Doy golpecitos con el bolígrafo en la mesa. Estoy nerviosa. Recalco, muy nerviosa. No sé como se tomará Jensen que vaya acompañada de el "queso" de Santiago, sinceramente espero que le repateé de tal manera que necesite más de mí. Quiero que se dé cuenta que no siempre estaré disponible para que ocurra algo entre nosotros, para que se note que puedo conquistar a quien me dé la realmente la gana. Necesito que vea que se está privando de algo que puede ser lo que él busca.
Miro hacia la oficina y lo veo sentado, observando la pantalla de su ordenador. Como si supiera que lo estoy haciendo dirige su mirada hacia mí, y los dos sonreímos. Pero aparto la mirada antes de que pueda pensar algo más.
Tengo cita con un centro de estética, donde me van a peinar y maquillar. Entramos ayer Jade y yo para informarnos, y la verdad, son una pasada. Josh ya está informado de todo y me ha dicho que gaste lo que vea conveniente en mi imagen. La maquilladora me ha enseñado varios trabajos y la verdad sabe contrastar muy bien los colores.
Estas cosas siempre me han dado algo de miedo. Si te pones en buenas manos, todo saldrá genial. Pero si no, acabarás pareciendo una puerta. Me ha costado encontrar a alguien que lo hiciera bien y que además tuviera hueco.
Pero estoy muy contenta, porque sé que todo va a salir bien. El vestido es precioso, cosa que me encanta. Siempre he adorado la moda, aunque ahora ya no tenga la ilusión que tenía de pequeña por conjuntar la ropa. Lo adoraba. Era mi momento favorito del día.
Miro la hora y me doy cuenta de que mi turno ha acabado, así que cojo mi bolso y apago el ordenador. Me levanto y toco la puerta de la oficina, para como cada día avisarle de mi partida.
—Jensen, yo me voy ya. He acabado mi jornada —él asiente y me mira.
—¿Ya tienes todo preparado para esta tarde? —pregunta elevando la vista de sus cosas y fijándose en mí.
—Sí, y al chico también —le guiño un ojo y él sonríe forzosamente. Le acabo de dar un golpe en sus narices—. Te veo luego —asiente y salgo de su oficina triunfante. Me siento como si hubiera ganado unas olimpiadas.
Subo al ascensor y las puertas se abren en la planta doce, dejándome ver a una Maggie completamente roja, pero de furia. Las puertas se cierran y permanece callada hasta que suelta un gruñido.
—¡Esa tía es subnormal! —se gira hacia mí— ¡El tinte le ha afectado a la cabeza o algo!
—¿Se puede saber que te pasa? Respira hondo, te va a entrar algo —ella infla su pecho de aire y después lo suelta poco a poco.
—La muy... —empieza.
—Zorra —acabo su frase.
—Lleva tres días dando...
—Por el culo.
—Con que quiere que le cambie el...
—Jodido.
—Sitio —me mira y ríe—. A ti tu madre no te ha lavado la boca con Fairy —niego y rio también.
—Yo era más de comerme collejas —contesto haciéndole reír—. Bueno ¿Y qué pasa? —le hago memoria— ¿No quieres cambiarte de sitio?
—A mí me da igual. Pero me ha hecho mover hasta al señor Williams para luego decir que no, que se queda en su sitio. Además me manda a mi llamar a los empresarios que tiene que avisar ella porque hay juntas —me da miedo hasta acercarme, parece que va a arrancar los botones del ascensor con la boca.
—Esa tía es tonta... —exclamo con la boca aplanada.
—Pero de cojones —sonríe—. Ya te he dicho que el tinte rubio le ha carbonizado el cerebro. Si es que tenía... —una idea cruza mi mente, y la corto para poder hablar.

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Peligrosa pasión (1ª Bilogía "Novelas peligrosas")
Lãng mạnJeannette trabaja rompiendo matrimonios. Necesita el dinero urgente por una deuda, en la que está en juego la vida de una persona. Jensen Williams es un empresario, casado de forma desestructurada, al que la vida cada vez le sabe a menos. Jeannette...