Capítulo 30

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"Sólo sé que todo lo malo se regresa y cariño, te va a doler."

14 días.

Catorce días los cuales no hablaba con nadie más que él Edgar.

Catorce días en lo que me maldije interior y exteriormente por gustar tanto de él.

Catorce días los cuales se me habían hecho los más largos.

Catorce días en los cuales no me lo podía sacar de la cabeza.

Catorce días en los cuales me cuestioné el porqué de las cosas. El porqué siempre ser la segunda opción, aceptar todo y nunca hacer nada.

[....]

—Yapo fea, salgamos. —se sentó junto a mí. Negué con la cabeza mientras me tapaba con la manta.

No, no hago esas típicas escenas de mina reprimida que se la cagaron, simplemente no quería salir porque ando con la regla.

Me duele el útero. Me duele la cholga. Me duele hasta el alma conchetumare.

—Te invito un café y una sopapipa. —subió y bajó sus cejas.

Lo miré con una ceja en alto. —Me convenciste. —sonrió ante mi respuesta.

[.....]

—Sé que no querí hablar de él. —se sentó junto a mí con su pan. —pero, ¿No has pensado en escuchar lo que quiere decir?

—Muchas veces. —lo miré.

—¿Entonces? —me subí de hombros. —No fue su culpa.

—Lo sé. —murmuré. Me miró con una ceja en alto. —sabía que ella llegaría en algún momento, sólo pensé que él no caería. —reí nostálgica. —me gustaba de verdad.

—__...

Lo interrumpí. —No hablemos de ellos. ¿Ya?

Narra Nicolás:

Catorce tristes y largos días.

Catorce días esperándola ver apoyada en su ventana con la vista perdida.

Catorce días queriendo escuchar su risa contagiosa y nada fina.

Catorce días queriendo tocar sus brazos de pollo y sentir como le recorren escalofríos al mínimo tacto.

Catorce días soñando con sus diminutos y delgados labios que tras de ellos muestra una bonita sonrisa.

Catorce días en lo que ya no sé que hacer, en no saber cómo acercarme.

Verla salir con él Edgar me desespera. Sé que él jamás se metería con ella por dos simples y grandes razones: ama como weon a su polola, y sé que no le haría eso a su mejor amigo. Pero me molesta el hecho de saber que él puede estar cerca de ella y yo no.

—Hijo, está el Edgar abajo. —entró lo mamá de la nada. Asentí con la cabeza mientras me sentaba en la silla del pc.

Al rato entró lo que se suponía que era él Edgar. En vez de eso entró un guatón culiao con barba, el cual se hace llamar Jaime.

—¿Qué haces acá? —pregunté mientras lo miraba.

—Soy weon, si sé. —me miró. —me dejé llevar por una vagena, si sé. —se sentó en mi cama. —terminé con esa vagena por lo mismo, no es lo mismo una  vagena que tu pene.

—¿Y? —giré con la silla.

—Perdóname po, nunca más. Es que me hacía ilusión haber encontrado a alguien que me quería de verdad, pero no fue así. Es una perra con todas sus letras weon.

Dejé de girar para verlo.

—Te extrañaba weon. —sonreí.

Narra __:

—Andate conchetumare. —hablé con intensión de cerrar la puerta.

—Te guste o no es mi casa también. —habló mientras ponía su pie en la puerta. —no tengo donde quedarme, déjame pasar weon o.

—Soy bien Barza conchetumare. —la miré mientras negaba con la cabeza. —¿Con qué cara te quejabas de tú mamá weon?

—Cállate.

—Ándate. —la miré directo a los ojos, sabía que le incomodaba. —las perdiste todas conmigo.

—Déjame pasa conchetumare, deja de darle color si siempre te he hecho esa wea.

—Con mayor razón Génesis. —sonreí de lado. —Nunca dejes que te elijan, siempre se la que elije. —le tiré un beso para después cerrar la puerta.

Ahora las cosas cambiarían, ahora todo sería simplemente a mi pinta.

Buenas decisiones (Nicolás y tú) [Terminada]Where stories live. Discover now