XVII

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Mariasse casi estaba callendo dormida en un sillón, haciendo que su cabello rojo callera en el respaldo, yo seguía en mi lugar y no me había movido más que para ir a comprar un café para pars el primo menor y para mi, repetí la bienvenida como a 20 clientes y todos estábamos agotados, Diego tatuó a algunos pocos y después Alonso, Alexa apenas y se movía puesto que ya no podía caminar con sus tacones altísimos  y la gente entraba y salía de la cabina de Josh, él los recibía con una sonrisa y trataba de hacerles la plática, pero en cuanto se iban su cara de cansancio lo delataba enormemente.

La puerta se abrió nuevamente, ni siquiera me percaté de quién entró, estaba tan ocupada agendando citas y llenando unos documentos que Ryan me había pedido. Mariasse dirigió una mirada veloz a esta y yo puse una sonrisa en mi rostro, tratando de ser lo más amable posible aunque ya me quería largar a casa.
Una voz un tanto chillona me saludó, unos ojos azules bastante grandes y lindos se asomaban al borde del escritorio, la escena me enterneció, dejé el trabajo a un lado para ir donde el pequeño niño se encontraba e incarme para estar a la misma altura. El pequeño era de piel pálida y ojos bastante grandes, me recordaba a mis primos de pequeños.

—Hola cariño, bienvenido...¿Te tatuarás?— sonreí y él también, arrugando un poco sus ojos de color profundo.
—No señorita, vengo con mi mamá a ver a mi tío.

Efectivamente, en ese momento entró una chica como de unos 29 años, iba vestida elegante y por un momento me  hizo sentir mal al ponerme a pensar que todo lo mío era viejo y raro, finalizaba todo ese estilo con una apariencia algo misteriosa, nada tierna para ser exacta. Tomó a su pequeño hijo en brazos, el niño no protestó, la abrazo del cuello mientras miraba la escena y la nostalgia me invadió, por alguna extraña razón. Acarició tiernamente la cabeza del pequeño, volví a sentarme tras el escritorio para tomar registro.
Di la bienvenida a la madre, quien no mostraba expresión alguna, secamente, con tono frío, habló, — Venimos a ver a Joshua
—¿Ma... Malallanie?—Pregunté.

El pequeño asintió, me quedé asombrada un momento, de igual manera la forma de hablar de la chica era un tanto diferente, sonreí, asentí y dije que esperarán un momento, caminé hacia la cabina de Josh, cuando iba a tocar la puerta él la abrió, dejándome con la mano arriba.

—Tienes visitas.

Miró rápidamente a la chica mientras el pequeño indicaba que quería bajar, la chica que aún no sabía su nombre lo entendió y depositó al pequeño  en el piso, este, en cuanto pudo, corrió  a a abrazar a Malallanie.
El castaño gritó el nombre del pequeño con entusiasmo mientras correspondía al abrazo. «Petter»

—¿Miranda?... ¿Tú que haces aquí?
—Queríamos verte... 
—Me alegra verlo— Dijo Josh —Pero lamentablemente, no puedo decir lo mismo de ti...
—Te has olvidado de tu familia Joshua, te fuiste y no dijiste nada, además si recalco algo, eres un mentiroso.
Josh tomó aire, alzó al pequeño y habló: —Vamos afuera, no discutiré aquí contigo.

—¡Dios mio!— Reaccionó al fin Mariasse dirigiéndose a mi —Si Josh no la sacaba de aquí casi quema al local con ese carácter.
—Esto si me desconcertó... Ni me lo había imaginado ¿Notaste el acento de la chica?
Asintió —No creo que sea de por aquí cerca... ¿En alguna parte de Estados Unidos hablan así?
—No creo pero suena d...

No pudimos terminar la conversación cuando Josh entró al local, hirviendo en furia con el pequeño de la mano que solo nos veía con cara de que no sabía lo que pasaba, aunque los movimientos de Josh eran bruscos, buscaba no lastimar al pequeño; reaccionamos rápido, sin embargo nadie intervenía.

—¡No, Malallanie! ¡No vas a escapar de nuevo!
Josh la ignoraba, se mantenía cayado.
—¡Responde! Tu hermano estaría muy decepcionado de tan cobarde que eres...
—¡Ni una palabra más! Tampoco te permitiré que metas a mi hermano en esta situación...
—¡Pero era la esposa de tu hermano!
—¡No eres nada más que una cualquiera!— Finalizó dejando con la boca de la chica cerrada y el pequeño niño no dejaba de llorar y de mirar a su madre. Mariasse tomó fuerza para levantarse del sillón, le lanzó una mirada a Josh para que dejara al pequeño con ella por un momento, Alonso salió rápidamente dejando el trabajo de lado.

—¿Qué rayos pasa aquí!?— intervino  —Hay clientes y hay un pequeño alterado... Este no es un lugar para discusiones.

—¡Nos vamos!— Gritó ella y casi le arrebató el pequeño a Mariasse, Joshua puso sus manos en su cara y se disculpó con todos en el lugar, mi primo le puso la mano en su espalda y lo llevó a unas sillas para que pudieran hablar, en una de esas Josh solo asintió con la cabeza, se paró y fue a encerrarse a su cabina.

—¿Qué paso?— Se acercó a mí Diego.
—No tengo ni la menor idea, pero la chica casi golpea a Josh...
Sonrió un poco —Esa escena tal vez la representes tu en un par de años cuando te deje tu esposo.
—No es momento de bromas, baboso.— Reclamé.
—Perdona.. pero en fin, aprovecho para decirte que hoy Diego, Ryan y yo queremos ir a cenar algo... ¿Te animas?
—Te llamo más tarde, cuando haya decidido.

Se fue nuevamente. Una hora pasó y Josh no había salido, nadie entendió lo que pasó, de dónde había salido esa chica y quién era, el único tranquilo en toda esta situación era Ryan...
Muchas preguntas, sin duda.

Tatuajes, cicatrices y café || #NTA ||#PBMinds2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora