Buenas decisiones (Nicolás y tú) [Terminada]

Capítulo 27

"—¿Y te gusta?
—Pues, puedo estar platicando horas y horas con él sin aburrirme."

Los minutos pasaban, ninguno tenía las intenciones de empezar una conversación, sólo nos manteníamos sentados en el frío pasto. Él mantenía fija la vista en algún lugar de la plaza mientras que yo procuraba memorizar su perfil, de vez en cuando soltaba pequeños suspiros y cerraba los ojos, quizá que estaría pensando.  Acomodé mi cabeza sobre mis rodillas.

—Supongo que hasta acá llegó todo. —hablé bajo mientras me levantaba.

Él seguía mirando en frente. Me levanté mientras me sacudía el poto. La bonita amistad que teníamos la mandé a la reconchetumare, años sin que me gustara alguien, tengo una bonita amistad y la cagó. Linda la wea.

Me metí las manos en los bolsillos de la chaqueta para acto seguido caminar. Ya no podía hacer nada, ya lo había dicho.  Caminé mientras miraba el piso, extrañaría sus estupideces.

—Me encantas. —habló detrás mía.

Dejé de caminar, quedándome inmóvil en mi lugar.

Narra Nicoflen:

Se mantuvo en su posición minutos, dándome la espalda.

—Esa mina, la que me gustaba. —hablé mientras me acercaba a ella. —siempre fuiste tú. —tomé su brazo haciendo que se diera vuelta.

Quería mirarla, ver sus oscuros ojos que tanto me encantan, poder ver como me recorría con la mirada, quería ver cómo me miraba los labios al hablar, ver las pequeñas sonrisas que soltaba al decirle algo.

—Siempre fuiste tú. —toqué su mejilla. —jamás lo dije por aweonao. Siempre pensé que me veías como el típico amigo mandoneado. —la comisura de su labio se levantó. —extraño cuando reías a carcajadas, está semana fue horrible weon. —coloqué un mechón de pelo detrás de su oreja. —verte en la cama, tan triste, tan melancólica me rompía. —sus oscuros ojos se empezaban a llenar de aguita, puta que es linda la conchetumare. —me gustai más que la cresta. —hablé en voz baja. Una sonrisa se formó en su cara, después de una semana la podía volver a ver sonreír.

De a poco el espacio se empezaba a disminuir entre los dos, podía sentir su agitada respiración chocar con mi cara, era tan pequeña y frágil, al fin podría tenerela como tanto quise.

Nuestros labios chocaron, dejándonos complacer lo que tanto habíamos querido. Mi corazón se aceleraba cada vez más, podía sentir su corazón chocar conta mi pecho. Bajé mis manos hasta llegar a su cintura, provocando que se tensara para luego relajarse y colocar sus manos detrás de mi cabeza. Se sentía tan bien tenerla tan cerca de mí, saber que el sentimiento era correspondido, quería abrazarla, besarla, protegerla y no dejar que nadie más pudiera tenerla como yo la tenía.

Quería solamente que fuese mía, sólo mía.

Narra __:

Nos separamos, dejándome un sentimiento de felicidad. Me acurruqué entre sus brazos, sintiendo como su corazón palpitaba rápido. Al fin lo podía tener conmigo, pude sentir sus labios con los míos, era la sensación más satisfactoria que podría sentir.

(...)

Por fin, después de tanto tiempo podía volver a dormir tranquila, podía dormir sin sentir un vacío. Después de tanto tiempo, volvía a dormir con una enorme felicidad en mi kokoro.