Ya hemos vuelto a Madrid. Las cosas entre Adam y yo están marchando bien. Hace ya un mes que somos pareja. Nur le ha parecido bien y le encanta estar con Adam. Hoy va a hablar con mi padre, no quiere que vaya con él y eso me está poniendo nerviosa. Mañana conoceré a su madre ya que a su padre ya lo conocía.
Estaba sentada en el sofá de mi casa con Nur viendo los dibujos en la televisión cuando mi móvil sonó.
-Diga.
-Hola hija ¿como estas?- me dijo mi padre.
-Muy bien papá ¿y tú?
-Genial ¿como esta mi pequeña Nur?
-Esta muy bien, está sentada viendo la televisión.
-Me alegro de que estéis bien.
-¿Qué tal está mamá?
-Tu madre está muy bien y muy feliz de que al fin hayas encontrado a alguien para compartir con él tu vida.
Una sonrisa se dibujó en mi cara y suspire aliviada al saber que estaban de acuerdo.
-¿Y qué te parece a ti papá?
-A mi me parece bien, tienes que pensar que tienes a una hija y te vendrá bien a alguien que te ayude.
-Sí papá.
-Te dejo cariño cuídate mucho y dale un beso de mi parte a Nur.
-Vale papá cuídate tú también y mandale saludos a mama de mi parte.
-Vale cariño, adiós.
-Adiós.
Una vez corté la llamada me volví a sentar junto a Nur.
Hoy es domingo y me estoy preparando para ir a visitar a los padres de Adam. Me he puesto un vestido que queda por debajo de las rodillas ceñido con las mangas cortas de rayas blanco y negro. Lo he combinado con una sandalias negras y un bolso del mismo color. Me he soltado el pelo y me he maquillado un poco.
A Nur también le he vestido con un vestido blanco con flores lilas, unos zapatos del mismo color y le he hecho una trenza en el pelo.
Una vez estábamos listas Adam llegó y nos llevó a la casa de sus padres o mejor dicho la mansión de sus padres.
-Estas preciosa- me dijo al oído una vez nos bajamos del coche.
Yo estaba embobada mirando la enorme mansión que tenía delante. Adam me cogió de la mano y cogió a Nur y nos llevó dentro.
-Tranquila a mi madre le caerás bien- me dijo al oído cuando entramos en el vestíbulo. Todo era de mármol y los tonos que predominan son el beige, marrón y rosa.
-Bienvenida querida- me dijo una mujer de unos cincuenta años. Era de mi altura, delgada con el cabello negro como él azabache y unos ojos negros que me recordaban a los de Adam -Soy Alba la madre de Adam, encantada de conocerte y por favor llámame solo Alba nada de señora.
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El señor Smith
RomanceSahar Reda, madre soltera que trabaja como jefa de marketing en la mayor empresa del país. Lleva una vida normal y dedicada totalmente a su hija hasta que su jefe decide retirarse y dejar a su hijo Adam Smith a cargo de la empresa. Adam es frío, dis...