POV Sahar.
Es viernes por la tarde y aquí estoy en mi cama tumbada junto a Nur.
-Mami.
-Dime cariño.
-¿Mañana vamos a ir al parque Warner con Fernan?
-Sí- se levantó y me abrazo -¿Te cae bien Fernan?
-Sí.
Después de ver un poco la tele me levanté para prepararme.
Después de una hora ya estaba lista, el timbre de la puerta sonó y fui para abrir la puerta.
-Hola...- me dijo Fernando mientras me miraba de arriba abajo.
-¿Qué?- le dije un poco nerviosa.
-Estás... yo...estás preciosa- dijo tartamudeando.
-Entra anda- dije riéndome.
-¡Fernan!- Nur se abalanzó sobre él en un abrazo.
-Hola pequeña ¿como estas?
-Bien.
-¿Estás lista Sahar?
-Sí, un momento.
Entré en mi habitación y me miré en el espejo por última vez. El vestido me quedaba perfecto, me puse con él unos zapatos del mismo color y recogí mi pelo en un pequeño recogido elegante que vi en internet. Salimos de casa, me despedí de Nur y de Fernando y me dirigí al hotel Carlos V que es donde se celebra la gala. En la entrada le entregué al aparcacoches mis llaves y entré. Todo era muy elegante, la sala estaba decorada en tonos dorados y marrón, la sala estaba llena y había camareros sirviendo copas por todas partes. Pude divisar a Marta al fondo de la sala junto a unos compañeros de trabajo.
-Hola Sahar, dios estas preciosa- me dijo Marta acercándose a mí y dándome un abrazo.
-Gracias cariño, tú estás espectacular.
Saludé al resto de mis compañeros recibiendo algún que otro piropo por su parte y comenzamos a hablar.
-Mira el jefe ha llegado- dijo Marta señalando hacia la puerta. Me di la vuelta y lo vi allí, parado con su traje impecable, con su mirada seria e imponente y su rostro que no mostraba ninguna emoción. Nuestras miradas se cruzaron por un momento pero rápidamente rompí el contacto.
-Estas muy guapa- me dijo David al oído.
-Gracias- le dije sonrojada.
Vi como empezó a saludar a algunas personas que supongo que serán importantes.
-Vamos a sentarnos- dijo David.
-Ahora voy, tengo que ir al servicio.
Fui a los servicios y sentí como alguien me seguía, sentí como alguien me cogió del brazo y me dio la vuelta quedando frente a frente. Adam estaba enfrente de mí, su mano viajó hacia mi mejilla acariciándola suavemente, comenzó a acercarse podía sentir su aliento, mi respiración se estaba haciendo cada vez más pesada. Escuché unos pasos y rápidamente me alejé y me dirigí al baño.
Una vez terminé volví a la sala y me senté en la mesa junto a mis compañeros. Adam subió al escenario y comenzó a dar un discurso agradeciendo a su familia y a todos nosotros por nuestro trabajo y bla bla bla, sinceramente no presté atención al discurso, mi mente seguía pensando en lo que acababa de suceder en el pasillo del baño. Sentí un cosquilleo en mi estómago, no podía enamorarme de mi jefe pero si sigue así no podré evitarlo. Los aplausos que indicaban que el discurso de Adam había terminado me sacaron de mis pensamientos.
-Ha sido un discurso muy inspirativo- dijo David.
-Sí.
La cena transcurrió tranquilamente, todos hablábamos sobre trabajo, nuestras aficiones, fútbol, política... Me sentí muy cómoda, hacía tiempo que no salía con amigos.
Después de cenar comenzaron a bailar, me quisieron sacar a la pista pero no quise, Marta estaba bailando con Alex que trabaja en el departamento de informática.
Decidí dar un paseo por la fiesta, la sala era enorme y todos estaban bebiendo, hablando o bailando. Vi una pequeña terraza así que quise salir a verla pero me arrepentí, allí vi a Adam besándose con una chica pelirroja. Intenté irme sin hacer ruido para que no se dieran cuenta pero ya era demasiado tarde, Adam se dio la vuelta y me vio. En ese momento quise que la tierra me tragara o que me cayera un meteorito encima. Me di la vuelta y me aleje lo más rápido que pude de allí, escuche los pasos de Adam detrás de mí, me cogió del brazo y me dio la vuelta.
-Suéltame- ordené.
-¿A dónde vas?
-Eso a usted no le incumbe señor Smith- le respondí cabreada, intentó besarme y ahora se estaba liando con otra, vaya este hombre no pierde el tiempo.
-Sí me incumbe- me dijo esta vez un poco más fuerte y me acercó más a él.
-Mi hija me está esperando señor.
Me zafe de su agarre y salí corriendo, una lágrima resbaló por mi mejilla pero rápidamente la limpie, le avisé al aparcacoches, me trajo el coche, subí y conduje a casa de Fernando. Las lágrimas bajaban y no paraba de sollozar, me sentía utilizada, le di un golpe al volante y seguí conduciendo a toda velocidad, en ese momento no me importaba si me ponían una multa solo quería desahogarme.
POV Adam.
Estaba en la terraza tomando un poco el aire, hoy Sahar estaba preciosa con su vestido azul, cuando entré a la sala fue a la primera que busqué y la vi allí de pie junto al resto de sus compañeros. Los celos me invadieron cuando vi a ese chico hablarle al oído y ella se sonrojó, era el mismo tipo que vi junto a ella en el parque, es David de contabilidad.
-Hola Adam- me dijo una voz que reconocí.
-¿Qué haces aquí Loreen?
-Te echo de menos- sus manos rodearon mi cuello.
-No deberías estar aquí- le dije alejándome de ella.
-Oh vamos hace mucho que no me visitas- estaba muy cerca de mí y sus manos estaban sobre mi pecho.
-Te he dicho que no puedes aparecer en público conmigo
Me cogió de la corbata y me besó, quería alejarme de ella pero me tenía bien sujeto, escuché unos pasos y logré separarme. Vi a Sahar de pie, detrás de nosotros, estaba pálida, salió de allí corriendo la seguí, quería explicarle lo que pasaba allí.
La logré alcanzar y la cogí del brazo.
-Suéltame.
-¿A dónde vas?
- Eso a usted no le incumbe señor Smith- su voz era fría y cortante.
-Sí me incumbe- estaba furioso.
-Mi hija me está esperando- sus ojos estaban vidriosos.
Se soltó de mi agarre y se alejó corriendo, me quedé un rato en shock de pie y después la seguí. Vi como subía a su coche, cogí las llaves de mi coche y me subí a él siguiéndola. No se como pude llegar hasta aquí pero necesito explicarle todo. Llegó a una calle y estacionó el coche. Esa no era la calle donde viven sus padres, ni es donde vive ella, paré un poco alejado y vi como bajaba del coche, alguien la estaba esperando y allí me di cuenta. Era la calle donde vivía Fernando. Él estaba esperándola junto al portal, le dio un abrazo y entraron juntos al edificio.
-¡Mierda!- grité, golpeé el volante, estaba frustrado y lleno de ira.
Había metido la pata hasta el fondo y ahora no puedo arreglarlo, he cometido un error y no se como repararlo, necesitaba relajarme y pensar cómo remediar esta situación así que dirigí a mi lugar de siempre.
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El señor Smith
عاطفيةSahar Reda, madre soltera que trabaja como jefa de marketing en la mayor empresa del país. Lleva una vida normal y dedicada totalmente a su hija hasta que su jefe decide retirarse y dejar a su hijo Adam Smith a cargo de la empresa. Adam es frío, dis...