Capítulo 5

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Al día siguiente me levanté temprano, algo más de lo normal, me duche y me sequé el pelo con el secador, desperté a Nur y preparé el desayuno. Una vez desayuné me fui a vestir, la frase que me dijo anoche Regina seguía rondando por mi cabeza, iba hacer algo después pueda arrepentirme, pero de todos modos lo haré. Abrí mi armario y cogí una falda lápiz blanca hasta las rodillas, una blusa color nude con mangas francesas y un escote muy pronunciado que disimule con un collar que me había regalado Marta y una gabardina. El tiempo era bastante bueno, hacía frío pero estaba soleado y con suerte alcanzaremos los quince grados, me puse unas medias, me puse un reloj y unos tacones nude con mi bolso a juego. Me maquille un poco más de lo normal, cogí mis gafas de sol y salí al salón. Nur ya estaba preparada, le puse su desayuno del recreo en la mochila y salimos de casa.

-Vamos, pórtate bien vale- le dije mientras le ponía la mochilita en sus pequeños hombros.

-¿Hoy vendrás a recoger después del cole?- me preguntó mirándome con esos ojitos y haciendo pucheros.

-Claro que sí, lo de ayer no volverá a ocurrir.

-¡Si!- gritó emocionada y me dio una abrazo.

-Vamos que llegas tarde.

La lleve con su señorita me despedí de ellas y me fui a mi trabajo, hoy podría ser mi último día, o no.

Llegué justo a tiempo y antes de entrar a mi oficina Verónica me llamo.

-Buenos días Verónica- le saludé.

-Buenos días sahar, el señor Smith quiere verte.

-¿Ya ha llegado?- le pregunté sorprendida.

-Ha llegado hace una hora.

-¿Te ha dicho para que me quiere?

-No, solo me dijo que nada más llegar te avisara.

-Vale voy a soltar mi bolso.

Entré en mi oficina solté el bolso y mi gabardina y me dirigí a la oficina del señor Smith. Estaba aterrada, me gustaba el trabajo en esta empresa y el sueldo era bastante bueno, tengo que mantener a mi hija, pagar el alquiler, la luz, el agua y nuestros víveres. Tomé aire y golpeé la puerta.

-Adelante- escuché esa voz fría y grave que me producía escalofríos.

Abrí la puerta y vi al señor Smith de pie mirando por el enorme ventanal que hay detrás de su escritorio. Ese día llevaba puesto un elegante traje color gris que le quedaba como un guante acentuando su trasero.

-Cierre la puerta por favor- hice lo que me dijo y me dirigí hacia su escritorio -Tome asiento.

Me senté, se dio la vuelta y se sentó en su silla, se le notaba algo nervioso y eso era muy raro.

-Señorita Reda quiero pedirle disculpas por mi comportamiento de ayer, no fue mi mejor día y creo que lo pague con usted, su diseño era bueno pero yo estaba tan furioso que no me di cuenta de lo que hice.

Espera ¿qué? me estaba pidiendo disculpas, y yo que pensé que me iba a echarme un sermón por irme antes de tiempo, puede que no se haya dado cuenta.

-Disculpas aceptadas- le dije manteniendome seria, no quería que pensara que con una sola disculpa iba a volver a ser como antes.

-Me alegra de que las haya aceptado- me dijo, noté alivio en su voz.

-La próxima vez intente buscar otra actividad para soltar esa ira que tiene contenida.

POV Adam

-La próxima vez intente buscar otra actividad para soltar esa ira que tiene contenida.

No evite mal pensar cuando me dijo eso, intenté no reírme, ella estaba muy seria.

El señor SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora