CAPITULO 34

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La mañana parecía estar de acuerdo con mi estado actual. La vista desde la ventana del apartamento de Perrie me deprimía aun mas, las nubes lucían turbias y la espesa neblina que se extendía sobre Londres no era para nada alentadora.

-Ya estoy lista - habla con cierto entusiasmo que no me pasa desapercibido, pero ni siquiera eso hace que me inmute en voltear a verla. Escucho sus pasos acercarse luego de algunos segundos, mantengo mi mirada fija en el panorama abrumador y deprimente que tengo enfrente -Jade -Me llama una vez más, pero estoy decidida a no hacerle saber de mí apariencia miserable.

-No se para que siguen prolongando más esto -hablo con la expresión en blanco, intentando no desquebrajarme una vez más enfrente de la chica de la cual estoy perdidamente enamorada.

Siento su cercanía cada vez más presente cuando toma mis mejillas y levanta mi rostro en un toque que se me antojo desesperado.

-¿Quieres hacer justicia por la muerte de tu madre o no Jade? -su pregunta me toma por sorpresa. Mi mirada se levanta y le observo por varios segundos.

La realidad me golpea de forma brusca. El aspecto de Perrie Edwards es bastante conmovedor; hago una mueca al fijarme de forma detenida en las grandes y prominentes bolsas que adornan el lugar debajo de sus ojos que lucen decaídos. Me duele ver lo que le he hecho a su vida, me duele saber que soy yo quien ha puesto todo de cabeza en aquel mundo despreocupado en el que solía vivir.

-Si quiero -digo como ultimo recurso haciendo lo posible por contener mis lagrimas. Las dudas envolviéndome de forma abrumadora cada vez mas insoportable. 

¿Quien querría asesinar a mi Madre? ¿Por que? ¿Que ganarían con ello?

-Entonces debemos cooperar con la policía, nena -besa mi mejilla de forma tierna haciéndome sonreír de medio lado. Al menos le tengo a mi lado y eso es algo que toda la vida le agradeceré.

-Bien -hablo detenidamente concentrándome en sus ojos azules. Se que trata de mantenerse fuerte para mi, enserio quiere ser una persona imprescindible para mi y lo esta logrando con bastante éxito.

-Vayámonos entonces.


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CAMILA

-Tu tía Margot también te envió esto -su mano se estira para entregarme una frazada tejida a mano color azul marino. Sonreí ampliamente tomándola entre mis manos.

-Que lindo de su parte -digo con completa sinceridad, me duele mucho no haber podido verlos este año, pues prácticamente se había convertido en una tradición para mi. Pero no me arrepiento de haber decidido quedarme; de otra manera habría perdido a Lauren y la simple idea me atormenta.

-Todos preguntaron mucho por ti Kaki -habla esta vez mi Padre sacándome de balance por algunos segundos. Hago una mueca con mi boca para hacer una seña de desdeño con mi mano -Se les hizo muy raro que no quisieras viajar, tu amas ir a Cuba.

Siento la pequeña opresión en mi pecho, pues es cierto. Amo a mi país como a nada en el mundo y solía aprovechar cualquier oportunidad para visitar a mi gente allí. Pero ahora que tengo a una chica llamada Lauren Jauregui en mi vida me doy cuenta de que muchas de las que fueron mis prioridades alguna vez pasaron a estar en un plano muy diferente.

-Lo se y ya hable con mis primas -digo fingiendo tranquilidad. Sofi me mira de forma cómplice mientras termina de comer lo que parecen ser algunas papas fritas con aderezo -Me disculpe ya esta hecho.

La mirada de mi Madre se vuelca hacia el hombre de ceño fruncido sentado de forma desgarbada sobre el sofá. 

-Bien -dice como ultimo recurso tomando las distintas bolsas para caminar hacia su recamara. 

DEAR GOD - Jerrie ThirlwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora