capitulo veintitres

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Un mes había pasado y Victoria no aparecía por ninguna parte. Alejandro estaba desesperado, no dormía, no comía, no iba a clases, resumiendo no hacía nada más que buscar a Victoria. La polocía pronto dejaría de buscar y le aconsejaban que aceptara la probabilidad de que la chica ya estuviera muerta.

-Clay te lo suplico, no dejes de buscarla.- dijo Alejandro con los ojos rojos de tanto llorar.

-No puedo hacer nada. Es probable que ella ya esté muerta.

-Jámas digas eso.- dijo muy molesto. Alejandro se marchó en su auto, se dirigió a la ciudad para seguir su búsqueda. Recorrió cada rincón de la ciudad, pero no obtuvo ningún resultado. Parecía que Victoria se había esfumado de la faz de la tierra. Al llegar el alba Alejandro no pudo continuar, estaba muy cansado como para seguir conduciendo. Se dirigió al hotel en el que se estaba quedando y, al nada más tocar su cama, se quedó profundamente dormido.

Narra Alejandro

Estaba demasiado cansado, no podía mantener los ojos abiertos ni un minuto más. Llegue al hotel y saludé a Marie, la recepcionista, subí a mi habitación y al sentir la suavidad ,de la misma, me quedé dormido. 

Desperté en..... ¿Dónde estoy? Es, es, es ¿qué es? Pero me siento bien como si mis problemas se hubieran esfumado. Sin embargo, no quiero un mundo sin ella, necesito encontrarla. Ella es... Tiene un no sé qué que simplemente la hace mega irresistible.

-Al fin llegas Alejandro.- dijo apareciendo de la nada.

-Es-Es-¿Estefany?- no podía creer esto, acaso ¿estoy muerto?

-No estás muerto Alejandro.

-¿Qué ? ¿leíste mi mente?

-Así es.

-Pero, ¿Qué haces aquí?

-Vine a ayudarte.

-Pero, bueno tú estás muerta.

-Lo estoy, pero no significa que no pueda hecharte la mano.

-¿cómo?

-Ay Alejandro, tu problema es que sabes muchas cosas, pero tu mente es incapaz de reconocer las pistas. Victoria está más cerca de lo que crees, solo recuerda las pistas y lo sabras.

-¿Cúales pistas?

-Lo siento, pero eso es todo. Ahora despierta.

-No, espera.

-Despierta, despierta, despierta.

Desperté, todo fue un sueño, pero pareció tan real.

-Despierta.- dijo Verónica.

-Ya desperté.

-¿Qué estabas soñando?

-Nada ¿por?

-Porque susurrabas varias palabras que no entendía y estabas sudando, de hecho aún lo haces.

-Está bien, pero más vale que me creas. Soñé con Estefany, pero no fue un sueño normal pareció tan real. Me dijo que iba a ayudarme a encontrar a Victoria, que yo tenía las pistas de su paradero, pero que no sabía verlas.

-¿Te estuviste drogando?

-Ves por eso no quería decir nada.

-Lo siento, pero es un tanto díficil de creer.

-Solo creeme y ya.

-Está bien, pero ¿qué pistas?

-No lo sé.

-A ver...... Recuerdo haber visto algo en la televisión. A veces vemos algunas cosas sin querer y eso se quedá guardado en nuestra memoria. Tal ves esas son las pistas.

-Y  ¿cómo las recuerdo?

-Bueno, el tipo que explicó eso dijo que mediante la meditación podías recobrar esos recuerdos.

-Meditación, interesante.- hice lo que Verónica dijo, recordé algo de esa noche. El auto no era auto, era un camión y tenía un olor extraño como pescado o algo así. Y Victoria me contó que Patrick más bien su familia tenía una bodega en el muelle porque su padre amaba pescar.

-¡Ya sé dónde está!

-¿Llamo a Clay?

-Llama a Clay.

Voy por ti Victoria, solo no te rindas, sigue luchando, solo un poco más por favor.

Amor, Guerrra Y Algo MasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora