El destino de Charlie:

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Al aparecerse en un bosque cercano a la mansión de campo de los Malfoy, Charlie no pudo darse cuenta en dónde estaba porque recibió un fuerte golpe en la cabeza que lo dejó inconsciente. El muchacho cayó al piso y el mortífago que le dio el golpe lo patió en el suelo mientras se sacaba la máscara.

_ ¡¡Demonios!! ¡¡La p#$%&##%%$#%&!!_ comenzó a gritar insultos fuera de sí, mientras lanzaba la máscara al suelo.

_ ¡Ya basta, Dolohov!_ le dijo enojado Malfoy. Estaba de tan mal humor como él.

_ ¡No me hagas callar, Lucius! ¡¿No te das cuenta que el Señor Oscuro va a matarnos?!_ le gritó el hombre.

_ ¡¡Sí, pero nadie necesita tus gritos!!_ vociferó Malfoy.

Los demás parecieron estar de acuerdo porque varios asintieron. Dos de ellos se sentaron en el piso mientras se quitaban las máscaras. Sin poder creer como aquel plan, que parecía perfecto, había salido tan mal.

_ ¡No puedo creer cómo salió todo!_ dijo Nott mientras que pateó furioso una piedra.

_ ¡Pues yo tampoco! ¡¿Qué pasó con tu hijo, Lucius?! ¿Y Nott? ¿Y tu hija Roberta, Blair? ¡¡Deberían haber estado allí!!_ gritó Bellatrix como una loca.

_ ¡No les eches la culpa a los niños! Bobbie y Draco no tuvieron la culpa, ni ninguno de los otros_ dijo la señora Blair.

_ ¿Ah, no? ¡Pues gracias a ellos la mocosa estúpida esa está aquí con nosotros!_ gritó Bellatrix, agregando luego con malicia_. ¡Cuando la vea el Señor Oscuro se pondrá más furioso aún! ¡Quizás hasta la termine matando, Blair!

Becca que estaba detrás de su madre al oírla comenzó a temblar entera y dio unos pasos para atrás cuando todos la miraron. Su madre sólo le echó un vistazo antes de responderle a la otra mortífaga.

_ Ella cumplirá el castigo que el Señor Oscuro le asigne, como todos nosotros_ dijo fríamente. No pareció importarle la última frase de Bellatrix y todos se dieron cuenta. Su hija comenzó a llorar silenciosamente al notar cómo su madre defendió a su hermana y no a ella.

_ Vamos, no tiene sentido seguir discutiendo aquí. El Señor Oscuro probablemente ya esté en la casa esperando. Narcisa está sola_ dijo Malfoy mientras comenzaba a caminar hacia la mansión, sintiéndose totalmente derrotado.

Entre nuevas discusiones y algunos insultos, los demás se pusieron en marcha detrás de él. Nott tomó su varita y apuntó a Charlie, levantándolo del suelo. Lo hizo sin tener mucho cuidado y sin fijarse cuando la cabeza del muchacho golpeó un arbusto bajo. El Señor Oscuro ya se ocuparía de él.

Lord Voldemort que ya se encontraba en la mansión de los Malfoy, se acercó a una ventana del salón y vio la procesión de los mortífagos que se acercaba a las rejas de la mansión antes de que llegaran. Vio como Dolohov y Malfoy la encabezaban y discutían algo. Por detrás los seguían los demás con paso rápido. Al último advirtió que Nott traía a alguien desmayado. Un hombre. Algo que le sorprendió, ya que no formaba parte del plan, pero no pudo saber quién era desde esa distancia. Al lado de Nott iba la nueva mortífaga y detrás de ella una muchacha. Creyó que la chica se trataba de Ania y sonrió.

El hombre se volvió a sentar en el sillón que anteriormente ocupaba, ya más tranquilo y algo ansioso. Estaba solo en la habitación desde que Narcisa había salido para abrirles las puertas a los demás. Había estado muy preocupada porque no llegaban y él la comprendió. Él también estaba preocupado. Había apostado todas sus cartas en aquel ataque y todo debía salir bien. Si no... si no la pagarían, pensó.

Miró sus manos y notó, algo extrañado, que temblaban un poco. En ese momento sitió que las puertas principales se abrían y acomodó su postura en el sillón. Nerviosamente arregló los pliegues de su túnica y alcanzó a echar un vistazo al espejo que había allí y que lo reflejaba. Para asegurarse de que se encontraba bien presentable. Advirtió que su piel estaba demasiado blanca, falta de sol, pero su rostro comenzaba a recuperar la normalidad y su antigua belleza masculina perdida. Sus ojos, ahora celestes, se desviaron hacia la puerta de la habitación esperando con ansias que Ania apareciera por ella. Tuvo un par de segundos de tiempo libre para notar que había algo más que euforia en su corazón, antes de darse cuenta que algo andaba mal.

El alma perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora