Estaba en mi casa preparándome para ir a cenar con Adam. Nur se ha quedado en casa de mis padres así que estoy sola en mi apartamento. Sonó el timbre y abrí la puerta.
-Hola- Era Regina y venía cargando unas bolsas.
-Hola, pasa.
Entró y fue directamente a mi habitación.
-Te he traído algunas cosas, espero que te queden- dijo mientras vaciaba las enormes bolsas de su contenido -Dios que calor hace aquí.
-Encenderé el aire acondicionado- dije yo mientras la miraba extrañada.
Cuando entré en mi habitación de nuevo vi que había una vestido sobre mi cama.
-¿Qué es esto?- le pregunté.
-Esto amiga mía es el vestido que te pondrás para la cena que tienes esta noche con Adam.
Miró el reloj.
-Vamos metete en la ducha- me dijo alarmada -Te queda poco tiempo, corre.
Me empujó hacia la puerta del baño.
Entré al baño y me tomé una ducha. Envolví mi cuerpo en una toalla y salí.
-Se me olvidó coger mi ropa interior- vi que sobre mi cama estaba el vestido que era de color lavanda con pedrería y un cinturón plateado. Junto a él había unas sandalias plateadas, una pequeña cartera lavanda y unos pendientes plateados que tenían unos enormes pedruscos.
-Coge, te he comprado también ropa interior- me dijo mientras me tendía un conjunto de ropa interior de encaje de color negro.
-¿Pero por qué?- dije con una cara de confundida.
-Tu pontelo y calla.
Entré de nuevo al baño y me puse la ropa interior. Una vez terminé salí.
-Ponte esta bata y siéntate aquí.
Hice lo que me dijo sin rechistar. Me empezó a maquillar y terminó alisando mi pelo. Una vez terminó con mi rostro y pelo me ayudó a ponerme el vestido que tenia cuello barco.
-Madre mía, estas preciosa- me dijo una vez terminó. Parecía que estaba contemplando una obra de arte.
POV Adam.
Estaba algo nervioso y ansioso, Regina me prometió dejar irreconocible a Sahar aunque a mi me gusta siendo natural. Yo llevaba un esmoquin negro con una corbata lavanda que me compró Regina y me hizo prometer que me la pondría aunque el color no me convencía mucho. Llegué al edificio de Sahar y subi. Una vez llegué toqué el timbre. A los pocos segundos la puerta se abrió y pude ver a una preciosa y deslumbrante Sahar.
-Hola- me dijo algo tímida. Me quedé con la boca abierta y no podía reaccionar.
-Estas preciosa- logré articular
-Gracias- me dijo algo sonrojada y se veía muy tierna -Nos vamos.
- Claro.
Salimos de su edificio y le abrí la puerta de mi Rolls Royce negro.
-Bonito coche.
Me dijo una vez subí al coche.
-Más bonita eres tú- Vi que otra vez se ponía colorada -¿por qué te sonrojas tanto?
-Tus comentarios son los causantes.
Nos quedamos callados. Ella miraba por la ventana mientras que yo conducía.
Llegamos al restaurante donde había hecho la reserva y bajé. La ayudé a bajarse y entramos tomados de la mano.
Nos dirigimos a una mesa apartada del restaurante.
-Vaya que elegante todo.
Me dijo una vez pedimos lo que íbamos a comer.
-¿Te gusta?
-Sí.
Estuvimos hablando tranquilamente hasta que terminamos de comer.
-¿Te parece bien si nos vamos?
-Vale.
Pagué la cuenta y salimos del restaurante. Subimos al coche.
-¿A dónde me llevas?- preguntó después de un rato.
-Es una sorpresa.
Llegamos al portón de mi mansión y este se abrió delante de nosotros.
Recorrimos el camino que atravesaba el enorme jardín que rodea a la mansión. Paré en coche delante de la puerta y bajé del coche.
La noche era cálida y el cielo estaba despejado. Abrí la puerta del coche y la ayudé a bajarse.
-¿Que es este sitio?- me dijo mientras admiraba todo a su alrededor.
-Esta es mi casa.
Se soltó de mi mano y se fue caminando hacia el jardín que estaba iluminado por pequeños candelabros y faroles.
-Esto es precioso.
-Ven, te voy a enseñar el jardín.
Nos volvimos a coger de la mano y comenzamos a pasear por todo el jardín.
Llegamos a la zona donde estaba la piscina.
-¿No me estarás enseñando todo esto para darme envidia?- me dijo en tono burlón.
-En realidad tenía otra cosa pensada.
La sonrisa se borró de su cara y se quedó quieta.
-¿No me pedirás que viva contigo?
-Mmm algo mas serio- le dije mientras me ponía de rodillas delante de ella -Sahar Reda ¿quieres ser mi esposa?
Saqué una caja de mi bolsillo y la abrí, dentro estaba el anillo que yo mismo había escogido.
Sahar estaba paralizada, sus ojos estaban cristalinos.
-Di algo.
Me estaba poniendo nervioso.
-S...sí- me dijo al fin -sí quiero.
Saqué el anillo de la caja y lo coloqué en su dedo anular. Me puse de pié y la envolví en mi brazos juntando nuestros labios. Nunca me había sentido así, pero sabía que ese sentimiento me iba a acompañar hasta el final de mis días.
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El señor Smith
RomanceSahar Reda, madre soltera que trabaja como jefa de marketing en la mayor empresa del país. Lleva una vida normal y dedicada totalmente a su hija hasta que su jefe decide retirarse y dejar a su hijo Adam Smith a cargo de la empresa. Adam es frío, dis...