Elemento

Capítulo 12

-Espera- le digo-, a ver si lo he entendido. Tengo que viajar al Reino Del Aire. En ese viaje, para protegerme, me van a acompañar: una adolescente con las hormonas revolucionadas, un principito con tendencia a la estupidez, un imbécil pecoso y un rubito con exceso de bronceado.

-Si- me responde.

-¡¿Pero tu estás loco?!- le grito poniendome en pie y tirando la silla- Esto es lo más estúpido que has dicho en toda tu vida. ¿Sabes el lio que se va a montar? Darren y Kai van a estar lanzandose uno al cuello del otro cada dos por tres. Y Kiara va a espantar a Nahin intentando ligar con él- Devis intenta decir algo pero yo continúo con mi discurso-. Y a mi me van a poner de los nervios y voy a acabar entregandome a mi tío para poder librarme de ellos.

-Sua- dice Devis por fin-, estás siendo melodramática.

 -¡Claro que estoy siendo dramática!- le grito al borde de la histeria- Soy una adolescente de dieciséis años que ha tenido que dejar su hogar porque su tio quiere matarla. ¡Y a eso sumemosle que las únicas personas que siempre han estado ahí para mí y que creía que eran mi familia me van a dejar sola!

En cuanto esas palabras salen de mi boca se que he cometido un error. Elia y Devis no tienen la culpa de lo que me ha pasado, y se que ellos no quieren dejarme sola. Pero no voy a retractarme. Hace ya tiempo que necesitaba soltar este peso.

Devis y Elia me miran sorprendidos, con los ojos abiertos de par en par. Nunca les había dicho eso,  nunca les había contado que sentía que eran de mi familia, que les quería. Pero siempre pensé que estaba implícito. Devis conoció a mis padres, fue su mejor amigo. Y Elia fues maestro de mi padre antes que él mio. En cada recuerdo, en cada momento que he vivido desde pequeña, ellos me acompañan. Ellos son mi familia. La única que me queda.

-Sua...- dice Elia poniendose en pie y estirando una mano hacia mi.

-No- digo soltandome de su agarre-. Déjalo, no importa.

Mientras las lagrimas contenidas se desbordan, salgo de la habitación cerrando la puerta con fuerza. Puede que suene inmaduro pero eso me hace sentir mejor. Es demasiado lo que he tenido que soportar en tan poco tiempo, y ya no aguanto más intentando ser fuerte. Necesito alejarme de ellos. Necesito olvidar lo que ha pasado. Necesito a...

Kai.

Él me mira en cuanto la puerta se cierra tras de mi, va a decir algo pero se detiene al ver mis lágrimas y yo corro a abrazarle. Normalmente no me gusta que nadie me vea en un momento de debilidad como este, pero rodeada por sus brazos eso deja de importarme. 

En ningún momento me pregunta que ha pasado o si estoy bien, simplemente me sostiene. Y lo agradezco, porque eso es lo que necesito. Cuando unos guardias se acercan para saber si to va bien, Kai asiente y me saca de allí. Me guia escaleras arriba y por unos cuantos pasillos hasta llegar a los aposentos reales, donde están nuestras habitaciones. Pasa de largo la habitación de Kiara y entra por una puerta situada al final del pasillo. 

Se sube en una cama y luego me coloca encima de él, rodeandome con una manta y sin soltar el abrazo. Yo le agarro de la camisa, empapandosela mientras continúo llorando, descargando todo lo que ha pasado mientras el nudo que tengo en mi pecho se va soltando, lentamente, a medida que Kai me susurra al oído palabras para tranquilizarme.

Nunca antes había llorado tanto. No desde la muerte de mi padres. Aunque creo que ahora también lloro por eso, porque fue mi su propio hermano el que acabó con mi padre. Y, en silencio, juro que me vengaré. Que haré todo lo posible por detenerle. Todo.

-Tengo miedo- le susurro a Kai entre sollozos.

-Lo sé- me contesta acariciandome el pelo-. No dejaré que te pase nada, ninguno de nosotros lo hará, ya lo verás. No estás sola.

El cansancio se apodera de mi cuerpo. Toda la hora anterior cae en mi como un valde de agua fría. Noto cómo mis parpados se van cerrando y que mi cuerpo se deja llevar.

-Estoy aquí- escucho como me susurra Kai antes de quedarme dormida-. Estoy contigo. Siempre.