Capítulo 26

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"Jaime, abrete los cachetes pa'  sonarme el pico."

Narra Argentino:

No podía creer que mi estado de ánimo dependiera de alguien más, verla así me había hecho irme a la b, pasaba el día acostada, se había perdido su gran apetito y no hablaba casi nada.

Me tiene desesperado.

Llené la taza hasta arriba mientras revolvía el café, por fin, después de varios días me había pedido algo distinto de agua o pan. Subí las escaleras de a dos peldaños procurando de que no se callera y dejara la cagá.

—Ten. —me senté junto a ella mientras le pasaba el café.

Hizo un intento de sonrisa que sólo resultó como una mueca. Extrañaba esas sonrisas que me contagiaba.

Tomó su café de a pequeños sorbos mientras mantenía la vista fija en algún lugar frente a ella, ignorando el mundo. Es tan agobiante y desesperante no saber cómo ayudarle, no saber cómo lograr que sonría aún que sea 10 segundos.

Llevaba años sin preocuparme así por alguien, sin ponerme triste por el simple hecho de verla con poco ánimo.

Como logró cambiarme.

—¿Qué pasa? —la miré. Siguió mirando ese punto tan especial que lograba tener toda la atención que yo quería y necesitaba. —¿Qué te pasó? —me acerqué a ella. —Cuentame, déjame ayudarte de algún modo.

Después de un par de segundos logré recibir su mirada, logré que me mirara y no apartara su vista.

—Muchas cosas han cambiado, ¿No crees? —murmuró mientras recorría mi cara con sus ojos. —De odiarnos a muerte a preocuparnos por el otro. —suspiró. —De tener demasiados amigos a tenerte sólo a ti.

La miré sin saber que decir.

—De perder a la que creía mi mejor amiga. —sonrió de lado. —nunca lo fue, claro que no.

—¿Todo esto trata de ella? —pregunté. Negó con la cabeza.

—Todo esto trata de ti. —miró su taza.

—¿De mí? —pregunté sin entender.

Narra __:

Ya no podía aguantar más, ya no me importaba quedarme sin nadie junto a mí, sólo quería darle a entender que me encanta, que me gusta, que me todo.

—Es tonto decirlo. —le sonreí. —sé la respuesta ante todo este problema que yo sola me provoqué.

—No te entiendo. —me miró directo a los ojos, como si intentase ver más allá.

Tenemos dos grandes opciones, que me mande a la conchetumare a chupar pico y se vaya con la mina que le gusta.

Que también le guste, lo cuál sería más estúpido y poco probable.

—Nada. —hice una mueca. —ya no tiene importancia.

Narra Nicolás:

Me senté en el sillón mientras arrugaba la frente, no podía enfocar la vista. Me rasqué los ojos mientras bostezaba. Me había puesto a dormir, la __ cómo siempre se había quedado en su pieza.

Subí las escaleras mientras miraba el teléfono, iban a ser las una de la mañana.

—¿Quieres algo para comer? —pregunté mientras entraba.

La cama estaba vacía y desordenada.

—¿__? —pregunté mientras miraba el baño, estaba vacío. —¿__? —pregunté mientras revisaba la casa, no estaba por ningún lado.

Me senté en la cama mientras llamaba por teléfono, su teléfono sonó por entremedio de las sábanas.

—Puta la wea. —me levanté mientras me rascaba la cabeza, dónde se fue esta culia.

Narra __:

Me senté para acto seguido abrazar mis piernas, estaba oscuro y no había casi nadie. Miré la plaza que se mantenía en silencio, solía venir aquí con la Génesis cuando no podíamos dormir, nos recostabamos en el pasto mientras mirábamos el mismo árbol de siempre.

Dejé que mi espalda se acomodara en el pasto, inhale ondo y cerré los ojos.

—Silencio. —murmuré.

Me quedé con los ojos un par de segundos cerrados, no se escuchaba nada más que mi lenta respiración.

—Me asustaste. —susurró alguien junto a mí.

Abrí los ojos de golpe, encontrándome con la seria mirada del Nicolás. Volví a cerrar los ojos procurando ignorarlo, me gustaba el silencio que había.

—Dime, por favor. —murmuró. —qué te pasa, que hago para volver a verte reír. —tomó una de mis manos que reposaba en el pasto.

Me senté acomodándome junto a él.

Ahora o nunca.

—Odio sentir esto. —murmuré. —estaba todo tan bien, tenía todo tan en paz. Mis sentimientos estaban apagados, me sentía tranquila conmigo misma hasta que llegaste tú a estropear todo, con tu sonrisa contagiosa, tus ojos cafés que te penetran, con tu sentido del humor tan negro y sarcástico, con tus mañas, con todo. —podía sentir su mirada, levanté la vista un par de segundos. Sus ojos estaban a punto de salir de su cara. —ya no me importa si me quedo sola, ya lo asumí. Pero tengo que decirlo o si no moriré de ansiedad.

—__..

—No me interrumpas conchetumare que al fin me armé de valor. —lo miré. —me gustas, me encantas, me teni loca, me estoy enamorando, lamentablemente. —cubrí mi cara con mis manos. —odio sentir esto, lo intente evitar y negar el mayor tiempo posible pero fue inútil, más aún viéndote todos los días. —hundí mi cabeza entre las piernas. —es tonto que me abra a ti siendo que te gusta otra persona, ya asumí la friendzone. Pero que le voy a hacer, me gustai. —levanté un poco la vista, mantenía la mirada fija en algún lugar de la zapla. —quizá cage la bonita amistad que teníamos, como siempre.

Me tiré de espaldas al pasto.

—Me gustai más que la chucha. —murmuré.

Buenas decisiones (Nicolás y tú) [Terminada]Where stories live. Discover now