Capitulo veintisiete

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-Victoria.- dije tratando de acercarme. Ella levantó su rostro, pude ver el miedo que tenía.

-No te acerques más si es que quieres que ella siga viviendo.- amenazó Alphonse.

-¿Por qué la metes a ella cuando esta pelea solo era entre tu y yo?

-Supongo que ella será un daño colateral como lo fue Estefany.

-No vuelvas a mencionar su nombre.- dije amenazadormente.

-Y si no ¿qué? ¿vas a hacer que tenga un accidente?

-Dime que es lo que quieres, te lo daré a cambio de su libertad.

-Lo único que quiero es verte muerto Alejandro, ver como poco a poco tu corazón deja de latir, ver como tu alma se desprende de tu cuerpo y como el brillo de tus ojos se apaga dejando un inútil cascaron, tu cuerpo.

- Y si lo hago ¿la dejarás libre?

-No lo sé, quizás.

-Si o no Alphonse.

-Dejamé pensarlo.

-Tienes un minuto para decidir, hazlo ahora que ofrezco entregarme.

-No lo sé.

-5...4....3...2....

-Está bien, la dejaré libre. Tú te quedas y ella se va.

-Trato he.....

-NO.- gritó Victoria soltandosé del amarre de las cuerdas.

-Pero ¿qué?- dijo Alphonse.

-No lo hagas Alejandro, no me dejes por favor, no me dejes cuando más te necesito, por favor.

-Pero Victoria.... Yo solo te pongo en peligro cada vez que me acerco a ti, tal vez si ya no estoy contigo puedas tener una mejor vida, puedas casarte, tener hijos y formar una familia.

-El problema es que no quiero un la vida en la que no éstes tú.

-Ahhhhh que tierno.- dijo burlonamente Alphonse.- Pero lastimosamente solo uno saldrá vivo de aquí o quizás ninguno de los dos, no lo sé. Honestamente tengo deseos de matar a ambos, pero dónde quedaría mi bondad, no puedo matar a dos pájaros de un tiro porque si lo hago no habría forma de tener más de ellos, será simple uno sale y uno se queda. Asi que decidan.

-¿Y si no elegimos?- preguntó Victoria.

-Los dos mueren.- contestó.

-Te prometo que alguien morirá hoy. No será ella ni tampoco yo, pero tu si.- amenacé.

-Te crees muy listo ¿verdad? Mira no voy a volver a esa cárcel y si lo hago volveré saseado de mi sed de venganza.

-Nunca escuchaste que la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena.- dije.

-Afortunadamente yo no tengo alma, asi que elijan. Les doy dos minutos.- miré a Victoria.

-Vete.

-No lo haré.

-Morirás.

-Lo sé, pero al menos moriré a tu lado.- no me pude resistir y la besé. Extrañaba demasiado esto, anhelaba poder besar, aunque sea unos segundos, sus labios.

-Bien par de tórtolos yo elegiré por ustede.-Nos vio a ambos.- De tín, marín, de do, pin.....- cayó.

-Gue, malnacido.- dijo Patrick estreñando una silla sobre Alphonse.

-¡PATRICK!- Victoria corrió a abrazarlo.

-No, alejaté te causé mucho daño.

-Aún así sigues siendo mi mejor amigo Patrick. Yo entiendo porque lo hiciste, te escuché hablando con él. Lo hiciste para salvar a tu hermana.

-Lo siento.

-Olvidemos esto y......- el sonido de un disparo. Ambos cayeron, Alphonse solo se levantó y huyó por una puerta trasera. Corrí hacía ellos, un líquido rojo manchó mis manos, sangre. No podía diferenciar de quien era y solo pude hacer una sola cosa.

-AUXILIO.-

Gritar.

Amor, Guerrra Y Algo MasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora