Como casi todas las personas, odio los lunes. Tras levantarme a duras penas, pasar por la cafetería de siempre y entrar al edificio de Willmatic me dirijo a mi oficina. Sé lo que voy a hacer. Lo tengo muy claro. Creo que nunca he tenido algo tan decidido en mi vida.
Voy a presentar mi renuncia a este trabajo. Si acepta mi decisión, cogeré mis cosas y me iré con la cabeza bien alta. No me tengo porque avergonzar de nada. Si bien insiste en que me quede...entonces no sé que haré, pues yo tengo dignidad, y no la pienso perder por una persona que me ha dicho que no soy nadie, insinuando que no valgo nada.
Las puertas del ascensor se abren y doy con mi oficina. Veo la puerta transparente del cubículo de Jensen y a él sentado mirando algo en su escritorio. Sujeto con fuerza el papel de mi renuncia, apretando los puños toco a la puerta. Él levanta la vista y guarda lo que estaba mirando, mientras yo avanzo altiva, haciendo que mis tacones repicoteen el suelo.
Al observarle veo como me recorre con su mirada verde, y para en mis ojos que lo retan impasibles. Retiro mi pelo hacia atrás y avanzo hasta su escritorio, con la cabeza bien alta. Si hay algo que me ha enseñado la vida es a no doblegarme ante ninguna situación. Hay que enfrentar a la vida, la muy perra sabe donde tocar para hacer daño. Pero te cuento un secreto, si le plantas cara, conseguirás lo que te propongas.
—Buenos días, señor William —hago resaltar "señor".
—Buenos días señorita Bárbara —me imita y yo sonrío. He conseguido picarle— ¿Desea algo? —achico los ojos.
—Desear, desear... deseo muchas cosas señor William —sonrío con autosuficiencia, demostrando la confianza que tengo ahora mismo sobre mí— pero esas cosas no están a mi altura, ¿sabe? —inclino mi cabeza hacia un lado mirándole. El aprieta la mandíbula—. Están muy, muy abajo —concluyo, alejándome un poco y recuperando mi postura—. Bueno, a lo que vengo, que si no me desvío del tema —me pongo pegada a su escritorio y dejo el papel frente a él—. Vengo a presenciar mi renuncia en esta empresa, para que ni usted ni yo tengamos que vernos jamás en la puta vida las caras otra vez, señor William —él abre los ojos y yo elevo un dedo en el aire—. Ah, y se me olvidaba decirle algo —pongo mis manos sobre el escritorio y me echo hacia delante, quedando a milímetros de su cara—. Puede irse usted a tomar por culo, señor Williams —y río sobre su cara de asombro. Giro sobre mí misma y salgo a mi escritorio, donde me pongo a recoger las pocas cosas que tengo. Tan solo papeles, una lima de uñas que tenía en el primer cajón, mi disco duro, apuntes...
—Bárbara, te ruego que me escuches antes de irte —su voz aparece detrás de mí.
—Gracias por la oferta, pero tengo mejores cosas que hacer en vez de escucharle —finjo mirar mis uñas— como por ejemplo mi manicura. Y voy a estar ocupada los próximos siete años, así que le agradecería que no me llamara ni intentara localizarme, gracias —respondo como el contestador del móvil. Tengo que evitar no reír ante su gesto de asombro. La verdad es que está muy mono ahora mismo, pero no me importa.
—Bárbara joder, ya sé que la he cagado, ¿vale? —coge mi muñeca y me gira cara a él. Intenta que nos acerquemos, pero pongo una mano en su pecho para alejarlo de mí.
—No, usted no es el quien la ha cagado. La que la ha cagado soy yo por pensar que podía haber algo entre nosotros. Me ha demostrado con creces que no. Espero que sea sumamente feliz con la señora Williams —le contraataco, mirándole, retándole como nunca. La verdad, por dentro quiero reírme.
—¿En serio te quieres ir? —pregunta frunciendo el ceño y con gesto descompuesto. Se acerca, y antes de que pueda reaccionar, agarra mis manos. Siento su piel suave contra la mía, y como acaricia lentamente mis extremidades. Miro ese enlace, planteándome si de verdad debería hacer esto... y me temo que sí. Aunque me duela— No quiero que te vayas —puedo ver la súplica en sus ojos.
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Peligrosa pasión (1ª Bilogía "Novelas peligrosas")
RomanceJeannette trabaja rompiendo matrimonios. Necesita el dinero urgente por una deuda, en la que está en juego la vida de una persona. Jensen Williams es un empresario, casado de forma desestructurada, al que la vida cada vez le sabe a menos. Jeannette...