Peligrosa pasión (1ª Bilogía "Novelas peligrosas")

54: Desempolvando.

Hoy día veintinueve, estoy sentada en un salón de baile. Frente a mí está mi mejor amigo, quien me agarra la mano y me susurra un "tranquila". Las parejas que van a participar en el concurso se agrupan en la pequeña pista, mientras yo sufro por si le dan una patada o golpe a mi amiga. No sé cómo van a caber todos ahí y menos bailando.

Es imposible apartar la vista de los vestidos que llevan las chicas. Son coloridos, a más no poder, y llevan tantos brillantitos que es prácticamente un sacrificio despegar tus pupilas de ellos. Además, hay de todos los tipos. Ajustados, un poco más sueltos, con algo de vuelo... lo que tienen en común es que cada uno de ellos es impresionante.

Cuando un hombre con bigote agarra el micrófono, mi corazón golpea fuertemente mi pecho. Tiene toda la pinta de ser el presentador de este concurso, y mis sospechas se confirman cuando abre la boca y comienza a hablar. Sus palabras solo consiguen ponerme más nerviosa.

—¡Buenas noches, señoras y señores! Desde un principio les agradezco en nombre de la academia de baile Bailsa que estén aquí, pues esta noche estamos todos bastante unidos por el baile, un motivo digno de celebrar y recompensar —se escuchan unos aplausos. Y tanto que recompensar, como que te pagan lo suficiente como para darte una buena alegría— Así que, vamos a dar comienzo a la primera actividad programada para el día de hoy, que es el concurso de baile de salsa de nivel abierto, sin categoría. Así que, ¡Que comience el concurso! —todos gritan y aplauden, mientras yo intento visualizar a Jade. Y la encuentro.

Daniel tiene una amiga en la academia que diseña los vestidos de baile de todas las chicas, creo que ha dado en el pleno con Jade. Ella lleva un diseño suyo, en color completamente dorado. Por los laterales de la cintura no lleva tela, de manera que hace un tipo de "Y" en el pecho. Además, unos cuantos flecos le caen por los bajos, los cuales dan pequeños destellitos. Su pelo rubio está recogido en un moño simple y bajo, pues ya sería demasiado si además llevara un tocado grande en él. Jade ahora mismo reluce como si tuviera luz propia.

Cuando la música comienza, ellos bailan de aquí para allá. Me sorprende muchísimo la capacidad que tienen para no comerse por completo a las otras parejas y también de no caerse cuando bailan con ese ritmo en tacones. Grito como una loca al ver a Jade y Daniel tan unidos bailando. Y joder, como bailan.

Mi mejor amiga se lo está pasando bomba mientras que el chico parece que la lleva de un lado hacia otro. Ambos ríen, se les ve a distancia que lo dan todo. Solo con verle se les nota que llevan la pasión en las venas. En un momento, el agarra una de sus piernas y la lanza hacia detrás y mi amiga da vueltas como si ese impulso fuera el que le ha hecho girar. Eso ha sido alucinante.

Van echando a las parejas, tocándole el hombro a uno de los dos. Poco a poco, la pista se va vaciando, los que quedan hacen pasos increíbles, cada vez mejores. Yo me quedo flipando al observar lo que Jade es capaz de hacer, con tanta precisión y rapidez. Si tan solo me diera una sola vuelta de las que le ha dado a ella, salgo disparada cual cohete hacia la pared. Ya me veo con la cabeza dentro y con el culo en pompa, que es lo único que se quedaría fuera.

—¡Vamos Jade, enséñales de que estás hecha! —grito, haciendo que Steve se ría— ¡Esa es mi mejor amiga! —grito emocionada. Ella me guiña un ojo, para después dejarse caer en los brazos de su acompañante y acercar sus caderas, para moverlas juntas. Steve rueda los ojos y yo solo soy capaz de reír.

Logran llegar a ser una de las dos últimas parejas que quedan en la pista. La música cada vez va más animada y yo tengo los nervios a flor de piel. Cuando acaba, Jade tiene una mano en la cara de Daniel, y están muy, muy cerca. Él le sonríe y ella se queda embobada. Me río ante la cara que ahora mismo pone Steve, quien mira al otro chico con cara de pocos amigos. Nunca había sido así, pero me causa gracia ver esto.