52: Adiós.

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Escuchad la canción, en serio, os va a hacer la lectura mucho mejor. 

Espero que dejéis una hermosa estrellita si os gusta

***

Pensamiento de Jensen

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Pensamiento de Jensen. 

Lo intento, una y otra vez. Pero no puedo. No puedo. La tengo grabada en mi corazón, a fuego lento. Bárbara... o Jeannette. No me la puedo quitar de la cabeza ni dándome contra la pared. Está ahí dentro, clavada.

Han pasado varios días desde que todo se fue a la mierda. Me siento tan engañado y tan hecho mierda que todavía no me lo creo, pienso que me ha utilizado como a un simple muñeco de trapo. A veces, juraría escuchar su voz en mi oído. Otras, cierro los ojos y puedo sentir como me besa, para después susurrarme "te amo". Por las noches me despierto mil veces, buscándola en mi cama para dejar un beso en su hombro y susurrarle que la quiero. Pero solo me encuentro vacío, frío, y con ella en mi cabeza. Es la primera ruptura sentimental que siento tan fuerte.

Mi rosa se ha clavado en mi corazón, pétalo por pétalo y espina por espina. Lo está haciendo sangrar, gota a gota, mientras yo no sé si podré resistir tanto dolor. Siento que se me desgarra el alma.

He llorado, gritado y maldecido todo lo que se mueve, para al final caer en la conclusión de que nunca voy a olvidarla. Va a quedarse, a flor de piel, porque sé que nunca me he enamorado de esa manera. La única conclusión que he sacado de todo esto es que debo irme y abandonar todo. Debo pensar en mí.

Necesito irme, lejos. Dejar que el tiempo cure y sane las heridas, aunque sé que siempre seguirá abierta por un costado. Simplemente necesito volver a encontrar la paz, la tranquilidad y a mí mismo. Porque me he perdido en el dolor.

No pienso en nada de eso cuando empujo la puerta de la empresa de Josh Hamilton. Sin ni si quiera detenerme ante los gritos de la recepcionista, entro en su oficina, irrumpiendo en el silencio que hay dentro de ella.

Josh está sentado, con los brazos sobre el escritorio, mientras al verme sonríe como cuando un lobo enseña los dientes. Solo la imagen ya es bastante cínica.

—Me estaba preguntando cuanto ibas a estar tardando a entrar por esa puerta —se levanta, haciendo un chasquido con la lengua—. Has fallado a mis expectativas, pensaba que lo ibas a hacer antes —me acerco a él, para agarrarle el cuello de la camisa.

—Eres un miserable de mierda, te juro que te...

—¿Qué se siente? —su pregunta consigue dejarme helado— ¿Qué se siente al perder a la mujer que amas? —aprieto mis dientes, pues la rabia me inunda por completo. Le partiría la cara ahora mismo— ¿Te gusta notar que has perdido lo que llegaste a amar?

—Vete a la mierda. Púdrete —escupo.

—¡Lo hice! ¡Créeme que lo hice! —exclama con una sonrisa, mientras no suelto el cuello de su camisa. Me desconcierta, pues no imaginaba esta reacción— ¡Ahora sabes lo que es! ¡No te importó que ella tuviera pareja! —sé de sobra que se está refiriendo a Carolina.

—¡Yo pensaba que la amaba! —grito.

—¡Y yo la amaba de verdad! —me quedo parado y quito los brazos de donde los tengo puestos— ¡Lárgate, vete y vuélvete a revolcarte con ella! A fin de cuentas, sois los dos iguales. Tú un miserable que no tiene dignidad y ella una interesada que solo sabe chuparte la vida entera —su empujón consigue que lo suelte. Me quedo observándole. En el fondo, sé que está diciendo verdades como puños. Y eso... me repatea. Nunca había pensado desde el otro punto de vista, por ser siempre un egoísta. La cagué.

Lo puedo ver en sus ojos, Josh ha pasado por todo esto que estoy pasando yo. Por este dolor que consigue arrancar a pedazos lo que queda de mí. Todavía me doy más asco cuando caigo en la cuenta de que la culpa de ese dolor ha sido completamente mía... y yo me siento como la mismísima mierda.

—Olvídate de mí. Olvídate de mi nombre —musito—, ahora ya tienes tu venganza. Déjame vivir tranquilo.

Tras esto doy la vuelta, para salir de este lugar. Me asfixio. Siento que el aire no entra en mis pulmones. Agradezco que hoy haga viento, así al salir me recuerda que tengo oxígeno para dar y regalar. Al parecer, mis pulmones lo habían olvidado.

Más yo no soy capaz de hacer nada más que entrar al coche y sentir como la rabia recorre poco a poco todo mi ser. Maldición. Maldito sea. Maldito sea el día en el que la dejé entrar de esta manera en mi corazón. Malditos todos los "te quiero" que han salido de su boca. Malditos sean todos. Golpeo el volante, mientras retengo los sentimientos de rabia dentro de mí. Pero no puedo evitar notar como se me estruja el corazón al recordarla.

Pensar que ella ha fingido todo solo por dinero me destroza. Ella no me ama, no lo hace. No puedo confiar en nada de lo que me diga, solo por el hecho de acceder a hacer algo tan ruin como destrozar el corazón a alguien. Me enseñó a amarla, para así poder romperme al irse.

Yo no puedo seguir así. No quiero ir perdido. Quiero irme de aquí, olvidar todo durante una temporada y volver cuando sienta que me he vuelto a encontrar porque... estoy perdido en mi propia mente.

Conduzco hasta la casa en la que estoy hospedado, pues la que tenía con Carolina está vendida. Ahora estaba hospedándome en el piso que tengo, en el que los recuerdos de una mañana con Jeannette me atormentan. Por eso, he decidido hacer lo que estoy pensando. Llego y saco las maletas para guardar toda la ropa que creo que necesitaré, también mi ordenador. Agarro el billete de avión que le dije que imprimiera a Maggie, y después tan solo cojo mis llaves.

Cierro la puerta, y sin pensar más, dejo todo atrás. Me fuerzo a no volver la mirada, porque lo tengo más que decidido.

***

Os amo con toda la patatita :) .

Os amo con toda la patatita :)

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Peligrosa pasión (1ª Bilogía "Novelas peligrosas")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora