XVIII

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Nadie dijo otra palabra por lo sucedido en el local, todos salimos y nos fuimos directamente a nuestras casas, Josh fue el último en salir con cara de desanimo y yo solo vi como caminaba mientras yo subía al auto de mis primos para que me llevarán a casa. Llegué y aventé mi bolsa a un lado de las escaleras, caí totalmente rendida en el sofá, tomé mi celular y pude ver que tenía una llamada perdida de mi padre, así que me levanté y fui hasta el teléfono para llamarlo.

—¡Hola Ryan! Hija ¿Como estas? ¿Qué tal el trabajo? ¿Te ha ido bien?

Respondió la llamada un poco tarde, el teléfono tuvo que sonar mucho para que lo atendiera; las preguntas fueron las mismas, sobre nuestros trabajos y como nos había ido, está vez, a diferencia de otras, su tono de voz sonaba un poco más preocupado, así que seguramente tenía algo importante para decirme. No apresuré las cosas, lo deje hablarme de todo lo que él quisiera hasta que el mismo decidiera "soltar" lo que tenía. Suspiré esperando su respuesta, solo cerré los ojos y me dispuse a escuchar — La clienta con la que estamos tratando tiene algunos problemas de dinero y, quiere que nos quedemos una semana más.
—¿Y el dinero?...¿Y las cuentas?... Papá...
—Tranquila, seguiré enviando dinero y me aseguraré de pagar todo, ¡Nada de fiestas ni salidas!
—Ya no soy una niña— Respondí
—Confío en ti Ryan, siempre te lo digo. Me tengo que ir, llamaré luego.

¿Que haría? ¿Que pasaría si el se enteraba de que habían venido unos amigos? Me dijo que confiaba en mi y esa confianza la podía perder si él se enteraba, rodé los ojos, volteé a ver el reloj de pared que estaba ahí en la sala...dieron las 8, me dispuse a subir a mi habitación, así que tomé mis cosas y subí rápidamente para caer como bulto en mi cama. Me puse a pensar de que necesitaba hablar con alguien pero no tenía ánimos de ir con mis primos a cenar.
Consideré un momento en llamarle a Josh y hablar con él, ya que suponía que también necesitaba hablar con alguien después del espectáculo que dió en el trabajo.

—¡He llegado!— Gritó una voz familiar.
—¿Entraste por la puerta trasera?— Grité desde mi habitación.
—Asi es, siempre la dejas abierta.
—Estoy en mi habitación.

Los pasos apresurados de Alomsl se escuchaban cada vez más cerca hasta que ya estaba recargado en el marco de la puerta. —¿Que pensaste?— Se decidió a hablar. —¿Vas a ir a cenar con nosotros?
—No lo sé Lon, no estoy de ánimos.
—¡Te lo pido!— hizo un puchero y juntó sus manos en señal de suplica —vamos...
—No....
—Pero habrá pizza.— Me miró con la ceja levantada.
—Estúpido, Siempre encuentras una manera de hacerme salir.

Me dejó para que pudiera arreglarme un poco, pero al final solo me puse un short y una playera que decía "Halloween" nada muy formal, retoqué un poco mi maquillaje y ya estaba lista. Bajé las escaleras con algo de pereza y salimos por la puerta trasera a esperar un poco, nos sentamos en unos bancos a un lado de la piscina.

—¿Por qué no estabas de ánimos?
—Papá llamó... Según él solo se había ido por una semana, pero ahora me dijo que tal vez se quede otra más.
—Ay, Ryan... Todo va a estar bien, si quieres puedes quedarte con nosotros en el departamento.
—Gracias Lon, pero prefiero estar sola y no dar molestias.
—Bueno enana, está bien, pero sabes que en cualquier situación nos tienes a nosotros.— Me dedicó una linda sonrisa.
—Gracias "Viejo"— Reí —¿Por qué no nos vamos ya?
—Creo que le mandaré un mensaje a Ryan, él nos llevará
—¿A dónde nos va a recoger?
—Probablemente aquí—Dijo y lo mire como diciendo "No mames" —Ooo...— Se retractó —Le decimos que mejor en la cafetería que está a unas cuadras.
—Suena mejor— Sonreí.

Sacó su iPhone (haciendo que mi celular se sintiera insignificante) y camino un poco lejos de mi, y empezó a llamar, en unos momentos ya nos encontrábamos caminando hacia la cafetería ¿Cuando me volví tan callejera? Me preguntaba a mi misma, la oferta que me había hecho mi primo de ir con ellos sonaba bien, aunque conociéndonos eso sería un desastre, además recordé que Alissa, la novia de Diego, a veces va a dormir ahí y, no me llevo muy bien con ella. Llegamos a la cafetería y pasó un auto, bajó la ventanilla dramáticamente y vi a Ryan... Tan dramático como siempre.

—Qué bueno que te hayas animado, Velázquez, por cierto, qué hermosa - me sonroje ante sus palabras
—Debería darte una buena golpiza por coquetearle a nuestra pequeña Ryan— Habló Diego desde el asiento de atrás —Pero sin embargo no lo haré porque eres uno de los mejores tatuadores.
—Sé que me aman, lo sé. — Rió Ryan.

Nos dejó subir a su auto, Alonso atrás con su hermano y yo adelante de copiloto.

—Debo de admitir que sí esta poniendose linda, porque cuando era pequeña parecía una bola de grasa.
—¡Cállate!— Me defendí —Tu eras un puto Mike Wasauski— Los chicos empezaron a reír, principalmente Ryan.
—¿Mike Wasauski?— Volteó el chico con nombre de chico aún riendo —Ya me imagino a...a Diego— decía con la voz cortada por su risa —verde y...y ¡con un puto ojo! jajajaj
—Mientras tú eras el gordito de un ojito, yo era el galan— siguió su hermano.
—Eso ni dudarlo— Interrumpí —Siempre has tenido suerte con las chicas, aunque para mis gustos estés horrible.

Tatuajes, cicatrices y café || #NTA ||#PBMinds2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora