Me levanté como pude.
Franco estaba sentado en una roca, con la mirada perdida, como asimilando lo que acababa de pasar. O hacer, mejor dicho.
Apenas podía mantenerme de pie. Sentía asco por ese hombre, que alguna vez creí amar demasiado. Es un error amar tanto. Más aún, si ese amor, te hace olvidar lo que eres.Lo que vales.
Lo que quieres.
Empecé a caminar sin rumbo. No sabía donde estaba, pero si sabía, que quería alejarme de él lo antes posible.
Reaccionó apenas me vió alejarme.
-Isabella...
Fingí no oírlo y seguí mi marcha.
-Toma las llaves. A ti te servirán más que a mi.
Me detuve. Retrocedí y las tomé, sin mirarlo.
-Lo que te acabo de hacer... Le temblaba la voz. Yo no soy así, no sé que me pasó... Balbuceaba entre lágrimas falsas, y a estas alturas, innecesarias.Me subí al auto, adolorida, asustada. Nerviosisima. No sabía si lograría manejar así.
Dejé a Franco atrás y me concentré en la carretera.
De pronto, sonó un teléfono. Un teléfono, que podía ser mi única salida. El sonido venía de la maleta del vehículo.
Me orillé, y bajé, sumida en una felicidad extraña. Llamaría a Damián, vendría a buscarme, tomarían detenido a Franco, y terminaría este infierno....Pero no.
El cuerpo de Marina estaba en el maletero.
Estallé en llanto. Temblaba de pies a cabeza. Sudaba frío, y hacían más de treinta grados de calor.
Me volví loca. Ya no aguantaba más. Me ví ahí, en la mitad de la nada, con el labio roto y un ojo en tinta. Me sentí más vulnerable que nunca. Pensé en mi hija, en todo lo que acababa de pasar, en todos estos años. No podía contener los temblores de las manos, ni esa sensación de estar podrida por dentro.
Tomé como pude el teléfono de Marina, y llamé a Damián.
- Damián, soy yo. Ayúdame por favor... Dije en medio de un llanto desesperado que apenas me dejaba respirar.
- ¡ISAAA POR DIOOOS! ¡DÓNDE ESTÁS! ¡DIME QUE ESTÁS BIEN, POR FAVOR!
- No sé... pero el lugar es como.... Le describí todo lo que veía. Relaté todo lo que recordaba con rápidez y precisión.
Le rogué que llamara a la policía y colgué.Me quedé sentada en el auto, un buen rato, hasta que vi acercarse un jeep.
Era Damián.
-Amoooor, que te hicieron.... Me dijo conteniendo las lágrimas.
Lo abrazé con fuerza. Una angustia desoladora me inundaba el corazón. Tenía un nudo en la garganta que apenas me permitía hablar.
Traté de explicarle todo lo que había pasado, pero algo, llamó mi atención.-¿Por qué viniste solo? ¿Y la policía? Le dije,
secándome las lágrimas.
-No habrá policía, amor.
-¿Qué dices? ¿Es una broma?Y en eso, vi bajarse del auto, a mi peor error. Aunque ahora, sinceramente, dudaba que fuese el único.
-Querida.. Tenemos que hablar primero.
No entendía nada.
-¿ESTÁS DE SU LADO? ¿ES ESOOO? ¡COMO NO LO VI ANTES!
-No tenía otra salida, Isa.. Él sabia que el teléfono de Marina estaba en el auto. Lo tiene interceptado... Te tendió una trampa. Dijo que te mataría si llamaba a la policía y no quiero que te pase nada....
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Irresistiblemente Prohibido
Ficción GeneralDeseo, sexo y amor... Tres cosas que se complementan, pero a la vez tan distintas. ¿Se puede amar y desear al mismo hombre? Yo diría que si... Pero, ¿Y si el hombre que amamos, no es el mismo que deseamos? Un desconocido y excéntrico multimillonari...