Capítulo 11

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Llegamos a un edificio muy moderno y entramos, una vez dentro una chica nos recibió

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Llegamos a un edificio muy moderno y entramos, una vez dentro una chica nos recibió.

-Señor Smith el señor Duval le está esperando en su despacho.

-No podía recibirme él- dijo mi jefe molesto. La chica no dijo nada y nos condujo hasta el despacho del señor Duval que según tengo entendido es el director de esta sucursal.

-Bienvenido a París señor Smith- el hombre se levantó de su escritorio y se dirigió a nosotros para saludarnos -espero que el viaje haya sido bueno.

-Sí, lo ha sido- le dijo Adam de forma cortante.

-¿Quien es esta bella dama?- se dirigió hacía mi y me dió un beso en el dorso de la mano -Alex Duval- Adam se aclaró la garganta y me acercó más a él.

-Sahar Reda, soy jefa de Marketing en la sede central de la empresa.

Nos sentamos en la mesa de reuniones.

-¿A qué se debe su visita señor Smith?

-Tú sabes muy bien a qué se debe- lo miró desafiante -he notado actividades sospechosas y vengo para supervisar todo.

-Vamos Adam, no confías en mí, tu padre fue quien me ha puesto en este puesto.

-Tú mismo lo has dicho, mi padre te ha puesto aquí pero la empresa ahora es mía y puedo hacer lo que yo quiera- se levantó de su asiento y se dirigió al escritorio -quiero que me des todos los documentos de la empresa.

Alex se levantó de su asiento y se dirigió a un armario y empezó a sacar archivadores.

Estuvimos toda la mañana revisando papeles y documentos, yo me dirigí a los departamentos de contabilidad y de marketing donde estuve revisando todo.

-Vamos a comer algo- Adam se acercó a mi mesa, estaba cansado y algo cabreado.

-Sí señor- me levanté, me puse mi abrigo y salimos.

-¿Has encontrado algo?- me preguntó una vez en el coche.

-Estoy siguiendo una pista.

-El abogado de la empresa acaba de llegar y se a quedado allí para revisarlo todo.

Llegamos a un restaurante, como no, tiene que ser estirado y elegante. Nos sentamos en una mesa junto a la ventana. Ordenamos lo que queríamos comer al camarero que no paraba de mirarme, ante de irse me dedicó una sonrisa y mi jefe resopló lo que me hizo reírme por dentro.

Comimos tranquilamente hablando sobre el trabajo, después de comer me levanté para ir al baño. Cuando salí del baño me encontré con el camarero de antes.

-Toma- me entregó un papelito -llamame.

Y se fue y vi a mi jefe acercarse a mí.

-¿Que quería?- me preguntó de manera fría.

-Nada- le dije intentando guardar el papel sin que lo vea, pero ya era tarde, ya lo había visto, me lo arrebató de las manos y lo guardó en su chaqueta.

-Vámonos- me cogió de la mano y salimos del restaurante. Su comportamiento me confunde, unas veces me desprecia y otras veces parece que quiere algo conmigo, ya estoy cansada de este juego.

Llegamos a la empresa donde estuvimos la mayor parte de la tarde. Al final de todo descubrimos que uno de los contables estaba robando a la empresa y que el señor Duval no tenía nada que ver así que mi jefe lo invitó para cenar y tenía que ir obligatoriamente. Llegamos al hotel y el señor Smith entró al baño para bañarse mientras yo elegía mi ropa. Una vez salió entré yo para bañarme y vestirme, me puse un vestido negro ajustado hasta la rodilla con un volante a la altura de las caderas y unas sandalias negras, me maquillé un poco y salí del baño. Adam estaba hablando por teléfono, iba vestido con un traje negro solo que esta vez no llevaba corbata y su camisa estaba un poco abierta, era un estilo diferente con el que nunca lo había visto. Una vez terminó la llamada salimos en dirección al ascensor y una vez dentro me cogió de la mano.

-¿Pero qué hace?- me solté de su mano y me miró con el ceño fruncido.

-¿Qué sucede?

-Por favor deje esos jueguecitos para otra, yo no soy ese tipo de mujeres.

-¿Y qué tipo de mujer es usted?- arqueo la ceja y se cruzó de brazos.

-Una mujer que busca sobrevivir y sacar adelante a su hija.

Las puertas del ascensor se abrieron y salí seguida por él, me sentía confusa y tenía ganas de encerrarme en mi habitación y llorar pero no se el por qué. El coche nos estaba esperando, me abrió la puerta y subí sin mirarle, subió en el asiento del piloto y nos dirigimos al restaurante donde nos reunimos con el señor Duval.

-Siento mucho confundirla- Su mirada estaba fija en la carretera y vi que sus nudillos estaban blancos de tanto apretar el volante.

-No pasa nada señor, solo que me gustaría que fuese claro conmigo.

Volví mi vista a la ventanilla admirando París de noche, es preciosa aunque es una pena que no haya podido hacer un poco de turismo.

Llegamos al restaurante y Adam me ayudó a bajar del coche. Dentro él señor Duval nos estaba esperando.

-Buenas noches señor Smith- se estrecharon la mano -señorita Sahar está usted preciosa- me volvió a dar un beso en el dorso de la mano y Adam volvió a molestarse.

Pedimos lo que íbamos a comer e iniciamos una charla.

-¿Qué pasará con Antoine?- preguntó el señor Duval, Antoine es el contable que ha estado robando a la empresa.

-Mi abogado se encargará de meterlo en cárcel durante mucho tiempo.

-Parecía buen chico.

-Las apariencias engañan- dije yo y los dos hombres me miraron seriamente.

-Desde luego, nunca pensé que uno de mis empleado podría hacerme esto, me ha tendido una trampa.

-Siento mucho desconfiar de ti Alex.

-No pasa nada señor, no le guardo rencor.

Estuvimos hablando sobre el trabajo durante toda la cena y el señor Duval nos invitó a visitar su finca a las afueras. Una vez terminamos la cena volvimos al hotel, yo estaba muy cansada así que nada más llegar a la habitación entré al baño me cambie y me metí en la cama y en pocos minutos ya estaba durmiendo.  

El señor SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora