CAPITULO 37

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Sus ojos verdes me ponen nerviosa. Siento la necesidad de salir de la habitación pero no estoy segura de si quiero dejar a esta mujer sola con Perrie. Los ojos azules de mi novia se posan en los míos en un intento por tranquilizarme, ni siquiera logro comprender porque me encuentro así de afectada por su visita.

-Y... -intento cortar el incomodo silencio de la sala de estar de forma torpe -¿Como se encuentra Camila?

La pregunta hace endurecer sus facciones de forma rápida. Me congelo por algunos segundos sintiendo esa sensación de que ella me quiere asesinar allí mismo. Perrie toma mi mano y hace un poco de fuerza en ella haciéndome desviar mi mirada de la chica que sigue estática mirándome de forma venenosa.

-Ella está bien -su voz suena ronca y grave. Atino a pensar en que fue una muy mala idea mencionar a la morena y que ya era hora de irme.

Di media vuelta para encarar a la rubia quien tenía expresión impasible -Las dejare solas entonces...

-Bien. -su voz suena un poco aliviada, lo que me hace fruncir el entrecejo sin estar convencida del todo.

Como pude y dejando por un segundo mi intriga confusa y aterradora camine hasta la cocina. Serví un poco de agua en un vaso sintiendo el movimiento involuntario de mi mano mientras dirijo un poco de liquido a mi boca.

Trato de respirar hondo y termino por convencerme de que no hay nada porque debería estar preocupada.


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-Ya no se que mas hacer para cubrirte el culo en al agencia Perrie -la voz de Lauren Jauregui se arrastra con dificultad. Por mas que quiera partirle la cara por haber puesto su reputación en tela de juicio en la agencia comprende por lo que esta pasando, la razón es que ella misma lo esta afrontando justo en que momento.

-Necesito unos días mas Lauren -dice rápidamente tocando su frente con su mano en un acto de desesperación. La ojiverde se dedica a mirarle por algunos segundos con lastima.

Si bien es cierto que antes Perrie Edwards había tomando esta actitud para simplemente asegurar unas buenas noches de sexo en el pasado. Lauren podría jurar no haberla visto de este modo jamas; y es que aunque le desesperara la idea de que su compañera estuviese haciendo tanto drama por una chiquilla insignificante como considera lo es Jade, no podría juzgarla jamas, no tendría criterio para hacerlo.

-No se porque te complicas tanto con esto -hace una seña de desdén con su mano restandole importancia -Ella no lo tiene que saber si no lo quieres.

Los ojos de Perrie se entrecierran demostrando obviedad y un poco de incomodidad debido a su intromisión inoportuna y fuera de lugar.

-¿Como es que dices eso Jauregui? ¿Ese es tu plan? -habla con ironía sonriendo de forma sarcástica -¿Eso haces con tu chica? Ocultarle la mierda que eres -ahora puede notar como en ambiente se tensa y la morena da dos pasos en su dirección mirándole de forma asesina.

-No te atrevas a meter tus narices en lo que no te incumbe -su respiración ahora hace cosquillas en su rostro de forma incomoda, la rubia solo se dedica a sostener su mirada sin estar decidida a dejarse amedrentar por su apariencia desafiante -Y menos en mi relación con Camila.

Una pequeña risa se escapa de los labios de Perrie Edwards haciendo que la chica frente a ella acorte aun mas la distancia que hace algunos segundos era apenas de centímetros. Con brusquedad toma el material de la chaqueta de la rubia entre sus manos para luego levantarle con violencia.

-Suéltame Jauregui -habla con la mandibula endurecida. Sintiendo la sangre hervir bajo su piel helada.

-¿Quieres jugar rudo eh? -Lauren masculla aquellas palabras sintiendo el borde de la exasperación hacer de las suyas en su interior -Te recuerdo que allí afuera, a un pasillo de distancia se encuentra la mosca muerta que tanto quieres -se divierte y regocija con su desesperación. Perrie lo ve en sus ojos, lo ve en su desparpajo -Ella piensa que eres una heroína que llego a salvar su miserable vida de monja reprimida ¿No es así? -se burla una vez mas mientras la rubia se deshace de su agarre en un movimiento brusco -Lo divertido de todo esto es que te cree su ángel guardián cuando tu eres una sucia y vil prostituta... ¿No te divierte Perrie -la adrenalina y exasperación detonan su caracter en un impulso que decide obedecer.

DEAR GOD - Jerrie ThirlwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora