Capítulo 11

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Me removía de un lado a otro incómoda, sin poder conciliar el sueño, después de batallar durante horas el poder dormir, me rendí. Abrí la ventana esperando a que me llegara una pisca de aire, pero lo único que conseguí fue encontrarme con un desagradable Nicolás, cómo de costumbre estaba sentado en su ventana, mirando el lejano suelo.

-Sí vas a saltar, intenta caer de cabeza. -me apoyé en el marco de la ventana.

Subió la cabeza, tenía unas ojeras que le llegaban hasta la nariz conchetumare, pensaba que yo me veía mal desvelada.

-No te daría el regalo de quedarte sin mis gritos. -miró el cielo. Rodé los ojos mientras me acomodaba como él. -eri bien rara weon. Te regalo una noche sin gritos y andai despierta a estas horas.

Buen punto Nicolás, buen punto. Suspiré mientras miraba las pocas estrellas que se podían apreciar, por primera vez podía apreciar el poco silencio que había en Santiago, de vez en cuando pasaban autos, pero nada que alterara demasiado la tranquilidad.

-¿Tú amiga aún no llega? -preguntó después de un largo rato de silencio. Negué con la cabeza mientras lo miraba de reojo, mantenía su vista fija en algún punto de la calle.

-Sólo espero que tú amigo no sea tan maricón. -me miró con duda. -que digamos, la Génesis no ha tenido mucha suerte con las personas, que digamos.

Pude escuchar una leve risa de su parte, ¿Por qué conchetumare le ando contando nuestras weas? Ay dioh mioh que te le está pasandote ___.

-No creas que él Jaime sí. -lo miré. -minas maracas, interesadas, rubias.

-Al parecer son tal para cuál. -miré mi teléfono.

Iban a ser las cuatro de la mañana, me encontraba hablando en la mayor de nuestras pases con un weon que ayer quería matar.

-Tu amiga. -lo miré. -¿Va a utilizar al Jaime como un objeto sexual, o te verdad lo quiere intentar?

-Esa pregunta debería hacerla yo. -reí por lo bajo mientras miraba mis manos. -el pene de tu amigo está a salvo de violaciones por parte de la Génesis.

Asintió con la cabeza mientras apretaba ligeramente sus labios.

-¿Por qué tu odio hacia mí? -me miró. -Ahórrate la excusa de que provoqué que te echaras un ramo.

Guardó silencio por lo que quizá fueron segundos, pero se sintieron como minutos. Cuándo por fin se disponía a contestar un auto se paró frente a mí casa, la China había llegado.

-Buenas noches. -me bajé de la ventana. Asintió mientras me veía cerrar esta.

[...]

-Shh, el silencio en estos momentos es lo más preciado. -murmuró la Génesis.

-Anda a tomar un café, borracha culia. -abrí la ventana de su pieza, estaba pasa a copete y cigarro.

Salí de su pieza dejando que se muriera en paz un rato más, el timbre sonó provocando un quejido de la China. Reí por lo bajo mientras bajaba las escaleras.

-Hola. -apareció un Nicolás menos ojeroso.

Levante mi dedo índice haciendo que guardara silencio, toqué el timbre de nuevo.

-¡Abre la wea de puerta! -gritó.

Reí mientras me apoyaba en la puerta.

-No tengo azúcar, ni copete, ni cigarro, somos pobres.

Subió una de sus cejas, pude apreciar una leve sonrisa de su parte. Levantó su mano mostrando un sobre, la luz.

-Llegó a mi casa. -lo recibí mientras leía.

-Gracias. -sonreí de lado.

-Oye...

-¡__, ven porfa! -lo interrumpió la China.

-Tengo que ir a atender a eso. -apunté el segundo piso. -Gracias por traer esto.

Narra Nicoflen:

Él Edgar daba vueltas sobre mi silla con la Luni en sus piernas mientras miraba el techo.

-¿Te cae mal o no la mina? -me miró. -no te entiendo weon.

-Ni yo me entiendo culiao. -me eché sobre la cama como tal saco de papa que soy.

Buenas decisiones (Nicolás y tú) [Terminada]Where stories live. Discover now