La medalla perdida:

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Las medidas que tomó el profesor Dumbledore al siguiente día fueron extremas. Todos los estudiantes fueron registrados y nadie pudo salir de su sala común hasta que este registro concluyó. Nadie sabía qué era lo que habían robado por eso los rumores corrían por todos lados y ningún profesor se tomó el trabajo de disiparlos. Cuanto menos supieran los alumnos, mejor. Esa había sido la orden de Dumbledore. Sin embargo el registro fue en vano y cuando todos pudieron bajar a desayunar la medalla no aparecía por ningún lado.

En el gran comedor no se hablaba de otra cosa. En una punta de la mesa de Gryffindor se encontraba Ania que estaba muy decaída, era muy importante el objeto que custodiaba y ella sentía que había fracasado en su trabajo. Más que desayunar jugaba con su comida, cuando se le unieron dos chicas.

_ No te desanimes, ya la encontrarán_ le dijo Ginny mientras se sentaba al lado de ella. Venía con Hermione que se sentó del otro lado.

_ ¿Cómo saben...?_ dijo sorprendida Ania. Nadie sabía en el colegio que a la persona que le habían robado era a ella, ni tampoco qué cosa. ¡Además que muy poca gente sabía de la existencia de la medalla!

_ Recién Sirius se apareció por la chimenea, cuando ya no quedaba nadie en la sala común, y nos contó todo... a Ginny, Harry, Ron y a mi_ explicó Hermione_. Estaba preocupado y quería averiguar si sabíamos algo.

_ No debió hacerlo, es muy peligroso_ dijo Ginny con el ceño fruncido.

_ ¿Sirius? No sabía que podía..._ se sorprendió Ania. ¿Podía aparecerse en Hogwarts? Si era así, podría haberla visitado a ella... pensó Ania, además que eso de contarle sobre la medalla a los hicos fue demasiado. Ahora mucha gente sabría sobre el objeto y eso era peligroso.

_ Bueno, se supone que es un asesino suelto y no puede aparecerse por aquí así como si nada... de todos modos nos dijo que te dijéramos que deberías andar con cuidado, Ania. Es evidente que hay alguien aquí que está contra ti.

_ Sí..._ suspiró Ania.

Luego se produjeron unos minutos de silencio en donde las chicas se quedaron pensativas.

_ Escuchamos que no encontraron nada_ dijo Ginny, rompiendo el silencio.

_ No, no han encontrado nada. Es como si se hubiera esfumado_ dijo Ania mientras jugaba con sus cereales. Hubo otro breve silencio.

_ ¿Pero tú siempre la llevas al cuello?_ dijo Hermione.

_ Sí, excepto cuando voy a dormir. Me la saco porque es muy pesada_ dijo Ania sin querer agregar que dormir con esa cosa le daba pesadillas y últimamente la hacía sentir como que dormía junto a Voldemort... lo cual en cierto sentido era verdad. Algo que la horrorizaba.

_ Entonces... piensa Ania, ¿le has contado a alguien sobre detalle? ¡Alguien sabía que te la sacabas de noche!

Ania que no había pensado en eso se quedó un largo rato en silencio tratando de recordar, pero a casi nadie le había hablado de su medalla. Muy poca gente sabía de su existencia... bueno ya mucha más, gracias a Sirius.

_ No... no, que recuerde...

_ ¡Qué pena! Porque ahí estaba la clave para encontrar al ladrón de tu medalla_ suspiró defraudada Hermione.

_ ¿Alguien te robó algo?_ dijo una chica de Ravenclaw a sus espaldas. Había escuchado ese último comentario.

_ ¡Becca!_ exclamó Ania al verla.

Las otras dos chicas la saludaron mientras Becca se sentó frente a ellas. Ania entonces le contó lo de la medalla... bueno, no todo.

_ Es una reliquia familiar, muy valiosa. Lamento haberla perdido_ dijo entonces Ania. No quiso decirle más... el director le había advertido que no hablara del tema con nadie que no fuera de la Orden del Fénix y no estaba cumpliendo con ello. Pero Becca era su amiga.

El alma perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora