51: Se acabó.

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RECOMIENDO ESCUCHAR CON MÚSICA.

No olvides darle una estrellita, plis, este capítulo ha sido de los más difíciles para mí :). 

***

El nudo que se forma en mi persona es tan grande que no tengo fuerzas ni de caminar. Las piernas comienzan a temblarme, incluso temo no poder sostenerme en pie. De repente, la temperatura de mi cuerpo cambia constantemente de grados y solo soy capaz de alzar la vista hasta Jensen.

Sus ojos... sus ojos reflejan un sentimiento que nunca había visto. Las ganas de vomitar se agolpan en mi estómago, mientras empiezan a sudarme instantáneamente las manos. Siento como si un huracán se llevara absolutamente todo mi corazón, rompiéndolo en más de mil pedazos. Puedo notar como el amor de mi vida se está rompiendo en mis manos.

—Vaya, vaya, le ha comido la lengua el gato —escucho la voz de Carolina, mientras no soy capaz de formular una sola palabra—. Para que te quedes más tranquila, ya le he adelantado yo el trabajo de saber toda la mentira a la que has tenido sometido a Jensen —la enfoco a ella, cuando camina a mitad de la oficina y se cruza de brazos—, demostrándole que todo lo que se supone que le amabas —su carcajada consigue hacerme reaccionar.

—Jensen, te lo puedo explicar. Te juro que yo te amo de verdad y... —camino hacia él, quien inmediatamente se acerca a mí. No me importa ella, solo quiero que él sepa la verdad.

—¡¡No!! —su voz firme consigue parar mis pies. Cuando agacha la mirada y vuelve a enfocarme, puedo saber que sus ojos están mucho más rojos de lo normal— ¡¡No quiero saber absolutamente nada sobre ti!! —mi corazón se rasga, consiguiendo que una lágrima resbale por mi mejilla.

—Bueno, pues yo aquí ya he acabado —la gilipollez de Carolina llega a límites insospechados. Pues la muy idiota me lanza un beso y más tarde escucho el sonido de la puerta. Ojalá algún día le destrocen el corazón de tal manera que sepa lo que es vivir esto. Ojalá se lo pisoteen.

No puedo apartar mi vista de él, quien solo es capaz de agachar la mirada y romper a llorar, cubriéndose la cara con las manos.

—Jensen, mi amor... —me acerco a él colocando una mano en su hombro. A lo que él responde agarrándome y sujetándome a una buena distancia de su cuerpo.

—No me toques —mis ojos no paran de deslizar una lágrima tras otra, sin dejar un solo segundo—. Eres una traidora, una mentirosa.

—Yo... todo esto tiene una explicación —musito, sus palabras son como dagas en mi corazón—. Por favor, escúchame.

—¡¡Lárgate de mi vida!! —su grito consigue que me eche para atrás— ¡No te quiero ver! ¡¡Vete, vete como ibas a hacer!! —me suelta, mientras en él lo único que puedo ver es rabia— ¡¡Te odio, te odio como nunca he odiado en toda mi vida!!

Ese es el momento donde mis oídos comienzan a zumbar, mientras me cubro el rostro con mis manos, temblando por todos lados. Él me da la espalda y apoya sus brazos en el escritorio. Y yo... siento que soy la mayor mierda de todo el universo entero.

—Yo solo... lo siento. Lo siento mucho —musito, bajando mi mirada hasta el suelo.

—Oh, bien. Entonces todo cambia —su voz suena ronca, mientras observo como se gira—. Un lo siento puede arreglar toda la mentira a la que me has tenido engañado, ¿verdad? —parada solo soy capaz de mirarle—. Ahora volvamos a ser lo que éramos, tú una falsa y yo un gilipollas enamorado de alguien que no existe, al que no han tenido engañado por una puta suma de dinero y al que no han usado por venganza, ¿esto es fácil para ti verdad? —niego con la cabeza, mientras siento mis mejillas más húmedas que nunca— ¿Cuántas veces has jugado con el amor de las personas, eh? ¿Te es fácil? —levanta un dedo, mirándome fijamente— Eres una cínica.

Peligrosa pasión (1ª Bilogía "Novelas peligrosas")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora