CAPITULO 4

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—Ya no eres una niña Jade —me tomo por los hombros para mirarme fijamente —Tenemos catorce años, estamos en la edad de la rebeldía... O al menos eso dijo Camila ayer —Los ojos marrones de mi amiga ahora lucían soñadores, reí por lo bajo —¿No crees que ya es tiempo que dejes de jugar a la moja y decidas darle el sí a Jed?

Negué con la cabeza mientras avanzaba algunos pasos hasta mi casillero. Los parloteos de mi amiga no cooperando del todo.

—Ya te dije que no me gusta —hable mientras sacaba mi libro de historia —Ademas es muy prepotente y no me gustan ese tipo de personas —aclare, Leigh elevo sus ojos al cielo mientras maldecía —¡Leigh Anne!

Una carcajada la abandono mientras me jalaba hacia la cafetería.

—¡No me vengas con que no te gusta! —me señalo —He visto como te le quedas viendo, te conozco Jade... Ademas norma no se enterara si eso es lo que te preocupa.

Baje mi vista para mirar como mis dedos empezaban a jugar entre si, debo admitir que la idea de salir de mis ideales no me es indiferente. Pero no creo que mi madre pueda soportar algo como eso, no cuando tiene absolutamente todas sus esperanzas en mi desde que mi padre murió hace tres años.

—No podría hacerle eso ahora —hable en voz baja —No quiero hacerle eso Leigh no sabes lo mucho que ha tenido que soportar todos estos años.

La morena bufo para luego pedir un jugo de manzana junto a algunas frituras. Ya casi suena el timbre para nuestra tercera clase del día y mi amiga parece haber pasado tres días encerrada en una celda sin alimento.

—¿Por qué siempre piensas en los demás antes que en ti Poopey? —pregunta esta vez sentándose enfrente de mi —Se que te preocupas por tu Mama y todo eso... Y déjame decirte que esta bastante jodida tu situación y lo que quieras pero no puedes hacer como si ese chico te diera igual... Se que te gusta, estoy segura.

—Ya te dije que no me gusta —dije mientras jugaba con el delgado brazalete y colorido que encontré en aquella caja —Solo, estoy tomándome mi tiempo, además no creo que en este momento de nuestras vidas necesitemos novios o algo por el estilo ¿Por qué siempre tenemos estas conversaciones Lee?

—¡Es lo que hacen las adolescentes! —se quejo mientras ponía sus manos a los costados de su cabeza —¡¿En que siglo vives?! —grito haciendo que los demás estudiantes en la cafeteria voltearan curiosos, me encogí de vergüenza.

—¿Puedes bajar la voz?—dije recordando aquella época donde solo de esa forma podía hablar —No quiero que nos amonesten.

Leigh solo rió mientras terminaba de comer —Eres un dolor en el culo.

—¡Leigh Anne!

*****

—Buen día jóvenes —la maestra Cooper entra al aula con una sonrisa algo confusa. Nunca suele estar de muy buen humor, mire a mi amiga quien estaba igual de confundida al igual que la clase en si —Tengo noticias el día de hoy...— Y entonces comprendí el porqué de su actitud, valla... Debe ser algo muy bueno —Tenemos una nueva alumna, espero que la acojan muy bien pues viene directo desde América— Una sonrisa se dibujo en mis labios al escucharla hablar, amo los nuevos, son tan comprometidos y siempre tienen la mejor disposición —Ya puedes pasar...

Mi sonrisa se torció de pronto al ver la perfecta figura de una chica rubia. Su cabello caia a ondas perfectas en un rubio luminoso, su uniforme aparte de indecente podría pasar por falta al reglamento de el instituto. La barbilla de todos cayeron al suelo al ver su hermoso rostro, su piel pálida era completamente perfecta... Sus ojos eran de un color azul intenso, mientras sus mejillas y labios de un color rosa tenue y precioso.

—Dios... —sisee al terminar mi recorrido visual en sus tonificadas piernas ¡Basta Jade!

—¡Valla! —el idiota de Jed la ve tal cual un depredador a su presa —¡Están lloviendo angelitos hoy!

—Basta —la maestra Cooper ha hecho el trabajo por mi, los ojos de la enigmática chica chocaron con los míos recibiéndome con calidez... ¿La he visto en alguna parte? Puedo casi asegurarlo.

Un guiño fue recibido con confusión de mi parte, parece muy bonita... Y agradable, supongo que puedo usar alguna excusa para hablarle, no puedo evitar sentirme muy atraída por sus ojos ¿Qué estás pensando Jade?

¡Claro que no es agradable!

No puedo creer porque una persona se comportaría de tal manera con alguien que no conoce, aun siendo nueva en una escuela donde solo conoce a un par de chicas... Que por cierto son bastante atrevidas y llevan el uniforme tal cual disfraz de Barbie.

—Te dije que no era una buena idea —hablo esta vez Camila quien acomodaba la cinta que ahora llevaba en su cabello. La mire con cierta impotencia, tiene razón me advirtió, pero no pude evitar hacerlo —Sé que eres muy atenta con todos aquí, pero eso no significa que tengas que serlo siempre —sonrió de medio lado para luego sentarse a mi lado en el césped. Mire hacia todos lados, no veía por ningún parte a Leigh Anne.

—Solo quise ser amable —gruñí por lo bajo recordando aquella humillante escena —¿Tan difícil era responderme del mismo modo?

Camila rio por lo bajo, cruzo sus piernas, y recostó su cabeza sobre mi hombro.

—No lo sé... No todos somos el tipo de personas que te agradarían —aclaro, valla que es muy sensata e inteligente —Tal vez ella no está acostumbrada a ser ''Amable'' Con todo el mundo, pero tu si y eso no está mal Jeen —se burló.

—Tienes mucha razón —Camila levanto su rostro para dejarme ver una linda y delicada sonrisa que me encogió el corazón.

Pero no debo... No debo fijarme en lo muy hermosa que es ella ahora, eso no es correcto.

****

FlashBack

—Puedo ayudarte... Este ejercicio es bastante difícil —sonreí sin querer mirarla fijamente. Sus ojos son hermosos, pero me intimidan en un nivel bastante confuso.

Una risa baja retumbo en mis oídos. La maestra Cooper decidio que seria buena idea que fuera su tutora hasta que se pusiera al corriente de la clase, debo admitir que no me desagrado la idea. Quiero ser su amiga.

—¿Pretendes decir entonces que no puedo con esto sola? —hablo elevando una ceja. Abri mis ojos con sorpresa, no quería que lo tomara de ese modo.

—No —dije rápidamente —Solo quiero ayudarte... No es mi intención...

Su mano se poso en mi cara groseramente. Leigh me miro con confusión, mientras la voz de la rubia se encargaba de llamar la atención de todos en el aula.

—No quiero tu ayuda cerebrito —rio, achine mis ojos sin creerlo ¡Pero que niña más grosera! —Ya me entere que eso eres... Siempre creyéndose mejor que todos aquí —miro a nuestro alrededor sin dejar esa risita burlona que estaba comenzando a sacarme de quicio —Prefiero reprobar que ser como tu amiguita, supongo que todo lo haces por ella, así estas acostumbrada a hacer todo ¿No es así?

—Pero que... —el balbuceo salió de mi boca haciendo a todos estallar en risas. La mirada de Leigh choco con la mía en un acto que agradezco. Se levantó de su asiento para tomarme del brazo.

—No tienes por qué soportar esto —hablo entre dientes lanzándola una mirada asesina a la chica nueva. Pero solo logro que ella riera más fuerte, uniéndose a Jesy y Lauren que ahora acompañaban la burla —Vámonos de aquí.

Caminamos hasta la puerta, chocando con la maestra que apenas entraba con algunos implementos de química ¡Al caño con operaciones químicas ahora! Aunque me encantan.

—Voy con Jade a la enfermería, parece que no se siente muy bien —pero era muy tarde y podía sentir el nudo en mi garganta y las lágrimas quemando mis ojos de manera escandalosa.

—¿Jade cariño estas bien? —la voz apagada de la maestra me hizo negar de inmediato. No quiero que sepa, quiero solo irme a llorar en algún lugar seguro.

—Si —susurre —Solo me duele la cabeza es todo —y Sali de allí tan rápido que podía sentirme mareada. Leigh me seguía mientras susurraba lo muy idiota que era aquella chica.

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DEAR GOD - Jerrie ThirlwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora