Capítulo 22

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"Hay momentos que se guardan para siempre, aún que las personas sean efímeras"

Narra Nicolás:

—Ahhh, no, na'. —le sonreí mientras tomaba jugo. —esa mina jamás me pescaría por como soy, y por lo que dicen de mi,  así que da igual. —me subí de hombros mientras sonreía.

—Mientras tú sepas quien eres, no tienes qué demostrar. —me dedicó una de sus tantas bonitas y sencillas sonrisas. 

Que es linda esta weona, por la chucha.

—¿Y tú? ¿Algún mino? —la miré mientras me echaba en el sillón.

Estar en su casa es como estar en la mía, pero mejor. Lo único que me falta es traerme a la Luni y al Rocko.

Miró la tele que estaba apagada un par de segundos para después mirarme.

—No lo sé. —se subió de hombros. —hace muchos años que no siento por alguien, o viceversa. —si supieras.

—¿Nadie que te llame la atención? ¿Algo? —se estiró sobre mí, haciendo que ambos quedáramos mirando el techo.

—Tal vez sí. —subió sus hombros.

[....]

Miré un par de segundos la cara de este pequeño pollo, mantenía su mirada fija en algún lugar del techo, se mantenía en silencio, su pecho subía y bajaba tranquilamente. Habíamos comido como los cerdos que somos, no queríamos seguir viendo series así que simplemente nos recostamos en su cama.

—¿Por qué me contaste? —preguntó en voz baja después de un rato. Recorrí su cara sin entender. —sobre lo de esa mina, ¿Por qué? —giró su cabeza, mirándome.

Me subí de hombros. —quizá sólo quería desahogar me. —le sonreí de lado, mantenía su temple sereno. —¿Hace cuánto que no estás con alguien?

—Es una larga historia. —murmuró mientras volvía a mirar el techo.

—Tengo todo un fin de semana. —me senté mientras intentaba ordenar mi pelo.

Sonrió mientras repetía mi acción.

—Está bien. —suspiró mientras ordenaba su pelo con sus dedos. —hace un par de años, 3 quizá 4. —miró sus manos con una media sonrisa. —me gustó un mino, se llamaba Gabriel, era tierno, salíamos la mayoría de los días, era la primera vez que de verdad disfrutaba los días. —suspiró para después mirarme. —La Génesis lo conoció no tenía problema alguno  era mi mejor amiga, porque debería temer. Pasó el tiempo, dejamos de salir como antes, decía excusas para no hablar o salir. —se subió de hombros. — pensaba que quizá se aburrió de mí, todos lo suelen hacer. —levantó la comisura de su labio intentando sonreír, pero sólo fue una sonrisa fallida. —un par de días después llegó la China, me contó lo que sucedió. Ambos se gustaban, habían salido desde que los presente. —una risa de nostalgias salió de sus finos labios. —¿Qué iba a hacer? ¿Decirle que no? —me miró. —Ella estaba feliz, eso era lo único que importaba, pasó el tiempo y luego lo dejaron, me gustó otra persona y volvió a suceder. —mordió su labio mientras desviaba su mirada de mí. —Todos terminan eligiéndola a ella, quizá sólo soy el empuje para que estén juntos. —se subió de hombros. —tampoco tienen en donde perderse, entra una mina alta, bien formada, bonita cara y simpática y un esqueleto andante, con piernas y brazos de pollo, y una cara que no le ayuda demasiado. —se rió ante su propio comentario. —Quizá simplemente soy una persona efímera para todos. —me sonrió.

La miré un par de segundos, a kilómetros se podía ver lo triste que se mantenía algunas veces, sí sólo supiera lo bonita que es ante mis ojos.

Narra __:

—¡Nico! —grité mientras lo buscaba por la casa.

El muy fleto salió con un delantal de la cocina, me reí mientras lo miraba con una ceja en alto.

—No te rías, me veo como una diosa. —me sacó la lengua.

—Estoy aburrida. —me acerqué a él. —Salgamos po, vamos a dar una vuelta, yapo. —lo tiré del brazo mientras alargaba la "a".

—Son las 3 de la mañana enferma culia. —Se río mientras me miraba.

Nunca me había dado cuenta de cuánta altura me sacaba, dio mío.

—Nah. —me quejé. —tampoco quería salir.

Me miró un par de segundos con una pequeña sonrisa.

—Ya weon, vamos. —suspiró mientras negaba con la cabeza.

[....]

—Cuando dijiste que saldríamos, pensé que caminaríamos. —de quejó.

—Callate y sigue avanzando. —le pegué en la raja.

Él empezó a caminar, de vez en cuando saltaba para que no me cayese de su espalda.

—¿Has hablado con esa mina que te gusta? —pregunté después de un rato.

—Hablo todos los días con ella. —me dejó en el pasto para después acostarse él junto a mí.

—Ay que weno mi niño. —palmee su cabeza. Se rió un par de segundos para después mirarme.

—Jamás pensé que me podría volver a caer tan bien una mina. —me miró.

—Es que soy la mejor. —me moví el pelo, se rió ante mi acción.

—El Jaime me invitó a un carrete mañana en la noche, lo organizó junto con la Génesis. —habló mientras se recostaba mirando el cielo.

Asentí mientras me acomodaba junto a él. —¿Y? —me reí.

—No iré. —me abrazó mientras acomodaba su cabeza entremedio de mi cuello. Un escalofrío me recorrió.

—¿Por qué? —me acomodé. Empecé a jugar con su pelo.

—Porque prefiero webear contigo. —de subió de hombros. —aparte que sé que no irás.

Una sonrisa tonta se formó en mis labios, que me está pasando.

Narra Nicolás:

Abrí la puerta como pude, tiré las llaves en el mueble mientras cerraba la puerta con mi pie. Subí las escaleras hasta llegar a la pieza, la dejé sobre la cama intentado que no despertara. Se había quedado raja en el parque, si es más linda la culia.

Le saqué los zapatos para que no estuviese incómoda.

Ya no sé que me pasaba, él amorsh me chupó. Sí weon, lo admito, lo confirmo y lo firmo que me gusta esta weona, me gusta este pollo, me encanta. Adoro estar con esta weona, me encanta hacerla reír, me encanta ver como sus ojos se achinan cuando ya no puede parar de reír, amo ver como juega con su corto caballo, o cuando se pone nerviosa y empieza a jugar con sus dedos, adoro todos sus gestos, simplemente me encanta.

Me recosté junto a ella, intentando no despertarle. Después de un rato de estar mirando el techo y no poder dormir, sentí como sus flaquitos brazos me abrazaban, no me negué, que mejor que dormir así.

Buenas decisiones (Nicolás y tú) [Terminada]Where stories live. Discover now