Capítulo 22

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De la mano entramos a palacio a través de la cocina. Cuando entramos todos los cocineros y los sirvientes nos siguen con la mirada mientras cruzamos la enorme habitación hasta la puerta. Recorremos los pasillos en silencio, temerosos de romper la paz que reina en ellos con nuestras voces.

Después de bajar un tramo de escaleras cubiertas por una ostentosa alfombra entramos en una habitación con un enorme escenario de madera y, delante de él, una decena de hileras de sillas protegidas por terciopelo rojo. En lo alto de las paredes hay palcos semicirculares de madera tallada.

Kai me conduce a la primera fila de asientos. Sentados tenemos que inclinar la cabeza hacia arriba para poder ver bien el escenario, que en estos momentos se encuentra a oscuras con el telón bajado.

-¿Teatro?- le pregunto en un susurro. La habitación está vacía a excepción de nosotros, pero su elegancia resulta imponente y alzar la voz no parecía correcto.

-Hay que culturizarse un poco- me responde también susurrando.

-¿Qué obra vamos a ver?

-Romeo y Julieta de Shakespeare.

-¿De quién?

-Conoces la leyenda del hombre que viajó al otro mundo, ¿verdad?

Asentí.

Todos los habitantes de las Tierras Perdidas habíamos oído hablar alguna vez de la leyenda de El Viajero. El Viajero nació en el reino del Aire y era capitán de un navío mercantil. Solía importar metales desde las Islas Ironyl situadas al norte. Su nombre era William Lockhart. Un día cuando estaba a punto de emprender su viaje de vuelta, escuchó una historia de un viejo ermitaño, del cual los habitantes de la ciudad afirmaban que era un brujo. El anciano le dijo que en el punto exacto en el que se juntan el óceano del este, del sur, del norte y del oeste, en el lugar que marca el centro de nuestro mundo, hay un portal a otro mundo.

Lockhart, aventurero y temerario por naturaleza, se tomó aquello como un reto y se dispuso a encontrar ese portal que le llevaría a un mundo completamente distinto al nuestros. Así pues, partió al día siguiente junto con toda su tripulación, dispuesto a marcar la historia.

Después de aquel día nadie vio su navío en mucho tiempo. No hasta una década más tarde, cuando el navío de Lockhart atracó en el puerto de el Reino del Agua. Todas las personas que estaban ahí en ese mismo momento se congregaron alrededor del marinero y le escucharon con atención y devoción relatar su viaje a ese otro mundo que ninguno pensó que existiera.

Como era de esperar, muchos escépticos no le creyeron. Por suerte, el capitán ya había revisto esta reacción por lo que trajo tres objetos con él en su travesía. Tres objetos que le ayudarían a probar que no era un mentiroso: un reloj, una bombilla y un libro.

Estos tres objetos son los cimientos de nuestra civilización. Si no fuera por ellos no conoceríamos el mundo como lo hacemos ahora.

Gracias a el reloj y a los engranajes inventaron un montón de artilugios nuevos que hicieron que nuestra sociedad avanzara mucho más deprisa. Se crearon maquinas que nos permitieron construir edificios más grandes y con más facilidad, gracias al sistema de poleas del que los tripulantes del barco de Lockhart habían oído hablar.

Con la llegada de la bombilla las velas y el fuego quedaron atrás (excepto en el Palacio del Fuego). Se reformaron de arriba abajo nuestras ciudades para que este pequeño invento estuviera en cada esquina.

Lockhart quedó fascinado por la cultura y el arte de aquel mundo, por lo que trajo el libro más conocido que tenían. En realidad creo que había un libro más conocido y que la gente admiraba muchísimo. Los habitantes de aquel mundo incluso se reunían todas las semanas para hablar de él. Pero el capitán no lo trajo porque dijo que era un libro que hablaba de milagros, poderes divinos y muchas otras barbaridades. Así fue como aquella obra se convirtió en un clásico para nuestra sociedad. Se enseña en todos los colegios, y toda compañía de teatro que se precie la ha interpretado alguna vez. Lamentablemente, estar encerrada en palacio toda mi vida me había impedido poder disfrutar de aquello.

-¿De verdad vamos a ver una obra que pertenece al otro mundo?- le pregunte a Kai, todavía sin poder creérmelo.

-Sí- me contestó-. El libro original lo guardan en una vitrina en la biblioteca. Si quieres podemos ir a verlo otro día.

Asiento entusiasmada mientras las luces bajan de potencia hasta apagarse por completo, el telón sube y la obra da comienza.

He estado teniendo problemas con esta historia. Sabía que quería añadirle algo más a la historia pero no sabía qué. He estado dándole vueltas durante mucho (MUCHO) tiempo y un día se me ocurrió esta idea. Me gustaría que me dijerais en los comentarios que os ha parecido lo de los mundos y todo eso.

Y siento mucho que no esté actualizando pero esta historia había dejado de suponerme un reto y he tenido que buscar la forma de que mi motivación de seguir escribiendo vuelva. Creo que con lo de los mundos y todo eso he conseguido mi objetivo.

Besos, 

~Rubí

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P.D.: Ya sé que está historia tiene faltas ortográficas y algunos fallos en la historia, pero eso es porque es algo así como un borrador. Corregiré y editaré los fallos cuando termine.

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⏰ Última actualización: Sep 26, 2016 ⏰

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