Damián no me dejó tranquila, como era de esperarse. Su insistencia comenzaba a desesperarme. Los esfuerzos para que mi marido no se diera cuenta, se volvían inútiles, porque con el correr del tiempo empezaba a sospechar.
Lo conversé con mi mejor amiga.
-Sabes lo que opino de esto... Me dijo Alma, con su tono más serio, algo que era inusual en ella.
- Lo sé, amiga. Tengo que contarle todo a Franco.
- ¿Aunque eso signifique el fin de tu matrimonio?
- Perderlo seria el castigo, supongo.
Esa noche, estaba decidida a contárselo todo. Así que llegué a mi casa, armada de valor, para ponerle fin a este secreto.
Franco me esperaba en la cocina. Vi unas maletas.
- ¿Y esas maletas? Le pregunté desconcertada
- Nos vamos, Isa. Me ofrecieron un trabajo en Acapulco... Esbozó una sonrisa enorme. Desde la boda, que no lo veía así de feliz.
Debo haber puesto una cara horrible, porque Franco se desconcertó.
- Pensé que estarías contenta, amor. Un nuevo comienzo le puede hacer bien a nuestra relación....
- Sabes que no puedo dejarlo todo así....
- Sé que no te he dado tiempo de pensarlo, ni te avise antes, pero me lo confirmaron hace unos días..
-Podrías habérmelo dicho ¿No?
Esa noche discutimos, mucho. Nunca había visto a Franco así. Se le oía desilusionado, frustrado, y yo en parte lo entendía.
- Me iré siete meses, Isa. No quiero dejarte aquí. Somos una pareja, no va a funcionar.
- Deja que arregle todo, y me voy contigo. Tampoco quiero estar lejos...
Él nunca me había dicho que no. A nada. Si tenia que viajar por mi, lo hacía. Y ahora el amor, y el destino quizá, nos ponía una prueba, que podía unirnos o destruirnos para siempre.
- Sé que las cosas a distancia no funcionan, y yo no quiero perderte, pero no puedo obligarte a que me sigas...
Sus ojitos grises se llenaban de lágrimas.
- Créeme que si te amo, como lo creo, sabré seguirte, no lo dudes... Pero no puedo irme asi, sin avisar. Tengo muchas cosas que resolver, reuniones, clientes, mucho trabajo... Déjame solucionar todo acá primero ¿Si? Le dije mientras me dejaba rodear por sus brazos.
Esa noche, Franco y yo hicimos el amor. Como nunca antes. Me sentí indefensa, quería acurrucarme en sus brazos, besar esos labios, amanecer a su lado...
Para siempre.
Ahora la pregunta era, si lo amaba tanto, como para dejarlo todo.
Y eso era algo que me pregunté por meses.
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Irresistiblemente Prohibido
Ficción GeneralDeseo, sexo y amor... Tres cosas que se complementan, pero a la vez tan distintas. ¿Se puede amar y desear al mismo hombre? Yo diría que si... Pero, ¿Y si el hombre que amamos, no es el mismo que deseamos? Un desconocido y excéntrico multimillonari...