El descubrimiento de las fuerzas del inconciente:

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   Freud (Sigmund Freud fue un médico neurólogo austriaco de origen judío, padre del psicoanálisis y una de las mayores figuras intelectuales del siglo XX) fue influido de manera profunda por un procedimiento desarrollado por Breuer. Puede decirse que el psicoanálisis comenzó con la historia clínica de una de las pacientes de Joseph Breuer, quien es conocida por la literatura como Anna O. Anna O era una mujer muy inteligente de 21 años de edad. En el curso de una enfermedad de dos años que comenzó en 1880, había desarrollado diversas perturbaciones físicas y mentales. Entre sus síntomas estaba una parálisis del brazo y la pierna derechos, dificultad de la visión, náuseas, incapacidad para beber cualquier líquido y para hablar y entender su idioma natal.
La profesión médica en 1880 estaba bastante restringida por enfermedades como ésta y las diagnosticaban como casos de histeria -una enfermedad en la que había síntomas físicos pero no una base fisiológica para el problema-. La causa de la histeria era desconocida, debido a que no podían entender o tratar el problema, muchos doctores tendían a ver a los pacientes que sufrían de histeria con suspicacia y a ser punitivos.
Sin embargo, Breuer trataba a sus pacientes con compasión. Respecto a Anna, notó que durante sus estados de ausencia mascullaba varias palabras. Unas vez que fue capaz de determinarlas, Breuer la puso bajo hipnosis, le repitió las palabras y le pidió que verbalizara cualquier asociación que tuviera con ésta, la paciente cooperó. Comenzó a contarle historias sobre si misma que parecían centrarse en un suceso particular de su vida; la enfermedad y muerte de su padre. Anna lo había cuidado hasta que su propia enfermedad le impidió hacerlo. Después de relatar varias veces esas historias, los síntomas de Anna se aliviaron y por último desaparecieron. La propia Anna llamó a la curación "curación con la conversación" o "chimenea barredora".
Breuer concluyó que los síntomas de Anna eran determinados de alguna manera por acontecimientos traumáticos o tensiónales del pasado y que el recuerdo de estos sucesos tenía un efecto catártico (la catarsis se refiere a la descarga emocional).
Algún tiempo después, Freud recordó el episodio de Anna O. y comenzó a usar el "método de la conversación" con sus propios pacientes. Tuvo alguna medida de éxito y después de observar sus propias exploraciones con la técnica, concluyó que en el momento del acontecimiento traumático original, el paciente había tenido una emoción contenida. La emoción, que estaba impedida de escapar de manera normal, había encontrado otra salida y se expresaba por medio de un síntoma neurótico. Por tanto, el individuo era inconciente de estos recuerdos que evocaban emociones, pero los recuerdos inconcientes estaban influyendo en la conducta del paciente. Poco después Freud decidió abandonar la hipnosis, esto resulto ser un paso importante en el descubrimiento acerca de las resistencias, fuerza interior que le impedía hacerse conciente de las emociones que evocaban los recuerdos traumáticos y los mantenía inconcientes.
El reconocimiento de las resistencias lo condujo a un entendimiento dinámico de los procesos inconcientes o fuerzas de las cuales no se percata la persona.
Freud creía que los deseos eran ideas o pensamientos que se convertían en inconcientes. Durante el evento traumático había surgido un deseo que iba en contra del ideal del yo de la persona. Debido a que es difícil para los individuos aceptar el hecho de que no son lo que les gustaría ser, esta incompatibilidad causa dolor. Si provoca demasiado dolor, el deseo es reprimido.   

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