es para usted – estiro la mano dándole la bebida a Fugaku.

- Gracias – ambos abrieron las latas y disfrutaron en lo que quedaba del trayecto – oye Naruto... -

- ¿Sí?... – dijo distraído el menor.

- ¿Cuándo piensas decirme sobre tu embarazo? – escupió toda la bebida por el auto, eso lo tomo por sorpresa y de nuevo el sentimiento de temor llego – al parecer llevas aproximadamente cuatro meses, eso ya es elevado... espero que este usando acido y alimentándote bien –

- Déjese de tontería y dígame que piensa hacerme – se armo de valor, nunca le había contestado así a Fugaku y estaba muerto del miedo.

- Solo te llevare a un sitio lleno de paz, y que te gustara – pasaron dos minutos mas y por fin llegaron a... ¿el cementerio? – Naruto, baja ya –