45: Regalos.

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🌟La estrellita rellena me saca una sonrisa 😍

***

Abro los ojos, descubriendo la luz apenas entra por la ventana. Me levanto y llevo la vista al cielo nublado que hay, el que me muestra la ventana que tengo en esta habitación. Menudo veinticinco de diciembre (fun, fun, fun), aunque es normal, estamos en invierno. Espero que a lo largo del día las nubes dejen algo de tregua al sol para que aparezca.

Toco al otro lado de la cama, encontrándolo vacío. Parpadeo, observando el lugar que Jensen suele ocupar: ahora está completamente solitario. En mi absoluto estado de ensoñación, encuentro un sobre posado encima de la almohada. Con el ceño fruncido me incorporo para poder agarrar el pequeño trozo de papel, lo abro para sacar una nota. ¿Qué es esto?

<"Ya que anoche no te pude dar mi regalo, lo haré hoy. Papá Noel ha llegado, creo que te ha dejado algo bajo el árbol. J.W. (El rubio sexy)>

Sonrío como una idiota ante su firma, y porque no, ante el recuerdo de anoche frente la estufa... unos buenos mimitos (por decirlo de forma más fina) inundan mi mente. Emocionada, me destapo de todas las mantas y me coloco mis pantuflas con flamencos. Miro mi reflejo en el espejo, comprobando que llevo una camiseta de Jensen y unos pantalones largos de un pijama mío. Agarro el cuello de la camisa y lo acerco a mi nariz, absorbiendo el olor del hombre que amo. Todavía puedo sentir sus manos en mis costillas y sus labios en mi cuello, más los besos exhaustos que hubo después hasta quedar completamente dormidos. Casi hago un sprint hasta el comedor con tal de verle, y así descubrir la sorpresa que me tiene.

En la sala, una musiquita llama mi atención. Camino, ilusionada, hasta encontrar el origen de este sonido, lo que provoca que lleve ambas manos hasta mi boca.

Un tren de juguete rodea un árbol de navidad, que antes no estaba puesto, traqueteando junto con una musiquita y un silbato que suena cada dos por tres. El árbol es verde, con espumillones dorados con diferentes formas. Algunas bolitas y angelitos cuelgan de las ramitas del árbol, cosa que me hace sonreír tiernamente. Nunca... nunca he tenido un árbol de navidad.

En un momento, me recuerdo, pequeña, observando los escaparates de las tiendas mientras aprieto conta mi el abrigo viejo que tenía. Tiritaba del frío, pero la felicidad que se desplegaba en mí al ver todas las luces y los árboles de navidad decorados era demasiada.

Me acerco, feliz como una chiquilla con una chuchería. Es imposible que no acaricie el tacto de los espumillones y de una piña que cuelgan del árbol, sonriendo en la acción. Un angelito me mira, mientras que con sus manos sujeta un librito y por lo que parece está cantando. Como en la nota indica, miro bajo el árbol, descubriendo un sobre esta vez más grande. Frunzo el ceño, ¿qué regalo puede haber ahí dentro?

—Espero que te guste —la voz de Jensen me hace girar la cabeza, para observarlo con un jersey de lana azul marino y unos vaqueros. Le sonrío, para agarrar el sobre y abrirlo—. Léelo.

—<Recuerdo aquellos días en que esto se convirtió en algo más serio. Todo pasó lejos de aquí, de todos los problemas. En aquella isla nos fundimos en uno solo, olvidando el resto del mundo. No puedo estar más contento con los recuerdos que guardo contigo allí.
Si te soy sincero, nada más pensar en navidad, se me ocurrió que momento contigo pasé bueno. Y realmente casi me pierdo, porque todos han sido geniales. Todo esto, no es un solo regalo. Comencemos por el primero de todos, en el cual más he meditado. No podía hacer todo esto en un lugar que no nos perteneciera. Por eso, he decidido esto. Tú, Kayatura y yo. Despidiendo el año entre besos. No sé, piénsalo.> —por un segundo me quedo asimilando todo esto., pues no me lo creo— ¿Q-ué significa esto Jensen? —me levanto, dándole la cara.

Peligrosa pasión (1ª Bilogía &quot;Novelas peligrosas&quot;)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora